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Una Para Todos _C9_

Una para todos _C9_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Todos x Anna

Sinopsis: Quizás los engañó y no era la mujer honorable que decía ser, sino una chica en busca de placer. Tantos hombres y una sola mujer en el mismo lugar da mucho de que hablar.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 9 ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Se estaban devorando a besos, sí. . . esa era la expresión, pues se besaban de forma desesperadamente apasionada, cómo si tuviesen miedo a detenerse a pensar en lo que estaban haciendo.

Pero no pensaban, oh no, Horo Horo solo era consciente de que entre sus brazos tenía a la mujer más hermosa que sus ojos hayan podido ver. Fría, delicada, diabólica, pero sexy e irresistiblemente bella. . . única.

No se iba a detener, por supuesto que no, solo quería estar con ella, saciarse con esa figura tan adorable y perderse entre la suavidad de su piel y sus curvas.

En ese momento el shaman de hielo se dio cuenta de que todas estas emociones no eran mero resultado del calor del momento, sino que habían permanecido enterrados desde que supo que ella estaba comprometida.

““Cómo hubiese querido que si fueses la hermana de Yoh.""

Pensaba el muchacho, recordando la primera impresión que tuvo al ver a la itako.

Y aunque Anna solo suspiraba agradada con las caricias que el peliazul ejercía sobre su cuerpo, ella si estaba pensado en detenerse. ¿No habían sido ya suficientes amantes para una semana?.

Pero Horo Horo la tomó entre sus brazos, llevándola hasta el futon, donde la recostó con suavidad.

* En verdad que eres bella !. *

Le dijo él mientras se dedicaba simplemente a contemplar el lindo rostro de la rubia mujer.

Esos negros ojos suyos tenían un extraño y fuerte magnetismo sobre él; el rojo en sus mejillas parecía exagerado sobre su blanca e inmaculada piel. Su pecho subía y bajaba con agitación y su boquita entreabierta lo invitaba a probarla.

El shaman, no pudo resistirse y dejó que sus labios se uniesen a los de ella con cortos y pausados besos.

Entrelazaron sus manos, entre los besos, el shaman de hielo le susurraba lo mucho que la deseaba. Así enredó sus manos en los dorados cabellos de la chica mientras, aun con ropa, se acomodaba entre las piernas de la sacerdotisa.

* Ahh, Horokeu !!. *

Anna arqueó la espalda. Él no debió hacer eso pues la fricción que ejercía entre sus sexos aun con la molesta ropa, era tal que la itako tuvo que morderse el labio inferior para soportar el delicioso placer que de pronto la recorría.

Ese pervertido no hacía otra cosa sino masturbarse y masturbarla a ella con esos movimientos.

* Me estás volviendo loca. *

Le susurró ella al oído, cuando vencida por el placer, se aferró al hombre que sería su amante esta noche.

Y el shaman de hielo no supo que fue lo que lo desesperó más, los dulces gemidos que Anna soltaba cerca de su oído, su cálida piel o los besos que parecían no tener fin.

Horo se separó ligeramente y sus manos ansiosas se deshicieron de la yukata de su compañera, ante él, la imagen de la perfecta y delicada desnudez de la chica lo había dejado maravillado.

Kami, ¿en verdad sería suya?, porque le parecía imposible que una mujer con la belleza de una diosa estuviese a punto de entregarse a él.

Así, sin apartar la mirada de la figura femenina, el peliazul se desnudó con prisa exagerada. Callado y atento a la mujer bajo su cuerpo, dejó a sus manos recorrer cada curva de Kyouyama, palpando sus redondos y firmes senos.

* Ho-Horo Horo. *

Las mejillas de la itako se tiñeron de rojo al ser objeto de la penetrante mirada del shaman, quien oprimía con más fuerza y confianza sus atributos de mujer.

““¿Es él realmente?.""

Se preguntó la joven de ojos negros, mirando con atención a su amante.

Qué distinto era él en este momento. Es cuidadoso cómo Yoh, pero sus ojos bañados en lujuria le recordaban a Hao. Anna simplemente no podía evitar comparar al peliazul con sus amantes pasados.

Veía a ese hombre y se preguntaba si no estaba equivocada o ciega de placer, pues el shaman de hielo le parecía la combinación perfecta entre Hao e Yoh.

* Eso ahora no importa. *

Susurró la itako, entregándose a Horokeu en un beso.

Era Usui quien la acariciaba de forma sublime, era él quien tatuaba con besos su blanca piel y la quemaba dulcemente con sus labios.

Y era Horo Horo quien se posaba entre las piernas de la itako, deslizando su ya duro pene a través de los pliegues vaginales, estimulando a su compañera, al tiempo en que su boca había aprisionado el seno izquierdo de la joven, lamiéndolo tranquilo, succionando con frenesí.

* Horo, ya. . . *

El muchacho sonrió triunfador al escuchar la suplicante voz de la sacerdotisa.

Desesperado, se sentó sobre el futon, acomodando a Anna sobre sus caderas mientras se aferraba su pequeña cintura.

* Qué?, ¿no me digas que es todo lo que tienes para mi?. *

El shaman le habló travieso; su mirada brillando de impaciencia.

* ¿Te estás burlando de mi?. *

Indignada, la rubia se sacudió molesta, tratando de zafarse del abrazo del peliazul, más este la sostuvo con fuerza, impidiéndole siquiera moverse.

Dejándola inmóvil mientras él seguí con su delicioso jueguito, incitando a la joven con la punta de su pene, el cual frotaba, separando los pliegues vaginales.

* Hazlo!!. *

La voz jadeante de la itako se escapó en un susurro, acompañada por su fuerte respiración y sus ojos opacos de lujuria y deseo.

Bastó mirarla para que Usui presionara suavemente, penetrando por fin a la mujer. Ambos gimieron profundamente al sentirse de aquella manera. Pronto comenzaron a mecer sus caderas en un vaivén tranquilo que los llenó de gozo.

Horo entendía que esta no era la primera vez de la itako con un hombre.

““No es que me moleste, seguro que ella e Yoh, estando comprometidos, hicieron el amor alguna vez. . . es solo que. . . me hubiese gustado mucho ser el primero.""

Pensaba el shaman, completamente embelesado con la bella imagen de Anna, desnuda entre sus brazos, subiendo y bajando las caderas al ritmo que él mismo le imponía.

Y ver cómo sus redondos pechos se bamboleaban con cada embestida que le propinaba, lo llevo a inclinarse y llenar de besos sus bellos y firmes senos. El sudor que bañaba su delicado cuerpo, la hacía brillar bajo la luz de la curiosa luna que entraba por el balcón. Su cuerpo perlado. . . toda ella parecía irreal.

Entonces Horo Horo se aferró a ella, penetrándola cada vez con más fuerza. Se negaba a soltarla, no quería y sentía que ella y su adorable cuerpo eran una droga maravillosa que no podrí dejar jamás ahora que la había probado.

* Me encantas !. *

Le susurró él al oído para luego deslizar sus labios por el cuello de la joven, mordiendo con tremenda pasión.

* ¿En serio?. *

Anna sonrió agradada.

¿A qué mujer no le gusta que le digan que es hermosa?. Más la rubia compartía las emociones del shaman de hielo, descubriendo que le gustaba mucho sentirse atrapada bajo el musculoso cuerpo del muchacho.

Y la fuerza con que golpeaba sus caderas contra las propias la estaba llenando de un exquisito gozo, cómo nunca antes lo había sentido.

Kyouyama arqueó la espalda, liberando un sutil gemido; el duro pene de Horo Horo se deslizaba deliciosamente dentro suyo y era grande en verdad, haciéndola sentir completamente llena.

* Oh, Horokeu !. . . *

El nombre del peliazul se escapó de la dulce boca de la itako, sorprendida pero agradada al sentir cómo su amante apretaba la carne bajo su espalda mientras ella misma rasguñaba el ancha espalda del ainu.

Hubiesen seguido con aquellos pequeños juegos, prolongando su placer, más el roce entre sus sexos se tornó fuerte e insoportable.

Así, mientras movían desesperadamente sus caderas, se entregaron al éxtasis, compartiendo el orgasmo que los recorrió al mismo tiempo.

Horokeu no pudo contener las tremendas ganas de derramar su semen en la intimidad de su compañera. Jadeos y suspiros inundaban la habitación mientras risas lejanas se escuchaban en la planta baja de la pensión.

Largos y tranquilos esos compartía la pareja, sin intenciones de separarse. De hecho, Horo Horo seguía dentro de la joven, moviéndose suavemente, provocando un pequeño placer en ambos.

Entonces, aun abrazados, se miraron a los ojos y sonrieron con ironía, con alegría y satisfacción. Quizá les parecía gracioso el haber estado juntos, irónico, quizás.

* ¿Alguna vez pensaste que tu y yo?. . . *

* No, ni en pesadillas. *

* Baka !!. *

Ambos rieron nuevamente. ¿Esto era lo que un hombre y una mujer debían compartir después de hacer el amor?, ¿pláticas y risas?.

Anna no había tenido nada parecido con sus pasados compañeros de cama, pero ahora se sentía muy bien, tranquila, satisfecha y con deseos de seguir amándose con el shaman de hielo.

““El deseo y la lujuria se esfumaron apenas obtuve el orgasmo con ellos. . . ¿por qué no siento lo mismo ahora?.""

Se preguntaba la sacerdotisa, confundida al descubrir que necesitaba a ese hombre.

* No quiero irme. *

* Yo no quiero que te vayas. *

Anna buscó los labios del shaman, entregándose a él en un beso.

Ahora que lo pensaba, esta era la primera vez que un hombre se metía en su cama. Nunca fue en su habitación con los demás.

* ¿Lo hacemos otra vez?. *

* Onegai !!. *

Kyouyama rio complacida.

¿Qué tenía este hombre de especial que la hacía sentir tan feliz?.

* ¡ Idiota !. *

Y siguieron amándose sin importarles nada más.

Podía haber muchas personas en la pensión, más fue la luna el único testigo de la pequeña travesura de dos jóvenes que se fundían en uno, desbordando emociones y sentimientos.

Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por supuesto tenía que llenar este capítulo de insinuaciones de que hay algo más.

Ya saben, adoro HHxA y está entre mis planes que sea la pareja principal.

__Nada es lo que parece.__

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai  y es material de "Paradise".

Totalizado el 15 de Marzo de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

|| Capítulo 10 ||


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3 years ago

Una para todos _C5_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Todos x Anna

Sinopsis: Quizás los engañó y no era la mujer honorable que decía ser, sino una chica en busca de placer. Tantos hombres y una sola mujer en el mismo lugar da mucho de que hablar.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 5 ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Se sentía mareado, muy, muy cansado.

El aroma de la joven era exquisito, agradable e intoxicante. Su pobre mente era un montón de vagas ideas que iban y venían, confundiéndolo cada vez más.

““La prometida de Yoh, el demonio: Anna Kyouyama, la mujer entre sus brazos, la más bella de todas; mujer ajena, mujer prohibida. . . a la que quiero y deseo con desesperación. . . yo la amo. . .""

Más las últimas tres palabras eran lo único que Ren tenía claro en ese momento. Así que simplemente dejó que su corazón latiera descontrolado, disfrutando del momento.

No sabría decir si había pasado una eternidad o tan solo unos cuantos instantes, solo estaba consciente del dulce sabor de los labios de la rubia itako.

Por un momento creyó haber caído en un largo y tranquilo sueño, prisionero de los labios de la sacerdotisa, más abrió los ojos, cómo aquel que de repente despierta agitado ante una pesadilla; sus pupilas se destiñeron.

Y la sorpresa lo invadió al instante. ¿En verdad esto estaba pasando?. Anna frente suyo, yacía desnuda, haciendo gala de la tremenda belleza con la que fue bendecida.

Ren no podía más que admirar a aquella que era su musa. Mujer de figura delgada, delicada y hasta frágil. Su estrecha cintura lo hacía desear el rodearla con sus fuertes brazos para que nunca se le escapara. Sus largos cabellos dorados, ondeándose ligeramente por la brisa que entraba por la venta; su piel blanca cómo de porcelana fina, se veía suave y la luz de la luna que se asomaba a la habitación, la hacia brillar, haciéndola parecer irreal.

Y su rostro, Kami, su hermoso rostro adornado por aquel par de gemas negras que brillaban extrañamente esta noche.

¿Acaso era la lujuria que reflejaban aquellos ojos negros?. Y sus labios. . . Tao simplemente no pudo resistir más y la tomó con fuerza, besándola con pasión.

De pronto todo pensamiento lógico se desvaneció, dejando a su paso la lujuria, el deseo, la excitación. . . el amor.

* Anna, Anna, Anna. . . *

A Ren se le iba la voz, llamando a su amada mientras sus manos, temblorosas, recorrían el cuerpo de la mujer, satisfaciendo su sentido del tacto.

Fría y caliente a la vez; sentir la piel de la chica lo hacía estremecer. Sus labios secos, abandonaron la dulce boca de Anna para deslizarse por su cuello, mordiendo con pasión.

* Ahhh, Ren, eres un travieso !. . . *

Le dijo ella, pues sentía los suaves apretones que el shaman daba sobre sus redondos pechos.

La itako enredó las manos en el cabello del joven chino, suspirando agradada por las caricias y besos sobre su cuerpo.

Más la voz simplemente se le apagó a la sacerdotisa cuando sintió un intruso deslizándose al interior de su intimidad.

Ren Tao introdujo su dedo índice, sintiendo la calidez y la humedad del sexo femenino al meter y sacar su dedo.

* Ahh, no pares !. . . *

Le pidió la mujer de ojos negros; arqueando la espalda y oprimiendo ella misma sus senos.

La rubia cerró los ojos, entregándose al placer que Ren le daba mientras el shaman de ojos místicos miraba embelesado cómo la mujer se retorcía de gozo sobre su cuerpo.

Y le dio más fuerte, penetrándola desesperado, lleno de excitación.

* Oohh, aahhh !!. . . *

La rubia itako liberó un largo gemido cuando ya no pudo retener el placer en su cuerpo y tembló convulsionándose ligeramente gracias al dedo del joven que seguía alojado dentro suyo.

Respiraba agitada y se le veía cansada, el chino no se esperaba lo que vino después. Anna se liberó de sus brazos y se inclinó hasta tener frente suyo el miembro erecto del muchacho. Lo miró por un par de segundos, complacida con el tamaño y el grosor.

Una lujuriosa sonrisa adornó su bello rostro y enseguida, tomó el miembro viril para introducirlo en su boca. Ren tuvo que aferrarse a las sábanas, haciendo milagros para no desgarrarlas; esa mujer era perversa.

Deslizó su cálida y hábil lengua por la longitud de su miembro para luego dedicarse a lamer y hasta succionar las esferas que descansaban en la base de su pene.

* A-Anna, espera ahhh. . . *

El muchacho apretó con fuerza los dientes, la rubia itako parecía no tener suficiente y su lengua jugueteaba con la punta de su masculinidad para finalmente succionar, cómo tratando de extraer algo y lo logró, pues el joven Tao no pudo contenerse y entre gemidos y roncos jadeos, lo recorrió un orgasmo, derramando el semen contenido hasta ahora.

* Delicioso !!. *

Dijo la sacerdotisa, bebiendo un poco de aquel liquido blanquizco, luego simplemente dejo que un poco de este salpicase su cara, haciéndola ver todavía más deseable para el chico de ascendencia china.

* Ja,ja,ja. . . deberías ver la cara que tienes ahora, Tao. *

* Es que nunca creí que fueras tan. . . *

* ¿Zorra?. *

* No, eso no. . . ardiente, apasionada. *

Las risas volvieron por parte de la chica de rubios cabellos, abrazando a su amante y llenándolo de besos.

Él solo la acariciaba con ternura y amor. En ese momento todo él era para ella y creía que Kyouyama sentía lo mismo.

Lo que vino después tomó por sorpresa al shaman. La sacerdotisa se recostó boca abajo y alzando un poco las caderas, invitó al hombre a posarse encima suyo.

* Por favor, Ren, ya no puedo esperar más, necesito sentirte dentro de mi. *

Le dijo, su voz sensual e incitadora; sus ojos negros mirándole suplicantes. Anna lo estaba invitando a pecar.

* Anna, yo. . . *

Ren pasó saliva, se sentía atrapado, felizmente atrapado.

Quizás sin detenerse a pensar que estaba a punto de traspasar las barreras permitidas y que se convertiría en un maldito traidor. Ren sujetó su pene y se entretuvo deslizando la punta en la entrada de la vagina de la mujer, que gemía dulcemente a causa de aquel contacto superficial.

Complacida al sentir el duro pene del muchacho, adentrándose poco a poco en ella, obligando cuidadosamente a su cuerpo a amoldarse a su espina que se clavaba en su flor, tan solo para hacerla gozar.

* Ohh, Ren, continua, continua. . . *

Le pedía ella entre gemidos que llenaron la habitación.

En aquellos momentos, el chino parecía un títere que se movía a voluntad de la hermosa joven, pues no dudó en complacerla en todo instante.

Le llenó la espalda con dulces besos y sus manos la recorrieron con tranquila pasión hasta posarse sobre sus redondos senos, oprimiéndolos a placer.

* Anna, Anna !!. . . *

La llamaba el muchacho, penetrándola cada vez con más intensidad, más profundo. Solo quería sentirla, disfrutar de la húmeda calidez de su intimidad; la suave y dulce caricia que su sexo le regalaba al propio al abrazarlo con su piel interna, apretándolo deliciosamente.

Los gemidos subieron de volumen y los susurros de amor no hicieron falta por parte del joven Tao, quien ya fuera de sí, penetró con fuerza a su rubia compañera.

* Mmm, Re-Ren. . . ah, aahhh !. . . *

Un grito escapó de los labios de Anna, quien tembló entera al llegar al tan deseado éxtasis.

Suaves y constantes espasmos la recorrieron, llenándola de placer; su respiración era acompañada por los jadeos del shaman, quien no tardó en desbordar el gozo del orgasmo.

El chico cerró los ojos con fuerza y apretando los dientes, disfrutó la relajante sensación de eyacular dentro de la vagina de la sacerdotisa, quien lo miraba llena de satisfacción.

El muchacho tardó un rato en abandonar el cuerpo de Kyouyama, no tenía prisa y el simple hecho de mantener su pene, cuya dureza estaba perdiendo, dentro de ella, le hacía sentir a esa mujer como suya, solo suya.

Y se recostaron sin dejar de mirarse a los ojos. La rubia dedicándole una sonrisa maliciosa.

““¿Qué significará?.""

Se cuestionaba el shaman. Más no tuvo tiempo para divagar en ello; sus ojos se cerraron, vencidos por el sueño y el cansancio. No supo más por esa noche.

~*~

~*~

~*~

* ¡¿Q-qué haces aquí?!. *

Ella simplemente no se molestó en responder al joven de piel tostada y pasado peinado tipo afro.

Solo se despojó poco a poco de sus ropas, ante la incrédula mirada del comediante, quien al admirarla completamente desnuda, sonrió con ternura, casi con devoción, cómo si estuviese en un hermoso sueño.

Y cuando sintió la tibia piel blanca de la rubia, Chocolove simplemente no pudo resistirse y se dejó llevar por la bella dama que había entrado a su habitación, tan solo para hacerlo feliz esta noche.

Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Bueno voy a saltarme lo que pasó entre Chocolove y Anna, porque simplemente no me cabe en la cabeza que ellos dos. . . bueno ¬¬' .

Pero tenía que mencionarlo, él es otro más en la pensión ^^' .

__Nada es lo que parece.__

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai  y es material de "Paradise".

Totalizado el 15 de Marzo de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

|| Capítulo 6 ||


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3 years ago

La realidad de un sueño

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Anime: Blood +

Rating: M

Pareja: Haji & Saya

Sinopsis: Antes que hablarlo con él, ella prefería quedarse con la duda de si aquello había sido un sueño o la realidad de un pasado lejano e intangible.

Advertencia: (NSFW) Lemon.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Él golpeó la puerta un par de veces, esperando que le permitiese entrar.

  * Largo !, no quiero ver a nadie. *

 Pero en cambio esa fue la respuesta que recibió.

Haji dobló las cejas. Desde hace un par de días, Saya se comportaba extraño, se aislaba e incluso parecía enfadada con él.

 El tiempo, ese era el problema, la idea de estar en adolescencia eterna mientras que los demás vivían a plenitud.

  ““¿Por qué somos tan diferentes?.””

Le preguntó en el lago, mientras se aferraba a él en un abrazo. Haji hubiese querido que ese contacto nunca hubiese terminado. Pero el muchacho veía las cosas de manera distinta.

Un niño enamorado de una hermosa mujer, eso fue él durante tantos años. La veía tan imposible, tan inalcanzable, e irónicamente los papeles se habían cambiado ahora. Ahora, Haji es mayor que Saya, no le importaba porque, tampoco quería pensar mucho en ello, solo tenía la sensación de tener una oportunidad, solo una y la buscó. . .

  * ¿Qué crees que haces?, ¡fuera de aquí!. *

 Saya enrojeció al ver el atrevimiento de su amigo al entrar sin su permiso.

Más, sentada frente al espejo, la chica ni siquiera se dignó a encararlo; lo miraba a través del reflejo que le permitía la luna del tocador.

  * Toma. *

 Susurró él, con esa voz tan galante y varonil hasta la desesperación, haciéndola sonrojar.

Sobre el florero vacio, Haji depositó una flor de pálido color rosa. Saya cerró los ojos y suspiró hondo, controlándose.

  * No lo hagas de nuevo, ¿qué tal si hubiese estado cambiándome de ropas?. *

  Él guardó silencio, como si la estuviese ignorando.

Haji se arrodilló frente a la jovencita, sujetándole la delicada mano entre las suyas.

  * Quiero decirte que. . . no importa cuan distintos seamos o si nuestros tiempos nos pasan de distinta manera, yo. . . siempre estaré contigo. *

  Saya enrojeció por la sorpresa, más aun cuando el pelilargo depositó un elegante beso en el dorso de su mano.

  * Haji, yo. . . *

 La voz de la chica se apagó cuando inesperadamente, los labios del muchacho se posaron sobre su dulce boca. Saya abrió desmesuradamente los ojos, ¿qué era esto?. Esa sensación tan calida y hermosa que le estaba enloqueciendo.

 Haji se separó ligeramente de la mujer, su aliento acariciándole el rostro. Fue entonces que Haji notó los ojos de la joven teñirse de rojo, aunque impresionado, lo atribuyó a la pasión, aquella que a él mismo lo recorría.

  * De, detente, Haji. . . *

 Rogaba ella, cuando su compañero la tomó, llevándola a la cama.

Ella ni siquiera sabía que estaba pasando, solo sabía que a pesar de sus palabras, no quería que él la soltase, mucho menos que parara.

 Así, Haji la tendió suavemente sobre la cama, con aquella seriedad que lo caracterizaba, se dedicó a grabarse cada detalle de su compañera.

Recordaba el coraje, el odio, esos sentimientos que inevitablemente trajeron el amor a su corazón. Y ahora. . . no importaba cuanto se comparasen, ella parecía al menos diez años menor, como si fuese una niña, aunque tal apariencia fuese solo un espejismo.

 Y tal como a una niña, una frágil y valiosa figura de cristal, quería protegerla, cuidarla y acompañarla hasta el fin del mundo, como ella tanto deseaba. Pero por ahora, solo podía pensar en amarla.

  Entonces, Haji comenzó a despojarla de sus ropas, listón por listón, acariciando los bordes, delineando los encajes, cual especial y hermoso regalo que se envuelve con ingenio.

La desnudez de la chica fue develada y el caballero suspiró profundamente para luego, con voz ronca, decir. . .

  * Sí que eres hermosa. *

 Así la había imaginado.

Saya se sonrojó, más el color en sus mejillas se tornó más severo al presenciar como el muchacho se quitaba sus propias ropas para arrojarlas lejos del amplia cama.

Inmóvil, casi temblando de miedo y ansiedad, la jovencita no fue capaz de apartar la mirada del esculpido cuerpo de su amigo.

Esa piel tan pálida, músculos marcados sutilmente y sus largos cabellos que caían elegantemente. Y sus ojos. . . tristes, serios, casi indiferentes. Como deseaba ella verlo sonreír.

 Saya suspiró, mitad sorpresa y mitad placer, al sentirlo posarse sobre sí. Sintió sus grandes manos recorrerla fugazmente, como delineando los contornos de su pequeña y frágil anatomía.

Ella desvió la mirada, no siendo capaz de soportar esos negros ojos que se empeñaban en mirarla fijamente. Entonces, Haji aprovechó para tatuar de besos el cuello de su dama, llenándola de un cosquilleante placer.

  * Ha, Haji, ahh. *   _Saya cerró los ojos, esto era sofocante. Quería y no quería detenerse._   * Ah, ta, tame. . . *

 Tras estas palabras, la joven se mordió el labio inferior y retuvo la respiración por un instante al sentir como los largos dedos del muchacho se deslizaban dentro de su intimidad, encontrándola cálida y mojada a pesar de que la misma Saya no sabía ni entendía muy bien que era lo que estaba pasando.

 La chica cerró ligeramente las piernas, juntando las rodillas, pero ni así pudo evitar que Haji siguiese acariciando aquella zona tan sensible, clavando el dedo medio en el sexo de su amada y el roce, la caricia en sí, terminó por vencerla.

Saya se arqueó al tiempo en que de sus labios se escapaba un sonoro gemido de gozo. La mujer cerró los ojos con fuerza, como queriendo conservar aquella sensación tan poderosa que la hizo entregarse por completo, prueba de ello fue que separó totalmente sus piernas, exponiendo su sexo, ansiosa por seguir experimentando más sensaciones de la mano de su compañero, consintiéndole todo.

E incluso no dudó en hacerle saber a Haji que ella ya se había olvidando de sus dudas y su timidez.

  * Haji, quiero. . . ¡quiero más!. *

 Le dijo ella, jadeante.

Al escucharla, el muchacho curveó los labios, una sonrisa tan sutil que embelesó a la jovencita, quien tardó en darse cuenta de que el hombre se frotaba rápidamente el pene, masturbándose justo frente a ella.

 A Saya le pareció tan atrayente aquel miembro viril, que se arrodilló dispuesta a besarlo. Más apenas lo rozó suavemente son sus labios, cuando Haji la empujó con suavidad, alejándola de su miembro.

  * No tienes que hacerlo. *

* Pero yo quiero. . . *

* Soy yo el que debe complacerte. *

  Saya dobló las cejas sin entender, más comprendió todo cuando Haji escondió el rostro entre sus, degustando de inmediato el sexo de su amada. El agridulce sabor le pareció exquisito, como toda ella.

Haji lamió con tranquilidad, separando los pliegues de la flor con su lengua, quitándole el aliento a la joven mujer quien respiraba agitada, sin poder soportar más de aquella deliciosa invasión.

Fue peor aun sentir como el muchacho aprisionaba entre sus labios el hinchado clítoris y lo succionaba, desencadenando de inmediato un fuerte orgasmo en su bella compañera, que casi desgarra las sábanas al tratar de soportar tanto placer.

 La calma llegó pronto, aun cuando ella jalaba aire con desesperación, apenas y prestó atención a los besos que el muchacho desplegaba por cada rincón de su cuerpo. Primero su sexo, su vientre y finalmente los pechos, cuyos rígidos pezones succionó e incluso mordió con frenesí, como si de ellos bebiese el placer que ambos anhelaban sentir.

 Saya miraba fijamente al techo, pero sentía, sentía el gozo que Haji se empeñaba en regalarle.

La chica enredó sus finos dedos en el oscuro cabello del varón; tenía que decirle algo, algo importante. . .

  * Haji, yo te. . . *

 Más la joven de nuevo fue callada por los apasionados labios del hombre y mientras este devoraba su boca, se acomodó entre las piernas de la chica, acariciándole la vulva con al punta de su pene por apenas unos instantes para luego penetrarla lentamente.

 Saya se abrazó a su compañero al sentirlo irrumpir en ella, cerró los ojos mientras un par de lágrimas escapaban de ellos.

Dolía, a ambos, y sin embargo. . . comenzaron a mecer las caderas apenas sintieron que la penetración había sido completa, buscándose mutuamente en un fugaz beso, en una ardiente caricia o con desesperación en el ir y venir de sus caderas, suave y lento a veces, rápido y fuerte otras más.

 Era tanto el placer que recorría a la dama y no se dio cuenta de que, en su éxtasis, clavaba sus filosas uñas en la espalda de su amante, desgarrando la pálida piel.

Aquella era una sensación tan dolorosamente placentera, que Haji enloqueció, penetrándola con más fuerza, casi al borde de la locura, entonces Saya conoció al hombre apasionado que dormía tras la irritante seriedad de su amigo de toda la vida. . . y le encantó.

 Fue en ese instante que la joven descubrió lo mucho que amaba a Haji.

Las lágrimas se derramaron una vez más de sus ojos, pero era la felicidad de saberse entre los fuertes y cálidos brazos del hombre.

 El baile de los amantes se tornó frenético. Saya se aferró a su amado al tiempo en que se deleitaba con las pulsaciones de su vagina, que apretaban exquisitamente el pene de Haji, y luego la esencia del hombre, que la quemaba de forma deliciosa.

  * Hajii. . . *

 Hermoso, esa era la palabra para describir la locura que acababan de hacer.

Saya se arqueó y gritó el nombre de su compañero; en medio de su éxtasis, la mujer mordió el cuello de su amante, tan fuerte, que pudo degustar la sangre que manaba. El sabor era simplemente delicioso y le imprimió algo especial a su clímax. Asustada, Saya lamió, sanando la herida que ella misma había causado a su amante, sin saber que para el mismo Haji esto había sido el detonador, que en combinación con la calidez y el roce de sus sexos, que lo obligó a regar su semilla dentro de la joven.

 Se besaron y mantuvieron sus cuerpos entrelazados por un rato más, disfrutando de su unión.

Por ahora, Saya había olvidado su ira y su tristeza, y se conformaba con estar al lado de Haji. Más el silencio se tornó incomodo al alargarse demasiado; fue la mujer quien se atrevió a romperlo.

  * Mañana es el cumpleaños de Joel. . . ¿Podrías acompañarme a buscar un regalo para él?. *

 La única respuesta que de él recibió, fueron sus brazos que la estrecharon con más fuerza, y un dulce beso en su frente.

Luego, con una sonrisa adornándole el rostro, Saya simplemente cerró los ojos y no supo más.

~*~

~*~

~*~

  * ¿Estás bien?. *

 Preguntó el caballero al ver a su dueña despertar.

  * Tu-tuve un sueño. . . al menos, eso creo. *

* ¿De qué trataba?.*

  Saya se sonrojó, no, no podía hablar de eso, ni siquiera con el protagonista de su sueño, prefería quedarse con la duda de si esto había sido tan solo un sueño o la más pura realidad de un pasado lejano e intangible.

 Tal vez con el tiempo lo recordaría o si seguía dormida, quizá podría seguir soñando.

Lo cierto es que la joven una vez más cerró los ojos, alcanzado a escuchar, lejana, la voz de su compañero.

  * Ojalá pudiésemos hacerlo. . . una vez más. *

   Totalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Como que estuvo muy suavecito, ¿no?.

Bueno, es que estos dos no despiertan mucho fuego. Amor sí, pero como que no hay mucho deseo para exprimir.

Bueno, al menos ya me quité la “espinita” de dedicarles un fic ^^’.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai  y es material de “Paradise”.

Totalizado el 30 de Julio de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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3 years ago

El sufrir de la reina _C2_

El Sufrir De La Reina _C2_

Anime: Digimon Tamers

Rating: M

Pareja: Hirokazu & Ruki

Sinopsis: Con él era igual... Ellos eran buenos amigos, pero cuándo el chico comenzó a hablarle de amor... no era en serio. Él la había lastimado, pero Ruki no dejaría que ningún hombre la lastimase de nuevo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai

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.:: Capítulo 2 ::.

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* Kore. *

Fue lo único que escuchó de ella, cuándo le arrojó una toalla para secar su mojado cabello.

* Gracias, qué amable. *

Kazu habló con voz sarcástica, tratando de hacer enojar aun más a su anfitriona. Y es que solo faltaba que la pelirroja lo culpara por la fuerte y repentina lluvia.

Al menos estaban cerca de la casa de Ruki, de lo contrario él hubiese tenido que pagar por los caprichos del clima.

El silencio fue lo único que compartieron por unos minutos en los que el tamer recordaba que ese día definitivamente había empezado mal.

~*~

~*~

~*~

Volvió a ver su reloj; veinte minutos de retraso.

¿Para qué se sorprendía?, no era la primera vez y aunque con tal de verla la espera bien valía la pena, no podía evitar desesperarse.

““La necesito.""

Pensaba el muchacho, consciente de que las citas ya no le eran suficientes.

Se habían vuelto algo así como amigos inseparables, confidentes. Y para Kazu eso había estado bien al principio, pero ahora. . .

* Necesito más. *

Susurró para sí, recordando que su necesidad por ella era tal que no hace mucho le confesó sus sentimientos, pero Ruki solo le regaló el silencio. Y esta situación de amigos, ver y no tocar, lo estaba matando.

Quería abrazarla, quería besarla, quería, quería. . . más no podía. Hirokazu se hubiese torturado un poco más con dichos pensamientos, pero la vio llegar tan hermosa como siempre, tan fría, tan lejana. . . tan imposible.

~*~

~*~

~*~

Ideas no muy puras comenzaron a vagar por su cabeza.

La tarde lluviosa, nadie más en la casa, era el momento perfecto para desatar todo su amor por la chica. Y no tardó en actuar. . .

* Ruki, yo. . . *

Kazu se posó de tras de ella; su voz, un suave susurro que llegó a oídos de la joven, alertándola.

Lo sintió rodear su cintura y recargar la barbilla sobre su hombro.

* Basta !. *

Le dijo ella, alejándose bruscamente y dedicándole una fría y rencorosa mirada.

Daba miedo, pero a diferencia de las ocasiones anteriores, la tamer estalló y le reclamó; por qué todo entre ellos iba bien hasta que él comenzaba a hablar de sus sentimientos.

* No quiero que lo hagas, no me gusta. *

* ¿Por qué?. *

Le gritó el moreno, ya desesperado y sin comprender el rechazo de la joven, más ella guardó silencio y bajó la mirada al interesantísimo piso de madera.

* Po-por qué y-yo. . . *

Eso fue todo, la pelirroja no pudo decir más, las palabras atorándosele en al garganta.

Algo en Kazu no aguantó y después de azotar la toalla en el piso caminó directo a la puerta; no podía más.

* Con Ryo era igual. *

Pero escuchó la voz de Ruki y se giró a verla, sorprendido de que se estuviese sincerando con él.

Desde que la vio llorar por Akiyama no volvieron a tocar el tema, mucho menos hablaron de su ya extinta relación con el tamer legendario.

* Tengo miedo. * _Le decía._ * Él y yo éramos buenos amigos, pero cuando comenzó a hablarme de amor. . . no hablaba en serio, so-solo pretendía pasar el rato. *

* Ruki, yo no. . . *

* Me lastimó y no dejaré que nadie más lo vuelva a hacer. *

La pelirroja alzó por fin la mirada; lágrimas resbalando libremente por sus mejillas.

Las palabras que lanzara en gritos, clavadas en su corazón. Y luego el silencio. ¿Por qué las cosas tenían que ser tan difíciles?, ¿por qué lo comparaba con Ryo?.

““¿Por qué no confía en mi?.""

Hirokazu frunció el ceño, ella no le daría una oportunidad si él no hacía algo, tenía que ganarse su confianza aunque tuviese que ponerse de rodillas.

Más en ese momento encontró las palabras correctas.

* Ruki. . . yo nunca, jamás te haría daño. *

Ella escuchó aquella voz varonil y de inmediato sintió esos brazos rodeándola con firmeza y suavidad al mismo tiempo.

* ¿Eres sincero?. *

Y la única respuesta, si es que la chica buscaba alguna, fueron los labios del tamer posándose sobre los suyos, besándola lenta y suavemente, disfrutando de la delicada caricia que a ambos los hizo estremecer.

Poco a poco, la chica fue correspondiendo a aquel beso, aferrándose a su compañero; sus manos intranquilas, acariciaban su apuesto rostro o alborotaban aun más sus castaños cabellos.

Y si se separaron fue tan solo porque les faltaba el aliento, pues aquel beso fue tan intenso y profundo que hubiesen querido no romperlo.

* ¿Cómo creerte?. *

Sus palabras un susurro y su aliento acariciando el rostro del moreno, quien se aferró más a la cintura de la chica, meciéndose suavemente cómo bailando una pieza sin música, inexistente y perfecta.

* Creo que tendremos que averiguarlo. *

Hirokazu la besó nuevamente, más ahora lo hacía desesperado, quería devorarla a besos, tenerla para él y hacerla suya y una vez habiéndose saciado de ella, amarla locamente y con todo su ser una vez más.

Y fue toso su deseo, su loca pasión, el amor que por ella sentía lo que lo guió en todo momento.

Entre besos y caricias, terminaron en la habitación de la joven, tendidos sobre el futon, él encima de ella, sus manos inquietas recorriendo cuanto podían de la frágil figura de la mujer entre sus brazos. Sus piernas, la estrecha cintura.

Entrelazando tantas veces su manos, acariciando sus suaves mejillas o simplemente enredadas en el rojizo y largo cabello de la joven.

Más Ruki se paralizó al sentirlo acariciar sus senos por encima de su camisa. Se separaron ligeramente mirándose con fijeza mientras respiraban agitados. No hubo palabras, nada que decir y el delicado rubor en las mejillas de la chica le indicaron al tamer que podía continuar.

Así, su mano poco tardó en perderse bajo la tela de la camisa, palpando la perfecta redondez del seno izquierdo. Su piel era cálida y suave y la carne firme; el pezón duro por las caricias.

Se escuchaban suaves gemidos que Ruki no pudo reprimir, mismos que lo volvieron loco de deseo por lo que terminó por despojarla de las ropas que ya le estorbaban.

Ante él, el perfecto y delicado cuerpo de la pelirroja, desnuda al natural. Le pareció aun más hermosa de lo que ya era.

La abrazó, sintiendo la calidez de su cuerpo mientras la besaba con fuerza; rezando por qué no fuese uno más de sus sueños.

Pero era real, ella le correspondía y con voz jadeante le pidió al muchacho que él también se quitara las ropas. Y como si de una orden se hubiese tratado, Kazu no tardó en desnudarse.

Un sutil rosa adornaba le rostro de la reina. El cuerpo del hombre le atraía y el canela de su piel la invitaba a deslizar sus labios por doquier, más fue él quien impaciente, la tomó entre sus brazos tan solo para volver a besarla, el que acarició cada rincón de su hermoso cuerpo.

De hecho, una de sus traviesas manos no tardó en posarse en la intimidad de la pelirroja, frotando suave y sensualmente, separando los pliegues y encontrando el pequeño botón que era su centro de tormento, ansioso de placer, rígido por la excitación.

Apenas lo tocó sutilmente, Ruki suspiró agradada, impaciente de caricias que pronto llegaron, haciéndola gemir entre los besos que Hirokazu no dejaba de regalarle.

Más nada fue mejor a sentir cómo el chico penetraba delicadamente con su dedo medio, metiéndolo y sacándolo, cuidadoso al principio, más rápido al final, cuando la chica no dejaba de jadear y pedirle más de aquella travesura, que no se detuviera.

* Ahh, deliciosooo. . . *

Un suave grito que la joven lanzó cuando no pudo soportar más y alzaba las caderas, buscando más placer.

El primer orgasmo de la noche la invadía exquisitamente, haciéndola temblar y a su vagina contraerse, como tratando de retener al intruso que se adentró en ella para causarle tanto placer.

* Ah, ah. . . e-eso me gustó mucho. *

* Y aun hay más, amor. *

La voz del tamer se apagó cuando él mismo buscó los labios de la mujer que tanto amaba. No podía dejar de besarla, la necesitaba, la amaba. Y por kami, esperaba hacer las cosas bien porque esta sería la primera vez y no quería decepcionarla.

Kazu solo, solo quería hacerla gozar, hacerla feliz. Y dejó que el instinto lo guiara y lo hizo con todo su amor.

Ruki separó las piernas, mostrándole completamente su sexo; Kazu tragó saliva mientras su rostro se ponía completamente rojo. . . esa era una imagen demasiado tentadora.

Con cierto nerviosismo se acomodó entre las piernas de la chica, frotando su pene contra los labios vaginales de la mujer. Eso los hizo jadear y a sus respiraciones acelerarse; era demasiado para soportarlo.

Ruki arqueó la espalda mientras le pedía a su compañero que entrase en ella, que no podía ya más.

Hirokazu, tan ansioso o más que su amada, empujó las caderas, enterrándose lentamente en la cálida intimidad de la pelirroja.

* Oh, sí, Kazu. . . necesito esto. . . *

Las palabras entrecortadas de la tamer llegaron a oídos del joven, incitándolo a continuar. Más no se hubiese detenido ni un segundo, ni siquiera por la sorpresa que lo recorrió cuando la piel de su miembro descubría la primera experiencia sexual.

Era increible ver como Ruki se retorcía bajo su cuerpo, buscando aquel pedazo de carne caliente que la llenaba de placer.

* Oh, sí más, másss !!. . . *

A la pelirroja ya nada le importaba y se entregaba por completo al gozo de la carne. Enterrando las uñas en el ancha espalda de su amante, aferrándose a él y cuya energía parecía no decrecer pues cada vez la penetraba con más fuerza, jadeando desesperado.

El roce entre sus sexos liberaba pequeñas descargas eléctricas que los hacían moverse más rápido, buscarse mutuamente.

Pero Ruki no pudo soportar más y entre los besos que Hirokazu no paraba de darle y la delirante forma en que la penetraba, alcanzó el orgasmo; arqueó la espalda, entregándose por completo al placer, gimiendo entrecortada.

Su vagina se contraía con fuerza, abrazando el pene del muchacho, quien poco pudo soportar tremendo estimulo y dejó que su semen se derramase en la cálida y húmeda intimidad de su amada pelirroja, mientras apretaba los dientes y trataba de hundirse un poco más en ella.

Luego todo fue jadeos de cansancio, suspiros y susurros casi inentendibles por la baja frecuencia de sus voces. Besos que parecían no tener fin y principio y que eran solo acompañados por delicadas caricias sobre la piel de leche de la reina digimon, que lucia divina en contraste con la suya, morena.

El fresco aroma de la tierra mojada inundó la habitación de la joven. El frío de la tarde los había hecho buscar el calor de su amante.

* Te amo, Ruki. . . en verdad te amo !. *

La voz del moreno fue tan solo un susurro que la hizo abrir los ojos, fue entonces que la reina pudo ver el amor que se desbordaba de los ojos del tamer, ese sentimiento tan real y sincero, mismo que nació en ella desde la tarde aquella en que llorase entre sus brazos.

* Y yo a ti. *

Y ella no dudó en responder con esas mismas palabras, porque estaba convencida de que eran verdaderas.

Una sutil sonrisa se plasmó en el rostro de la chica, quien cerró los ojos y se acomodó sobre el pecho del tamer.

Era mágico, era hermoso y era perfecto. . .

El dolor de la reina, había terminado.

Finalizado.

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Hermoso, un poquito fuerte pero no mucho en verdad.

Tenían que terminar así, enamorados ^0^ .

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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai  y es material de "Paradise".

Totalizado el 20 de Mayo de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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3 years ago

Una para todos _C4_

image

Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Todos x Anna

Sinopsis: Quizás los engañó y no era la mujer honorable que decía ser, sino una chica en busca de placer. Tantos hombres y una sola mujer en el mismo lugar da mucho de que hablar.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai

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.:: Capítulo 4 ::.

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Degustaban el desayuno en silencio.

¡Cuidado aquel que hablara!, porque seguro la rubia itako le lanzaba a la cabeza lo primero que encontrase, pues no se veía de muy buen humor.

De cualquier forma, cada uno de los que rodeaba la mesa padecía su propio drama.

La sonrisa de Yoh estaba a medias, Ren se limitaba al arroz, sin prestar atención a los demás, Horo Horo se llenaba la boca hasta hartarse, en tanto Ryu y Chocolove comían mirando a sus demás amigos, cómo pensando en algo bueno que decir y tratar de romper ese terrible silencio que los envolvía, Manta miraba de vez en cuando a cada uno de sus amigos, notándolos extraños y en cuanto a Lyserg. . .

Ahh, bueno, él sostenía su plato, más no probaba bocado aun, sus ojos se hallaban clavados en los de la bella mujer frente a él. Los recuerdos de la noche anterior estaban vivos en él.

Estaba embobado y hubiese seguido feliz reviviendo la mejor experiencia de su corta vida, de no ser por la pesada voz que, en un susurró, le dijo. . .

* Si no dejas de mirarla, date por muerto. *

Sentado justo al lado de la rubia, Hao Asakura lo miraba con fuego en los ojos. El peliverde frunció el ceño y sin decir nada, desvió su mirar para luego dedicarse a consumir el arroz en su plato; al parecer nadie había notado aquel pequeño incidente.

Pero si Hao iba a matar a todo hombre que mirase sospechosamente a la mujer de ojos negros, entonces el inglés no sería el único muerto esa mañana, sin duda, Ren Tao lo seguiría al otro mundo si no despegaba su mística mirada de la chica en cuestión, antes de que el shaman de fuego se diese cuenta.

Todo continuó en absoluto silencio, cómo si nadie se hubiese dado cuenta de que algo extraño estaba pasando justo frente a sus narices.

~*~

~*~

~*~

* Anna, tenemos que hablar. *

La sacerdotisa se giró a ver al inglés, lo notaba extraño, más que nada por qué al fin la estaba llamando por su simple y sencillo nombre.

Lyserg estaba desesperado, se sentía culpable pero ansiaba sentirla nuevamente entre sus brazos. Y era ese bendito sentimiento, necesidad que le nació por ella, lo que lo preocupaba. Porque no podía sacársela de la cabeza, así cómo el hecho de que su amigo Yoh aun sentía algo por esa linda mujer.

La itako parpadeó un par de veces.

* ¿Conmigo?. * _Preguntó confundida, ellos nunca hablaban._ * No sé de que, pero. . . *

* Sobre lo de ayer!!. * _La rubia parecía sorprenderse, se notaba incómoda._ * Más precisamente de lo que pasó entre tu y... *

* No se lo digas a nadie. * _La voz de la itako lo interrumpió, exigiéndole guardar ese secreto._ * No menciones una sola palabra de lo que viste u oíste, ¿entiendes?. *

* Pero, Anna, es que yo. . . *

* No tengo nada más que hablar contigo, Diethel. *

La mujer simplemente dio media vuelta, dejando al muchacho con la apalabra en la boca.

Lyserg entendía que ella no deseara que los demás se enteraran, pero era importante que hablaran sobre lo que hicieron.

* ¿Por qué estás desesperado por hablar con ella?. *

El inglés abrió los ojos con sorpresa, girando el rostro tan solo para encontrarse con la pesada mirada de Ren Tao.

* Na-nada importante. *

* ¿En serio?, parecía todo lo contrario. *

* No te importa, ¿de acuerdo, Ren?. *

Lo último fue casi una amenaza que no hizo sino aumentar las sospechas del joven chino, quien miraba curioso cómo su amigo se alejaba por los pasillos, hasta desaparecer de su vista.

~*~

~*~

~*~

Sentada en el pasillo de madera frente al jardín, la sacerdotisa no quería admitirlo, pero estaba preocupada, no quería ni pensar en la posibilidad de que los demás se enteraran de lo que había estado pasando en los últimos días, no es que le importase "el que dirán", pero. . .

* No sé cómo reaccione Yoh, además dudo mucho que cualquiera de ellos me entienda, y si Lyserg dice algo, no. . . *

* ¿No qué, Anna?. *

Kyouyama sintió cómo si su corazón se hubiese detenido por un instante; creyó que estaba pensando lo que en realidad sus labios pronunciaron. Y no tenía que girarse para saber que aquella voz le pertenecía a Tao Ren.

* Hay algo extraño en ti, ¿sabes?. *

La rubia no le dirigía ni la palabra, ni la mirada, fingía seriedad cuando en realidad se estaba muriendo de nervios.

Ren era muy listo cómo para dejar pasar algo por alto.

* Lyserg sabe algo que tu no quieres que él diga, me pregunto qué será. Qué yo sepa apenas y se hablaban y ahora él. . . *

La chica frunció el ceño. ¿Desde cuándo ese shaman se había vuelto un chismoso?.

Anna se puso de pie, dispuesta a retirarse y no seguir escuchando las acusaciones del chino, más apenas dio el primer paso, este la sujetó por el brazo.

* ¿Qué pasa contigo, Anna?. *

* Suéltame !!. *

La rubia se giró inmediatamente, estaba furiosa; reaccionó casi por instinto o costumbre, estampando su mano izquierda en el rostro del shaman.

Al escuchar la furiosa voz de la sacerdotisa, los demás salieron a ver que pasaba, pero lo único que vieron fue a un Ren con la mejilla roja y a una Anna que se iba por los pasillos, maldiciendo a todo y a todos.

* ¿Qué le hiciste, Ren?. *

Preguntó Yoh, extrañado de que su amigo hubiese discutido con la joven de dorados cabellos, pero el chino guardó silencio, pensando que definitivamente, esa mujer estaba más agresiva de lo normal.

Mientras tanto, Hao ya planeaba cómo torturar a Tao por acercarse a la sacerdotisa.

~*~

~*~

~*~

Disfrutaba de un baño en las aguas termales. Aunque ya era un poco tarde para eso, esto le ayudaba a relajarse.

* No entiendo por qué me importa tanto lo que ella haga o deje de hacer. *

Se decía a sí mismo el heredero Tao.

““¿A quien engaño?, la quiero desde la primera vez que la vi, yo. . .""

Los pensamientos del muchacho eran una tortura.

Esa mujer era un ángel inalcanzable. Muy en el fondo de su corazón guardaba una esperanza al saber que el compromiso que la ataba al shaman king, se había disuelto.

Pero ahora venía y se encontraba con que la rubia mujer tenía un secreto que solo Lyserg Diethel sabía. Se sentía cómo un completo extraño en la vida de Kyouyama.

* Bueno, no es que seamos los mejores amigos, hemos conversado muy pocas veces, pero... *

Ren salió de su ensimismamiento al escuchar un chapoteo.

Abrió los ojos y no podía creer lo que veía. . . la única mujer que le robaba el sueño, ahí entre las aguas tan cerca de él, con tan solo una pequeña toalla cubriendo su fino y perfecto cuerpo, mirándolo de forma seductora.

* A-Anna, ¿qué haces?. . . *

* Ren, yo. . . siento mucho lo de hace rato, solo, solo quiero disculparme contigo. *

El chino casi se va de espaldas al oír aquello. Esa no era la mujer de hielo que el conocía, se estaba comportando de forma extraña.

* E-escucha, Anna. . . E-está bien, disculpa aceptada, pero no tienes que ir semidesnuda por ahí para que yo te. . . *

* Es que, tu solo estabas preocupado por mi y yo. . . fui muy grosera contigo. . . déjame compensarte por ello. *

Esto último estremeció al chico, Anna se le estaba insinuando y él. . . simplemente se quedó paralizado al sentir cómo la rubia deslizaba su dedo índice sobre su pecho, comenzando a delinear los marcados músculos.

* A-Anna, qué te?. . . *

Aquella frase inconclusa fue la última defensa del shaman, defensa que se desvaneció por completo cuando Kyouyama posó sus tibios labios sobre los de él.

Ren cerró los ojos, dejándose llevar, esto era algo que deseó desde siempre y no la iba a dejar ir.

Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

En realidad no hay pruebas de que Ren sienta algo por Anna, aunque siempre he tenido esa sensación.

De hecho, a mi parecer, todos los amigos de Yoh, si bien no sienten algo por la itako, tampoco se privarían de fantasear un poco con ella 7w7 .

__Nada es lo que parece.__

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai  y es material de "Paradise".

Totalizado el 15 de Marzo de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

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|| Capítulo 5 ||


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3 years ago

Una para todos _C16_

Una Para Todos _C16_

Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Todos x Anna

Sinopsis: Quizás los engañó y no era la mujer honorable que decía ser, sino una chica en busca de placer. Tantos hombres y una sola mujer en el mismo lugar da mucho de que hablar.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 16 ::.

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* Fuera de aquí, ¡ahora!. *

La rubia itako gritó con fuerza; sus negros ojos llameaban por la furia y el resentimiento.

* Anna, por favor, hablemos. *

La chica le dio la espalda al peliazul, ignorándolo y con esto obligándolo a seguirla por toda la mansión.

¿Hablar?, no tenía intenciones de hablar con alguien que no le creía.

* Vete ya, tu viaje fue en vano. *

* Eso no es verdad y lo sabes. *

El ainu la sujetó del brazo, obligándola a girarse con violencia.

* Me comporté cómo un patán, lo sé y lo siento.*

Sus palabras no alcanzaban a describir su proceder.

Horo Horo se volvió ciego y sordo para todo lo que la sacerdotisa pudiese decirle. La ignoró, la rechazó. . . maldita sea, la insultó !, la rebajó a ramera.

* Pero heme aquí, tratando de borrar mi error. *

Ella lo miró con tristeza, ya no soportaba más, la estaba lastimando.

* Pues ya es muy tarde. *

La voz de la itako se había reducido a un hilillo al borde del llanto.

Kyouyama dio media vuelta, refugiándose en su recamara, más la insistencia del ainu lo llevo tras ella. Un inevitable impulso lo hizo abrazarla desde atrás, formando una prisión fuerte y suave al mismo tiempo.

* Suéltame !. *

* Anna, te amo. . . *

* ¡Basta!. *

Aquellas palabras estaban lastimando a la chica de ojos negros; lágrimas saladas brotaron de sus tristes ojos mientras él le susurraba, una y otra vez, que lo sentía para luego deslizar sus labios sobre el cuello de su amada.

* ¿Qué haces?. *

* Lo que debí hacer desde un principio, amarte y olvidarme de todo lo demás. *

Apenas dijo esto, las manos de Usui se posaron sobre cada uno de los senos de la rubia, palpándolos por encima del vestido, sin dejar de llenarla de besos, mordiéndole la oreja con tranquila pasión.

Anna sabía que debía resistirse y sacarlo a patadas de su habitación y de su vida, pero en cambio, dijo su nombre, extasiada, complacida, casi suplicante. . .

* Horokeu !. . . *

Para el shaman esto fue el permiso para continuar y hacerle el amor. De cualquier forma estaba tan ansioso, que la tomó por las caderas, acomodándola sobre la protuberancia que comenzaba a endurecerse, aun de pie, parecía no tener tiempo ni para deshacerse de las ropas.

* Ho-Horo Horo. . . así no !. *

Al escucharla, el peliazul disminuyó la fuerza de su abrazo. Paciente, le permitió a la joven guiarlo hasta el futon.

El shaman de hielo se despojó de su ropa en tiempo record, mostrando su perfecta desnudez. Cada marcado músculo de su tórax, su abdomen y su hombría que se erguía, gruesa, dura, clamando por la mujer.

La rubia clavó la mirada en el pene del ainu, deslizando la lengua por sus labios, saboreando lo que vendría. Sin embargo se desvestía con lentitud, quizás por torturar al muchacho o bien distraída por la excitante visión de aquel palpitante miembro, potente.

Cuando el shaman de hielo tuvo ante él la frágil figura de Kyouyama, la estrechó con fuerza, aferrándose a ella y llenándole de besos el rostro, dispuesto a no descansar esta noche con tal de ganarse su perdón y hacerla feliz.

* Te amo !. *

Le dijo él entre besos; sus manos apretando los dibujos que sostenían su blanca espalda.

Con suavidad, Horo Horo la obligó a sentarse sobre el futon y cual niño hambriento, bebió de su pecho, succionando, lamiendo y mordiendo con ternura mientras tironeaba el otro pezón. Dulces caricias que hicieron a la chica jadear y abandonarse a las deliciosas sensaciones que el peliazul en ella provocaba.

Anna se dedicó a desordenar los azulados cabellos del ainu, mientras gemía agradada por los suaves mordiscos.

Adoraba esto y juraba que hubiese podido alcanzar el orgasmo si el Usui no se hubiese detenido.

* ¿Qué haces?, sigue. *

Le pidió. Horo solo sonrió con ternura, besándole el cuello poco después sin dejar de acariciarle los senos.

* Quiero que esta noche sea perfecta y sé que quieres mucho más. *

Dicho esto, el shaman de hielo deslizó su mano al sexo húmedo de la joven, acariciando el centro de su placer.

Kyouyama recargó la cabeza en el hombro del muchacho, concentrada en sentir cómo los traviesos dedos entraban y salían de su intimidad, regalándole el gozo que ella deseaba y necesitaba, luego el muchacho le introducía los dedos con fuerza y rapidez, orillándola al orgasmo.

Anna se aferró al peliazul, gimiendo cerca de su oído, encendiéndolo todavía más.

La itako perdió fuerzas, respirando con agitación, seguía disfrutando de la caricia que el ainu le brindaba.

* Eso fue. . . *

Anna calló, su amante la había soltado para luego ponerse de pie, ella alzó la mirada y prácticamente se embelesó con la imagen del duro pene justo frente a ella.

* Anna, por favor. . . *

Lo escuchó pedir; no necesitaba decir más palabras, ella lo entendía.

Con lentitud, la rubia deslizó la lengua a lo largo de la virilidad del muchacho hasta introducir el pedazo de carne en su boca. Succionó con fuerza, obligando a Horo Horo a gemir y cerrar los ojos, disfrutando de los bocados que la sacerdotisa le prodigaba a su virilidad.

Kami !, la itako era muy buen apara esto, lo estaba volviendo loco. La rubia enroscaba su dulce lengua en la ancha punta de su virilidad mientras sus suaves manos de seda lo masturbaban con desesperación.

Anna en verdad disfrutaba lo que hacía y más al escuchar al joven, gimiendo, diciéndole lo mucho que disfrutaba de esto.

Más luego, la mujer se dedicó por completo a los testículos del hombre frente a ella, lamiéndolos, delineándolos con la lengua, succionando.

Sus hermosos ojos opacos por la lujuria mientras Horo movía las caderas, simulando una penetración en la boca de la mujer al tiempo en que ella se acariciaba el clítoris, jadeando ansiosa.

Luego, simplemente, la sacerdotisa liberó los testículos del shaman.

* Horokeu. . . ¡lo necesito!. . . *

El peliazul se dejó caer de rodillas frente a la chica, abrazándola y besándola.

* Yo también, Annita, yo también. *

Le dijo él y luego siguieron así por un rato más, frotando sus cuerpos, sus sexos.

La punta del pene del shaman se paseaba por la abertura vaginal de la itako, mientras entrelazaban sus lenguas. Estaban desatados, se deseaban tanto, se necesitaban de tal manera, que después de creer que no volverían a estar juntos, no querían dejar ir este momento.

Nunca habían estado tan llenos de deseo, de lujuria. . . de amor. A pesar de todo, los ojos de ambos reflejaban y desbordaban amor por el otro.

Horo sentó a la chica sobre sus caderas, más precisamente sobre su pene, enterrándose, penetrándola lentamente.

* ¿Te gusta?. *

* Mmm, me encanta !!. * _Kyouyama rodeó el cuello del ainu, bajando las caderas, clavándose en aquel duro pedazo de carne._ * Ahhh. . . delicio. . . so. . . *

La sacerdotisa se aferró a su hombre, comenzando una danza exquisita que los envolvía y los llenaba de gozo.

El mecer de las caderas comenzó suave para volverse desesperado.

Los jadeos se convirtieron en gemidos y estos en gritos. La vagina de la itako apretaba deliciosamente el miembro del chico y él la llenaba de él. El roce entre sus sexos era exquisito y sin embargo insoportable.

Horo Horo refregó con fuerza su pene contra la intimidad de la rubia mujer, quien apretó los dientes, tratando de soportar el intenso y sofocante placer. Más nada pudo hacer, las embestidas del ainu eran fuertes y profundas; su vagina se contrajo, abrazando firmemente la virilidad del hombre, estimulándolo a soltar el semen que guardaba. . . Horo no pudo más.

El shaman de hielo siguió penetrando a su manada mientras eyaculaba abundante dentro suyo.

Sus labios se buscaron mutuamente sin dejar de mover las caderas.

* Lo. . . lo siento. * _Le dijo él, jadeante, acariciándole las mejillas a la chica y devolviendo unos cuantos mechones dorados a su lugar._ * Todo lo que dije. . . no quise. . . los celos hablaron por mi. *

Anna hubiese mentido si dijera que todo estaba olvidado, le dolió y mucho, aun ahora después de la reconciliación, no podía borrar esas palabras crueles de su mente.

* Me dolió mucho. *

* Lo sé. *

* No lo hagas más. *

Horo Horo buscó los dulces labios de la itako, cubriéndolos con los propios; meció nuevamente las caderas, dispuesto a continuar donde se habían quedado

Anna era suya, la Anna que todos querían. . . lo quería a él.

¿Qué importaba que haya estado entre los brazos de otro hombre?, era el sentimiento que llenaba su corazón lo realmente importante.

Horokeu era el aquí y el ahora. . . y esperaba serlo por siempre.

Finalizado.

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ALELUYA.

Dos años para terminar esta historia, sinceramente ya me había aburrido. Por eso no me gusta hacer fics largos, porque me aburro de tanto que me tardo ¬¬' .

Tenía que ser HHxA, ya saben que me gusta esa pareja, sin embargo, igual últimamente me estoy aburriendo un poco, creo que mis ideas para SK se están acabando T-T .

Es probable que este sea mi último fiction con esta pareja.

En cuanto a este capítulo en especial, estuvo medio fuerte, pero no cómo yo hubiese querido. ¿ven?, es culpa de mi sentimiento de presión 0v0 .

__Nada es lo que parece.__

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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai  y es material de "Paradise".

Totalizado el 15 de Marzo de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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