
Decir que cualquier cosa "es mi pasión", es mi pasión | Solo son historias de la madrugada | She/her/ella 🏳️🌈 💖💜💙
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Starmail 4

🌌 Starmail 4 🌌

¡Hey, hey, hey, Casey!
Escalar es un arte, una ciencia, es lo mejor, aunque ya me he dado cuenta de que no es para todos.
Recuerdo tu rostro completamente rojo, tu respiración entrecortada y tus insistentes suplicas sobre detenernos a descansar un rato. Me sentí mal por no dejarte sentar, pero si perdíamos tiempo se nos iba a hacer de noche y sería aun más complicado volver.
Deberías ejercitarte más, salir a correr o a pasear a tu cactus mascota. Así algún día podremos volver a escalar una montaña juntas o solo ver una película, cualquier cosa a tu lado sería divertida.
Cualquier cosa excepto volver a subirme a esa van del demonio, todo menos eso. Espero, y lo siento por eso, que esa van explote solo para no tener que volver a subirme en ella.
— Bea
🌌 Starmail 3 🌌
🌌 Starmail 5 🌌

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yasamlynn liked this · 3 years ago
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🌌 Starmail 2 🌌

Hola Casey,
Los cactus no son tan difíciles de cuidar, estoy segura de que lograrás mantenerlo vivo.
Hablando de mantener vivo... ¡Los slimes comen demasiado! Ya me cansé de estar juntando pogofruta y no he encontrado la remolacha corazón para mis slimes roca.
También tengo unos lindos slimes atigrados, me recuerdan un poco a ti.
Este lugar es muy seco, extraño la lluvia, sentir esas gotas recorriendo mi rostro y haciendo escurrir mi cabello, era una buena excusa para quedarme contigo viendo películas.
¿recuerdas el día en que aquella tormenta nos atrapo? Íbamos saliendo de uno de tus conciertos, cuando aún no eran tan conocidos. Fue un día asombroso.
Lo único malo de ese día fue que gasté todo mi dinero en esos asquerosos cafés.
No se si mi corazón latía tanto por la cafeína o por tu sonrisa.
— Bea
🌌 Starmail 1 🌌
🌌 Starmail 3 🌌


🌌 Starmail 8 🌌

Hey, Casey
Creo que habríamos encontrado una forma de hacerlo funcionar, pero siempre nos faltaría algo, estar juntas implicaba renunciar a nuestros sueños. No podía hacerte eso.
Era realmente feliz a tu lado, pero igualmente, algo faltaba.
No quería que te estancaras con tu música y por más que adorara esa tienda, no era lo que yo quería hacer por el resto de mi vida.
No era necesario que me lo dijeras, lo sabía, y por eso tuvimos que alejarnos. No te arrepientas de nuestras decisiones, vive tu sueño y se feliz haciendo lo que amas.
— Bea
🌌 Starmail 7 🌌
🌌 Starmail 9 🌌


—el Hanahaki es una enfermedad que afecta a personas con un amor no correspondido, no hay una edad en especifico donde sea más propensa a surgir, ni un sexo en especifico— el profesor explicaba con una voz monótona aquel tema como si fuera la primera vez que nos lo enseñan. Cada año sin falta metían ese tema al plan de estudios, nos lo sabíamos al derecho y al revés —Al no ser correspondidos el corazón comienza a producir una sustancia conocida como "hana-byō", al mes de contraer la enfermedad quien la padece comienza a toser pétalos de flores, a los tres meses comienzan los problemas respiratorios, a los cinco meses tallos de flores comienzan a crecer al rededor del corazón— ahí el profesor detuvo su explicación, nunca nos explicaban más allá de eso.
Alguien a mi lado levanto su mano —¿que ocurre después de los cinco meses? Nunca nos han querido explicar eso.
—ese es un tema delicado y no todos se sienten cómodos hablando de ellos, menos si alguien cercano padeció el hanahaki— todos lo miraban a la espera de que continuara con la explicación, suspiró y siguió hablando —los tallos siguen creciendo mientras aplastan lentamente el corazón e invaden otros órganos, para ese punto quien lo padece ya no puede respiran sin ayuda, sufre taquicardia por el esfuerzo del corazón en cumplir con su función, y las "mariposas en el estomago" se convierten en avispas, pierden la capacidad del habla y el dolor les impide ser racionales, se convierten en seres llenos de dolor incapaces de pensar. Algunos creen que para ese momento lo único que ronda por sus cabezas es aquella persona que no les correspondió. Al final mueren.
El salón se hundió en un profundo silencio donde el tictac del reloj se clavaba en nuestras cabezas. El hanahaki parecía lo peor que le podía pasar a las personas. Fue en ese momento cuando comprendimos el porque nos mantuvieron en secreto las consecuencias del hana-byō. No querían que le tuviéramos miedo al amor. No querían asustarnos.
—el hanahaki puede curarse con una operación, pero eso involucra dejar atrás todos los sentimientos que lo provocaron. Olvidando a la persona que amaron.
Nadie se movía, nadie reaccionaba, y el profesor solo nos veía sintiéndose culpable de todos y cada uno de los pensamientos que pasaron por nuestra cabeza.
"El amor duele"
∞∞∞
Ya había pasado un año desde que aquel profesor nos habló del hanahaki. Un año de temerle a conocer a aquella persona que se robara mi aliento y que me provocara mariposas en el estomago porque le temía a perder ese aliento y a las avispas que invadirían mi interior.
En aquella época la relación que mantenía con mis compañeros se fue alejando hasta volverse casi nula, no cruzábamos palabras, nadie se hablaba, aquellos que mantenían una relación igualmente acabaron por separarse. Todos le temían a las relaciones. Todos le temían al amor.
Luego de graduarme entré a la Yuuei, esperaba no encontrar a ninguno de mis antiguos compañeros y que revivieran esos amargos recuerdos de la secundaria. Aunque me terminé topando con una chica, aquella chica me parecía la persona más genial y masculina que había conocido. Su nombre era Mina, nos volvimos cercanos, tanto que acabamos tomando la decisión de iniciar una relación, en ese momento comprendíamos nuestros sentimientos y el hanahaki no nos preocupaba, confiábamos el uno en el otro, pero lo que creímos que era amor no era nada más que un estúpido intento de no estar solos.
Acabamos tomando caminos diferentes, nos enfocamos en nuestros estudios y pasatiempos, tiempo después dejó Yuuei para estudiar en una academia de baile. Todo terminó en buenos términos, pero el vacío en el corazón igual apareció. Sabía que ella era feliz haciendo lo que amaba y con la nueva persona que llegó a ocupar su corazón. Y yo... Yo tenía a Kaminari, el único amigo que había hecho además de Mina, y como ella, él no tardó en alejarse de igual forma cuando conoció a quien él llamaba "el amor de su vida", era tan feliz estando a su lado que no dije nada cuando comenzó a distanciarse.
—A partir de hoy tendrán un nuevo compañero... Adelante, puedes presentarte— la voz calmada y desganada del profesor fue opacada por la voz del nuevo estudiante.
—me llamo Bakugo Katsuki.
—con eso es suficiente, al fondo hay un asiento vacío.
Él camino hasta su lugar, justo al lado del mío. Miraba al suelo, caminaba algo encorvado y su uniforme estaba desarreglado, daba una muy mala primera impresión.
En todo el día no cruzó palabras con nadie, solo tomaba notas, murmuraba cosas que estoy seguro de que eran malas palabras y miraba al suelo. Para ser honesto, me daba algo de miedo.
Hay casualidades que no esperas, como encontrarte a tu ex-suegro en la tienda o llevar la misma playera que otras personas en una reunión, pero de todas esas casualidades el toparme a Bakugo mientras iba camino a casa no era algo que esperaba que sucediera. Cuando chocó su hombro con el mío imaginé cientos de escenario donde yo salía herido. Pero en lugar de eso el solo se disculpó, desvió la mirada y se dio la vuelta. Justo ahí mi percepción sobre lo que era un chico rudo y antipático cambió, no parecía alguien malo, solo era alguien marginado, asocial, distante, alguien que se parecía a mi.
Intenté mil y un cosas para acercarme a él, pero solo me ignoraba.
—hey, Bakugo...
—vete a la mierda— no cruzábamos palabras además de eso.
El tiempo pasaba, las hojas caían y el frío cubría el ambiente. El café en mis manos era lo que me brindaba calor y me salvaba de morir congelado en aquella ruidosa cafetería, que era un poco, solo un poco, más calidad que el salón de clases. Aunque en esos momentos, donde me debatía sobre seguir disfrutando mi café o seguir estudiando para los exámenes, el frío era lo de menos.
Dejé caer mi cabeza contra la mesa, no entendía nada y mi café se enfriaba.
—oye, shittyhair... ¿tu... Ehhh... Necesitas ayuda?— al sentir los toques en mi hombro y su voz llamándome levanté la cabeza, la luz de los ventanales iluminaba su cabello y hacía que sus ojos brillaran como fuego, era la calidez que quería sentir cada día, cada amanecer y anochecer. Ver esos ojos me hizo sentir calor en aquella helada mañana.
—si...
—hazme un espacio en la mesa— moví mis cuadernos, mi café y me recorrí en el asiento para dejarle el lugar.
—¿con qué tienes problemas?
—matemáticas...
—deja de susurrar, me irritas— hasta ese comentario no me había percatado de lo bajo que estaba hablando, ni de lo retraído que estaba, parecía a la defensiva esperando cualquier ataque de Bakugo, en cambio el se mostraba tan natural, sin ningún miedo ante la plática.
—lo siento, por cierto, soy Kirishima.
—me da igual. Dame tu cuaderno— pasamos toda la hora del almuerzo estudiando, era algo rudo a la hora de explicar, pero a la vez era amable.
—¿podríamos... Tu... Digo... Salida... Ehh...
—solo dilo.
—¿a la salida podemos reunirnos a estudiar?
—claro, no tengo nada que hacer luego de clases.
Nuestras reuniones continuaron volviéndose cada vez más frecuentes, ya no solo estudiábamos, pasábamos tardes enteras hablando, compartiendo nuestros intereses y volviéndonos más cercanos. Las tardes frías eran cálidas a su lado.
Bakugo era el fuego ardiente que llegó a iluminar mi vida, quien llegó a sacarme de la soledad y quien me hizo dejar el miedo al amor en el olvido. Ya no le temía al hanahaki. Ya no le temía a mis sentimientos. Ya no le temía a Bakugo.
Cada vez que me miraba, cada vez que me sonreía, cada vez que escuchaba su voz la calidez en mi corazón crecía y las mariposas se multiplicaban. Quería permanecer a su lado para toda la vida.
—¿quieres ir a una fiesta?
—¿tu vas a fiestas? Creí que odiabas esas cosas.
—es el cumpleaños de un amigo o algo así, estoy obligado a ir y si tengo que ir prefiero que este alguien que si me agrade en la fiesta.
La fiesta fue un sábado, aún recuerdo el olor de la loción de Bakugo, el color de su camisa y su cara de fastidio al ver a todos los invitados. Se refería a cada uno con apodos, hasta a su amigo, quien cumplía años, lo llamaba por un apodo y no por su nombre.
—hola, Kacchan— ¿kacchan? —creí que no vendrías, no te gustan las fiest...
—cállate maldito nerd de mierda, yo no quería venir.
—Bakugo, no seas tan grosero.
—no te metas, Kirishima.
Hace tiempo había dejado de llamarme "shittyhair", había ganado su confianza y había conseguido que me viera como un igual y no como alguien inferior a él.
—¿Kacchan, quién es él?— cuestionó el chico peliverde, era un poco más pequeño que Bakugo y que yo, me veía con curiosidad.
—él es Kirishima.
—nunca habías traído a algún amigo... Creí que no llamabas a nadie tu amigo... Él... ¿es tu... Es... Tu novio?
—no— seco, frío, cortante. Ese "no" me devolvió a la realidad, una donde no era realmente alguien tan importante para Bakugo, donde no podía ver su rostro cada mañana y donde mis sentimientos no eran correspondidos —¿porque saldría con alguien? Las relaciones son pura basura.
—si Kacchan, lo siento— el chico tiró de las mangas de su playera, parecía temerle a Bakugo pero aun así quería acercarse a él, y por más que Bakugo se mostrara a la defensiva no lo alejaba. Eran cercanos.
Me sentía incomodo, nadie al rededor estaba prestando real atención a nuestra conversación. Parecían acostumbrados a que eso sucediera. Todos conocían la relación entre Bakugo y ese chico. Y Bakugo no les había hablado sobre mi, ni a mi me mencionó algo sobre su vida social, pero... ¿porque debía de hacerlo?, no era realmente especial para él, solo era un amigo más. Un amigo al que ocultó de los demás.
—Kirishima, quita esa cara de idiota. Llevas buen rato viendo a la nada.
—solo estaba pensando.
—¿tu piensas?
—¡oye! ¡yo si pienso! No soy tan tonto.
—¿así que si eres algo tonto?
—noo... No es a lo que me refería.
El ambiente entre Bakugo y yo había vuelto a la normalidad. ¿que más daba si el no correspondía a mis sentimientos? ¿que importaba si era cercano a otras personas? No podía exigir que fuera única y exclusivamente para mi. No podía decir que era mío.
El resto de la fiesta fue un poco más relajado que la bienvenida, Bakugo seguía irritándose cada que alguien además de mi le hablaba y yo conocí a algunas nuevas caras, aun no podía llamarlos amigos, sería raro. Pero por una vez no éramos solo Bakugo y yo. No éramos las únicas voces que interrumpían nuestros silencios. No estábamos solos.
Podía confiar en que si nos separábamos por cualquier razón el no estaría solo, sabía que ese chico peliverde no lo abandonaría. Ese chico lo apreciaba lo suficiente como para hacerme entender que no era la única persona en la vida de Bakugo, pero por como estábamos las cosas, Bakugo era la única persona en mi vida.
Pensé sobre lo que había vivido con Bakugo, los últimos meses de conocerlo, sobre la fiesta y sobre mi corazón. Sabía que de seguir con estos sentimientos el hanahaki podría aparecer. Claro que lo sabía y no haría nada al respecto. No tenía la certeza de que el hanahaki apareciera, pero de ser así sabía que no me sometería a la operación, no podía olvidar algo que era tan importante para mi. No podía olvidar esa sonrisa, ese desordenado cabello y esos ojos de fuego.
No permitiría que de mi corazón fuera arrancado el amor que sentía, el amor me hacía feliz. Tan feliz que dejaría que la muerte llegase, me arrancara de esta vida y me dejara en un vacío, una oscuridad, un olvido, porque sabía que de morir en ese momento moriría feliz por el amor.
Y como esperaba, los pétalos no tardaron en aparecer, no dolía al toser, solo era incomodo. Intenté lo más que pude el ocultar los pétalos de Bakugo y de mi familia. Intente hasta que se volvió una tarea imposible, los pétalos me ahogaban, el dolor inició y las avispas llegaron.
Dejé de ir a clases, mis padres se preocuparon al enterarse de mi hanahaki, pero les dejé en claro que no quería la operación, no quería volver a esa tristeza, a esa soledad. No podía permitirme olvidar.
Se me dificultaba respirar, sentía una gran presión en el pecho y los pétalos seguían invadiéndome. Dejé de ver tan seguido a Bakugo, hablábamos por mensaje y le repetía constantemente que estaba bien, pero en el fondo sabía que el no me creía aunque me negaba a aceptar esa realidad, una realidad donde Bakugo se preocuparía realmente por mi.
Había perdido la cuenta del tiempo que estuve sintiéndome tan mal, dejé de comer, me era imposible, los tallos impedían que hablara. Tiempo atrás de habían hospitalizado, necesitaba de constante atención médica para evitar la mayor parte del dolor. Y lo único bueno de esa situación es que después de tanto tiempo, tantas noches de dolor y desvelo, tanto sufrimiento, por fin había vuelto a ver esos ojos de fuego, opacados por la preocupación.
—¿porque no me lo dijiste?— la impotencia en su voz quemaba —¿porque insististe en que estabas bien aunque estabas muriendo?— tras cada palabra su voz se elevaba —¡¿porque no aceptaste la operación?! ¡¿porque?!— lagrimas recorrían sus mejillas y apagaban el fuego de su mirada.
Moví los labios, esperando que lograra entenderme, anhelando que mis palabras me liberaran de esa presión que sentía, no la presión de los tallos, la presión de mi mente, la presión por decirle la verdad a Bakugo, la presión por sentirme liberado.
"Te amo, Katsuki"
Parecía sorprendido, ya no sabía si lo que veía era real o no, solo esperaba que realmente me entendiera. Decir esas palabras liberó esa presión que sentía, esos sentimientos que tenía atrapados, esa verdad que me quemaba.
Vi sus ojos, mientras todo se ponía negro, sabía que todo terminaría, moriría siendo feliz al ver por última vez sus cabello desordenado, sus ojos ya no tan brillantes y sus labios susurrándome —también te amo— vida pétalos saliendo de su boca, pétalos que indicaban que hacía no mucho el hanahaki había aparecido en él.
Y con esos pétalos todo se volvió negro. Todo había terminado. La muerte me había arrebatado del lado de Katsuki.
No me gustó del todo la narración en algunas partes, pero estoy conforme con la historia.
Matar personajes es mi pasión.
Tomen awa y duerman bien.


De todos las oportunidades que tuviste para irte, de todos los días, de todos los meses. ¿porque justo ahora?
¿Porque en este mes? Talvez fue tu venganza por todos esos años de maltratos, no te culpo, te merecías un mejor trato, te merecías todo lo bueno de este mundo porque así eres tu, siempre pones a los demás por encima de ti, nunca priorizaste tu bienestar. Por eso eres mejor que yo.
Yo busque ser un héroe para demostrar que era el mejor, porque quería salvar a las personas y ser reconocido por ello. Pero tu lo hiciste sin buscar reconocimiento, lo hiciste por simple deseo de ayudar.
Y dime, ¿aún quieres ser el mejor héroe?, ¿aún quieres ayudar a las personas a costa de tu bienestar?
Porque yo no quiero eso. Para ti no.
Me pregunto que tanto te dolió tomar esa decisión, abandonar tu sueño de ser como All Might y salvar a todos con una sonrisa.
Y aun quiero saber, ¿porque ahora? ¿porque en mi cumpleaños?
El tener esa carta en mis manos representaba que realmente te habías marchado. Realmente habías revelado el secreto y todo sería tan malditamente difícil. La mayoría ya había leído tu carta. Todos menos yo, Todoroki y Uraraka. Ninguno estaba listo para aceptar tu despedida.
Ya no ver tu alegre rostro cada día sería un tormento, porque tras cada "muere" que te gritaba, tras cada "maldito nerd", tras cada insulto, grito, golpe, habían palabras de preocupación. Habían sentimientos.
No quería aceptar tu ausencia, porque eso sería ignorar que te quería cerca de mi, que quería verte y gritarte todo lo que sentía. ¿Y sabes que es lo que más me duele? Que esos estúpidos sentimientos no importan, hay mil cosas más importantes que decirte que me gusta tu maldito rostro, o que me gusta cuando dices estupideces al azar o murmuras y te ves tan raro. Todo eso que siempre he criticado de tu ser es lo que más me gusta. Pero no importa.
Entiendo porque lo hiciste, pero no entiendo ¿porque ahora?.
Necesitaba ese "feliz cumpleaños, Kacchan" de cada año, porque solo en ese momento sentía que no tenías miedo de como reaccionaría, mi cumpleaños ni siquiera me importa, es solo otro día más en el calendario, pero ese día significa que me sonreirías, que te humillar las cantándome el feliz cumpleaños y que me regalarías alguna tonta tarjeta de All Might. Pero ahora no.
Te extraño.
Y te quiero.
∞∞∞
Kacchan,
Realmente no se que decirte, tu ya sabes el secreto, creo que sabes todo de mi. o casi todo. Talvez te preguntaras el porque tome está decisión o porque no te lo dije antes.
No quiero que nadie salga lastimado por un problema que no es suyo, Shigaraki y AFO están tras de mi, por su seguridad decidió marcharme.
Es muy difícil hacer esto, estoy cansado, me duele todo, y me sigo lamentando por muchas cosas que sucedieron. Kacchan, tengo miedo, temo por mi vida, por la suya y por ti.
Ser un héroe no ha sido para nada como creo que seria cuando fuimos niños, ponernos nuestras pijamas de All Might parecía ser suficiente. Pero la realidad es otra.
Te extrañare, espero que no te lastimes tanto en los entrenamientos, espero que no los vuelvan a atacar los villanos, espero que tomes buenas decisiones y espero que me extrañes también.
Te quiero. Feliz cumpleaños, Kacchan.
—Deku
Finjamos que aún es 20 de abril.
No soy fan del BakuDeku, pero es una buena excusa para no hacer tan mehhh esta historia. Igual no es cono que se desarrolle bien la relación, solo aceptaron sus sentimientos y Deku se declaró o algo así.
Se supone que Izuku se fue en abril, aunque no se si lo hizo antes o después del cumpleaños de Bakugo, igual que awite por él.
Tomen awa, duerman bien y no se den de baja de la escuela (de la vida si*, de la escuela no...)
*nomas por si acaso, no se den de baja de la vida, porque eso sería perder la vida y ustedes nunca pierden


Heyy Momo, hace mucho que no te veo.
Los días desde que te fuiste han sido algo aburridos y tristes. Extraños ver tu sonrisa.
¿Recuerdas cuando nos conocimos? Creí que eras bien mamona, pero resultaste ser todo lo contrario. Eres la persona más dulce que ha pisado esta tierra, siempre te preocupaste por todos. Por eso te volviste una gran heroína, para mi la mejor heroína... Incluso mejor que Midoriya y eso es mucho decir.
Al inicio no creí que nos volveríamos cercanas, o por lo menos no tanto, éramos como la princesa y la plebeya, tu vivías en ese mundo mágico, rodeada de lujos, yo no me podía permitir ese tipo de vida. Tu casa me sigue sorprendiendo al día de hoy.
Recuerdo esas tardes de té, de ver series y pintarnos las uñas, esos momentos en que no parecíamos tan diferentes. Recuerdo tu cara de asombro cuando te enseñaba mi música y la paz que me amaba escuchar tu voz tararear. Siempre me hicieron feliz esa clase de momentos.
Hubieron tantos problemas, tantas trabas en nuestra relación, puedes ser muy lista pero tardaste demasiado en darte cuenta de mis sentimientos. Aunque yo no me quedé atrás en esa ceguera, creí que tenías algo con Todoroki... Hasta que descubrí que él tenía una relación con Midoriya... Admito que me sentí algo estúpida, pero también aliviada.
Me debatí tantas veces sobre lo que realmente sentía hasta que solo deje que pasara lo que tuviera que pasar.
Cuando te pedí que fueras mi novia fue el momento en que más he sentido miedo, ni un nomu frente a mi me ha asustado tanto como el miedo de ese día. Temí que me rechazaras, que te alejaras, que te burlaras, esperaba de todo menos un "si"
Estoy segura de que me veía como un tomate aunque Denki seguía diciendo que me veía perfecta... Perfectamente hecha un desastre, no había dormido por la propuesta... Pero valió la pena, lo valió completamente. Cuando dijiste que si fui la persona más feliz del universo.
Todo fue un desastre al inicio, hubieron demasiadas personas que criticaron nuestra relación, buscando cualquier excusa para hacerlo. Sino era por el hecho de ser dos mujeres, era por la diferencia económica, por que una relación entre héroes no es buena idea, porque "deberíamos pensar mejor las cosas". Claro que ya lo habíamos pensado, lo pensamos demasiado. Y era justamente esa la razón, el hecho de que eligiéramos nuestra felicidad por encima de los demás que hizo que nuestra relación duerma tan bella.
No estábamos juntas por obligación, lo estábamos porque era lo que queríamos. Era lo que nos hacia felices.
No dejo de pensar en ti, en tu suave cabello, en el brillo de tu mirada, en tus manos acariciando mi rostro, recuerdo cada detalle de cuando estuvimos juntas... Dime, por favor, ¿porqué tuviste que irte tan lejos? ¿porqué me dejaste sola? ¿porqué no luchaste hasta el final? Dímelo, dame excusas, déjame escuchar tu voz una vez más, déjame sentir tus manos recorriendo mi rostro, déjame oler tu perfume, dime que me amas, vuélvelo a hacer.
Vuelve a encender la llama en mi corazón, vuelve a ayudarme en las misiones, vuelve a recorrer las calles conmigo, vuelve a mostrarme esa alegría.
Vuelve conmigo.
Te necesito.
Te extraño.
Te amo.
∞∞∞∞∞∞∞
Jirō dejo caer la pluma, escondió su rostro entre sus manos y dejó que las lagrimas empaparan sus palmas. Le dolía recordar a Momo, le dolía recordar el día en que la perdió.
Ese día, donde el brillo abandonó la mirada de Yaoyorozu, donde su sonrisa se desvaneció y donde un corazón se rompió.
Hacía tres años de eso, y con cada día, en lugar de borrarse el amargo recuerdo solo crecía, inundaba el corazón de Kyoka y la destrozaba lenta y tortuosamente.
Su vida continuaba, el mundo seguía girando, pero nada era lo mismo. No soportaba esa soledad, ni lo amargo de la vida.
Tomó la carta entre sus manos, con delicadeza la metió en un sobre y la guardó en su mochila. Salió del apartamento, importándole poco si lo había cerrado con llave o no salió del edificio. El camino hasta el cementerio donde los restos de Momo se encontraban era conocido de memoria por Jirō. Había pasado por esas calles incontables veces, siempre con la esperanza de que en algún momento tuviera que dejar de recorrerlas, anhelando volver a ver a Momo.
—Heyy Momo, no hay pasado mucho desde la ultima vez que vine. Hay tantas cosas que extraño de ti que se me hace insufrible el no tenerte. Hay tanto que podría decir, siempre hay algo que decir. Pero no se como hacerlo— se hincó frente a la tumba, con las lagrimas resbalando por sus mejillas y una sonrisa vacía plasmada en su rostro —quiero volver a verte. Quiero abrazarte. Quiero escuchar tu voz. Hay tantas cosas que quiero y todo eso lo puedo resumir en que te quiero a ti. Te necesito.
Sacó la carta de la mochila, la dejó sobre la tumba, bajo una piedra para que el viento no se llevara su sentir y se fue del lugar. Caminó sin rumbo, en busca de su esperanza perdida. En busca de un brillo en su vida. Caminó cuestionando se el porque seguía recorriendo ese lugar, no tenía razones para hacerlo.
Su recorrido acabó frente a un puente, admirando el atardecer, apreciando esos tonos cálidos reflejados en el agua como si de su amada se tratase. Respirando el fresco aire de esa triste tarde miró al cielo, intentando encontrar aquella esperanza perdida entre las nubes.
—Nos vemos pronto, Momo.
Matar personajes es mi pasión.
Se suponía que iba a escribir sobre este ship en una historia menos trágica. Pero pues se me fundieron las neuronas intentando hacer eso.
Realmente no corrijo las historias solo copio y pego lo que escribí en word para que corrija acentos, si en algún lado leen algo sin sentido ignorenlo.
Tomen awa, duerman bien y usen cubrebocas.
