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Crash
Capítulo 10. No es una cita
Jae no estaba para nada alterado, de hecho se encontraba en perfecta calma y armonía. Porque esto no significaba nada, en absoluto, el simple hecho de que él y DaeHyun acordaran una fecha y lugar para verse y que éste lo acompañara a teñirse su cabello no convertía la situación en una cita, era una salida casual entre amigos, en su caso los mejores amigos. Y eso no significaba nada, no tenía porque ponerse nervioso.
Excepto porque si lo hacía.
- Pero no es una cita – Se volvió a repetir como por milésima vez en el día.
Pero lo ponía feliz el hecho de que fuera Dae quien lo haya dicho. Muy feliz.
- Mamá saldré un rato – Habló a la mujer que se encontraba en la cocina.
- ¿Con DaeHyun verdad? – Le preguntó ésta tomándolo por sorpresa.
- ¿Cómo lo sabes? – Apartó la vista de sus zapatos justo cuando terminó de amarrarse las agujetas, que le recordara no le había dicho nada a ella.
- Es instinto materno.
Observó de reojo la sonrisa que le otorgaban, suponía que era cierto, ella siempre adivinaba cuando salía con DaeHyun o no, hasta ahora aún no había encontrado una explicación lógica para entender como lo hacía.
- Como sea, nos vemos luego – Se despidió mientras salía de su hogar.
- Ve con cuidado – Regresó a su acción de terminar de lavar los platos, luego rió complacida. – Además de que siempre usas la mejor ropa que tienes cuando te vas a encontrar con él.
Tenía que ir primero al parque donde se habían encontrado todo el día de ayer, pues por más que Dae le dijo que lo vería en su casa no quería que fuera, su madre empezaría a humillarlo como siempre lo hacía. Sacaría un álbum de fotografías viejo –se preguntaba cuantos tenía, siempre sacaba uno distinto– y le enseñaría las fotos suyas a DaeHyun y si no era eso le contaría alguna historia vergonzosa, eso por supuesto que no podía permitirlo,.
Volviendo al tema de la no cita, de acuerdo a sus planes primero irían a la peluquería a teñir su cabello y a que Dae se cortara un poco las puntas. No lo dirá en voz alta, pero tampoco quería en cierta manera que lo acompañara allí, pues la recepcionista siempre miraba a su amigo como si fuera algo que quisiera tener y DaeHyun por supuesto no lo notaba, aunque tuviera un letrero que dijera “Quiero besarte y darte un hijo” el estaría incluso más atento a un libro de cortes y peinados. Eso era también un punto que le encantaba de DaeHyun.
- YoungJae – Escuchó su nombre provenir justamente de quien pensaba.
- Te dije que no llegaras tarde – No era tarde, solo le gustaba molestarlo.
- Pero si apenas son las 10:16 – Dijo el otro desconforme.
- Pero para mí es tarde ¿Qué hubieras hecho si alguien me hubiera secuestrado? – Siguió con el juego a ver que el otro también parecía querer jugar.
- Pues tendría que buscarte por mar y tierra y no pararía hasta encontrarte – Le respondió el castaño riendo.
- Yah, ni que fuera tan importante – Menos mal que no se había sonrojado tanto como se sentía por dentro, últimamente DaeHyun decía esa clase de cosas con mucha frecuencia y le resultaba más difícil contenerse.
- Claro que lo eres, no sé qué sería de mí sin ti – Por supuesto que era en serio, YoungJae era su mejor amigo en la vida y sin él estaría perdido.
- Lo que digas solo vámonos ya – Dijo YoungJae aparentemente sin darle mucha importancia, si seguían hablando de eso estaba seguro que no podría aguantarlo mucho.
- Como quieras – Ambos comenzaron a caminar a paso lento, la cita en el peluquero era en una hora, así que tenían mucho tiempo de sobra.
Para DaeHyun resultaba de lo más natural esa clase de comentarios hacia YoungJae, no por nada era su mejor amigo y lo quería como un hermano, solo que a veces creía que se pasaba con ellos pues tal y como ahora Jae se ponía incómodo, pero era su naturaleza ser así con él, de todas maneras si eso le incomodaba al menor tendría que arreglarlo.
YoungJae se alegraba de que con el tiempo había aprendido a controlarse más o menos, si hace años hubiera estado en esa situación hubiera reaccionado de formas muy obvias y cosas como ésta de caminar a su lado serían lo que aceleraría su corazón a un ritmo cardiaco peligroso, por supuesto que en esos momentos estaba un poco ansioso pues estaba solo con él, caminando juntos en el parque como si fuera…
- No, no lo es para nada.
Recordó cuando hace tiempo también, se hubiera imaginado que en vez de DaeHyun fuera una linda chica la que lo acompañara, esas etapas de negación habían sido muy contraproducentes. Por un tiempo pensó que nunca fue amor lo que sintió, solo que estaba confundido y que aun quería conseguir una novia a quien adorar y poder llamar a eso una cita.
Pero vamos, que estar con DaeHyun era mil veces mejor.
- Oh mira – Dijo el mayor de repente señalando un puesto cerca de ellos.
- ¿Un puesto de crepas? – Debió esperarlo.
- Vamos por una, se ven muy bien – No pudo negarse, en menos de un segundo su brazo era jalado por un voraz DaeHyun camino hacia donde vendían esos postres. – Wow, mira cuanta variedad – Comentó con los ojos brillando de emoción.
- ¿No es muy temprano para que comas dulce? – YoungJae rió ante su actitud extasiada por algo tan simple como unas crepas.
- Déjame ser libre – Se quejó mirando aún el menú de los sabores, había tanto que quería.
- Tómate tu tiempo – Exclamó divertido al ver la cara pensativa e indecisa de su amigo.
Notó como dos chicas que esperaban sus crepas los miraban con sonrisas coquetas, las hubiera ignorado de no ser porque una de ellas pasó uno de sus brazos muy cerca del de Dae para tomar la miel al lado de él.
- Lo siento – Dijo con tono coqueto la joven y una sonrisilla.
- No importa – DaeHyun le sonrió a ella más por cortesía que por otra cosa.
YoungJae frunció el ceño. Si hubiera querido que una chica le coqueteara a DaeHyun ya estarían en otro mundo.
- Disculpa, ¿Podrías pasarme una servilleta? – Habló la otra chica, más bajita que la otra y esta vez a él.
- Claro, toma – Se esforzó en componer una sonrisa falsa, al menos DaeHyun ya había pedido la crepa y solo tendrían que esperar por ella e irse.
- Gracias – Los delgados dedos de su mano rozaron con los suyos más de lo necesario, viró sus ojos rápidamente hacia el mayor, la decepción era inevitable al ver que este estaba mucho más absorto en el hombre que preparaba las crepas que en él, prestaba más atención a cualquier otra cosa que a lo importante.
El menor pensó que esas chicas habían tardado demasiado con ellos ¿Qué tenían que hacer allí coqueteándoles? Solo mostrando sus rostros infantiles y con sonrisas cautivadoras, hace tiempo hubiera pensado que eso era lo que quería, ahora solo le resultaba irritante.
- Toma.
- ¿Eh? – Fue sorprendido al tener una crepa frente a él siendo entregada por la mano de DaeHyun.
- Tu crepa – Dijo esto como si fuera la cosa más obvia del mundo.
- Pero no pedí una – Dijo confundido por ello.
- Pero yo te invito esta – El mayor sonrió divertido por la confusión de YoungJae, luego éste tomo su crepa mirándola aun confundido.
- Gracias entonces – DaeHyun no había prestado atención a los coqueteos de esas chicas, pero si a que sabor de crepa elegir para él, ¿Por qué sentía que eso era extremadamente lindo de su parte?
- ¿Seguimos caminando? – Le preguntó el castaño con algo de comida en su boca.
- Si – Dio un primer mordisco a su manjar, el sabor de la crema junto a las fresas daban un muy buen sabor.
Si eso no era una cita, aún así le estaba comenzando a gustar.
*Pov Zelo*
Me levanté tarde, por unos momentos sentí pánico pero éste desapareció casi de inmediato al recordar algo: son vacaciones.
Después de tardar una media hora despierto ayer pensado en lo escrito por YongGuk hyun finalmente me quedé dormido. Lavé mis dientes en el baño que tenía mi propia habitación –era pequeño pero suficiente, JongUp tenía que ir al baño del pasillo–, ahí en el lavabo miré mi rostro. Era el mismo de siempre, infantil, alegre, sano, de buen ver.
¿Por cuánto tiempo sería así?
Bajé las escaleras después de cambiar mi ropa a lago más cómodo pero que igual servía para salir, después me bañaría por que ahora tenía mucha hambre y me apetecía un cereal. Encontré a mamá en la sala como se le había hecho costumbre, estaba sentada en el sillón cruzada de piernas mirando unas cosas en la mesa de allí, al escuchar mis pasos volteó rápidamente a ver de quien se trataba, pareció un poco más aliviada al ver que era yo, sin embargo volvió esa mirada de ayer, esa que no me gustaba.
- Vaya hora de levantarse – Me comentó al verme bajar recién.
- Lo sé – Dije riendo por el cometario, caminé en dirección a la cocina para buscar el cereal o quizás solo evitar lo que ella quería decirme – ¿Dónde están todos?
- DaeHyun salió hace rato a ver a su amigo YoungJae y JongUp está bañándose.
- Ahh – Exclamé simplemente mientras tomaba mi preciado cereal de la alacena.
- JunHong… – Comenzó a hablarme con otro sentimiento, no era el único que tenía miedo.
- ¿Qué sucede? – Respondí yo tratando de no sonar muy afectado.
- Aun no se los dicho a nadie verdad – Más que una pregunta sonó como una afirmación, era obvio que no, de ser así el ambiente en casa sería totalmente distinto.
- Lo olvidé – Traté de mentirle, no es que lo haya olvidado, más bien evito pensar en el asunto cada vez que puedo o surge el tema.
- Hijo, cuando quieras hacerlo el tiempo será muy reducido y será más doloroso – Me dijo ella mirándome desde su asiento con compasión.
- Ya lo haré, solo dame un poco más de tiempo – Dije yo dejando del lado las cosas que iba a hacer, extrañamente creo que soné como un niño haciendo berrinche.
- No soy yo la que te dará el tiempo JunHong – Puedo observar sin satisfacción alguna como en su rostro se forma una expresión de angustia. – Ven aquí.
Obedecí, caminé hacia ella y me senté a su lado, otra vez fue atrapado por el calor de su cuerpo que esperaba darme cariño y reconfortarme.
- No evites esto hijo, sé que intentas dejarlo del lado, pero esto es real y no podrás huir de este problema tan fácilmente – Apoyé mi frente en su hombro, era cierto, estaba huyendo cobardemente de todo.
- Es que no lo puedo aceptar, esto no puede estar pasando – Repetí esa frase una y otra vez en mi cabeza, quería que se volviera realidad.
- Mi bebé, todo estará bien, pero para avanzar con esto debes primero aceptarlo y decírselos a ellos – Mi madre trata de animarme, como quisiera poder confiar más en esas palabras.
- Lo intentaré – Mi voz salió entre cortada de mi garganta.
- JunHong, estas temblando – No me había percatado de que estaba en estos momentos aterrado, las manos de mi madre subían y bajaban por mis brazos intentado tranquilizarme. – Acéptalo de una vez y cuando lo hagas verás que las cosas mejoraran.
- Pero y si no – Finalmente deje escapar esa frase que más me asustaba, me aparte de ella y trate de hablar por todos los medios sin quebrarme en lágrimas. – ¿Y si las cosas no mejoran? ¿Y si solo empeoran? ¿Qué tal si llega el día en que tenga que separarme de todos ustedes?
- Hijo no será así – Ella también lucía preocupada pero guardaba la compostura. – En el momento en que lo digas a Uppie-
- ¡No se lo puedo decir! – Terminé por gritar desesperado, no a ella, si no a mí mismo. – No puedo decirle lo que me está causando esto, ¡No quiero que JongUp ni nadie más lo sepa!
- ¡JunHong! – Gritó mi madre al verme correr después de decir eso con lágrimas en mis ojos.
Tomé mi skateboard que se encontraba al lado de la puerta –ni siquiera me pregunté cómo es que llegó allí– y salí de casa, me monté sobre él y me alejé lo más que pude de ese lugar sin importarme nada más.
En esos momentos solo quería llorar y desahogarme.
*Fin pov Zelo*
JongUp salía del baño con la toalla entre sus manos secando sus castaños cabellos, se preguntó su Zelo había despertado de una vez o no. Fue hacia su habitación esta vez mucho más despierto que cuando se levantó, apenas entró al cuarto pudo notar la pantalla de su teléfono encendida indicando que tenía un nuevo mensaje.
Tomó el celular con una mano mientras se ocupaba con la otra de terminar de escurrir la humedad en su hebras castañas, allí en la bandeja de entrada habían dos mensajes sin leer. Abrió un poco más sus ojos desconcertado por los nombres de quien se los enviaban, uno de ellos era de su padre y el otro de HimChan. No sabía cuál de los dos era más intrigante.
Abrió primero el de su padre, solo encontró un texto simple de pocas palabras preguntándole como se encontraba y si la estaba pasando bien, de acuerdo, que su padre le hubiera enviando un mensaje preguntando por el sí que era sorprendente. El simple hecho de recordarlo le parecía asombroso, y no es que quisiera sonar mal, pero era cierto que habían ocasiones en que su propio padre olvidaba su existencia estando demasiado ocupado con el trabajo. Envió también una corta respuesta haciéndole saber que estaba de maravilla.
Contempló primero el nombre de quien enviaba el segundo mensaje, lo observó por unos segundos sin creer tampoco que esa persona le hubiera escrito algo tan temprano. Con un mínimo sonrojo lo abrió para comenzar a leerlo.
“Buenos días!
Sé que es raro que te envíe un mensaje tan de mañana y lamento si te desperté, pero quería saber si habías llegado bien anoche (y no preguntes por qué no te lo pregunte precisamente anoche). Desde ahora me prometo cuidar de ti y de JunHong, se ven como niños muy inocentes que necesitan ser observados desde cerca.
Hasta luego.”
Por un momento pensó que era algo extraño el mensaje y cuál sería la razón por la cual HimChan lo había escrito, algo en él le decía que no era simplemente porque quería saber si había llegado bien o no, pero decidió dejarlo del lado, por que por alguna razón lo hacía feliz que se lo hubiera escrito y volvió a leer la línea que decía él y JunHong serían cuidados por él. De Zelo era esperado, todos sentían ganas de cuidar de él con tan solo mirarlo una vez, pero a él ¿Por qué?
Intentó escribir también una respuesta sencilla para HimChan, sin embargo sus dedos no se movían sobre el teclado táctil, ¿Qué podría contestar? No contestaba más mensajes que los de Zelo así que no tenía ni idea de que decirle a HimChan. Prefirió dejarlo para después, quizás más al rato algo vendría a su cabeza.
Justo en el momento en que dejaba el aparato sobre la mesa nuevamente fue que escucho una voz desde el primer piso, concretamente la del mismo JunHong. No tardó nada en salir de la habitación y bajar las escaleras dando casi saltos en ellas. Para cuando llegó al último escalón lo único que pudo alcanzar a percibir fue el sonido de la puerta azotándose en la entrada, entonces miró a la madre de Zelo de pie con la expresión más angustiada que había visto de ella en su vida.
- ¿Qué ha pasado? – Preguntó cuando llego junto a ella, la mujer al mirarlo trató de calmarse lo más que pudo.
- Nada importante, es solo que Zelo y yo discutimos un poco – Le dijo esta sin lograr que Up le creyera.
- ¿A dónde fue? – Preguntó pues le preocupaba que se perdiera nuevamente.
- Realmente no lo sé Uppie – Dijo ella también preocupada mirando la puerta por la cual había visto salir a su pequeño llorando. – No vayas a buscarlo ahora, tiene que pensar en estos momentos y alejarse de nosotros – Le dijo al chico al adivinar lo que tenía planeado hacer.
- Pero si se pierde…
- No te preocupes, estará bien querido – Honestamente ella también quería salir y detenerlo, pero lo mejor para JunHong era que se diera algo de tiempo para asimilarlo todo, solo esperaba que su palabras de que estaría bien se cumplieran.
JongUp no comprendía nada, la actitud de Zelo había sido la misma hasta ayer en la noche al igual que la de su madre. ¿Había algo que Zelo le estaba ocultando? En esos momentos estaba frustrado por muchas cosas: Había algo de lo que se estaba perdiendo, Zelo había salido de la nada después de gritar algo que no logró entender y ni siquiera sabían a donde, y para colmo no podía ir a buscarlo.
De tanta frustración olvidó mandar el mensaje de respuesta a HimChan y se pasó la mañana en casa pensando una y otra vez en que era lo que le podía estar ocurriendo a su amigo.
Crash
Capítulo 11. Gemelos
Se encontraba en una parada de autobús con ambas maletas en sus manos y una mochila sobre el hombro, las personas a su alrededor iban y venía con algún rumbo o lugar ya destinado, en su caso no sabía que debía hacer. Ya había llamado a Guk más de cinco veces y éste no le contestaba, no conocía para nada ese lugar ni mucho menos sabía la dirección del hogar de su hermano, en pocas palabras era como si estuviera perdido.
- Ese hermanito mío – Se dijo frustrado.
- ¿YongNam?
- Finalmente contestas – Suspiro más calmado pero aun inquieto. – Te he estado llamando desde hace mucho, ya estoy aquí en GonEun, tan siquiera sabes que vendría ¿No?
- Lo sabía, mamá también me llamó en la mañana a decirme que hoy llegarías – YongGuk había estado muy molesto por esa repentina noticia.
- ¿Qué rayos estabas haciendo? – Le preguntó él gemelo mayor indignado.
- Simplemente cosas mías – Esa respuesta si molesto al mayor, aunque trató de no hacerlo evidente pues ahora habían cosas más importantes a discutir que eso.
- De acuerdo – Ese de acuerdo salió mas frívolo de lo que esperaba – ¿Podrías venir por mí?
- Claro, pero preferiría primero verte en un lugar, hay algo de lo que quiero hablar contigo – Al otro de la línea YongGuk apagaba su portátil anticipando la respuesta de Nam.
- Supongo que está bien, pero no conozco este lugar – El rubio sonrió complacido, el buen YongNam era incapaz de negarse ante los demás, uno de los tantos aspectos que siempre cuestionaba de su hermano.
- Tú solo toma un taxi y te veré allí, te enviaré la dirección por un mensaje, no tardaré en llegar – Insistió el menor ante la inseguridad del otro.
YongNam suspiró rendido al acabar la llamada, por alguna razón siempre que hablaba con YongGuk terminaba por sentirse exhausto, era como si sus energías se gastaran con él. Poco después tomó el primer taxi que se le apareció le dio las direcciones al conductor desde su teléfono, no tardaron mucho en llegar a un pequeño establecimiento, un restaurante de ramen.
Espero a que su hermano apareciera, ojalá y no tardara mucho como le había dicho, dejó a sus ojos contemplar las cosas a su alrededor en busca de alguna distracción que le ayudará a pasar el tiempo. No había mucho que ver, solo personas caminando o autos pasando, lo que más llamo su atención fue la figura de una persona por la orilla de la acera, se trataba de un adolescente –posiblemente por su forma tan juvenil de vestir-. Notó que este iba con la cabeza baja sin siquiera mirar el camino.
Cuando estuvo la suficiente cerca de él miró hacia cualquier otro lugar, el chico se bajó del skate a unos metros de él y se sentó pesadamente en una banca que se encontraba allí. Entonces pudo escuchar perfectamente como unos sollozos pesados y ahogados luchaban por salir de su garganta, unos teniendo más éxito que otros que lo alarmaron.
Quiso aparentar indiferencia, dejar de prestarle atención y concentrarse en otra cosa, pero fue inútil, pues la manera en que lloraba era tan dolorosa de escuchar que ni siquiera él pudo hacer algo para ignorarlo. De nueva cuenta volvió a mirarlo, giro su cabeza de forma lenta hasta lograr encontrar al chico en su campo de visión, y vaya que algo dentro de él de estrujó ante tal imagen tan lastimera.
Simplemente estaba incómodo pero también sintió algo de pena, nunca soportó escuchar o ver a las personas llorar, algo dentro de sí le hacía sentirlo mal e irremediablemente terminaba por deprimirse.
Decidió que no podía escucharlo más, sus llantos aunque no eran tan fuertes definitivamente lo hacían querer hacer algo para detenerlos. Por su lado JunHong esperaba a que el tiempo pasara y con ello su frustración también, no pudo aguantar más y terminó por volver a romperse en lágrimas en algún lugar después de sentarse en una banca de allí.
YongNam dejó de cuestionarse más, sólo tomó algo de valentía quien sabe de dónde y comenzó a acercarse de forma cuidadosa a el chico que ni siquiera se había dado cuenta de de su persona. Llego hasta su lado vacilante, si bien ahora el sonido de su llanto era más audible no se hecho para atrás, al contrario, sólo lo impulso a poner una mano sobre su hombro para llamar su atención. Haría lo que fuera con tal de no seguir escuchando como se hundía en lágrimas.
Zelo alzó levantó la cabeza ante el repentino contacto, no había visto a nadie allí, limpió el mar de lágrimas que se acumulaba en sus ojos que le impedían mirar con claridad, pudo observar la figura de una persona muy conocida.
En el momento en que el menor dejó ver su rostro YongNam pudo admirar a la persona más bella que había visto en su vida, ojos castaños que aunque se encontraba hundidos en lágrimas lograban verse angelicales, una nariz colorada de un rojo intenso y mejillas con el resto del agua salada. Esas facciones que aunque infantiles resultaban atractivas lo invadieron por completo, incluso dejo del lado la manera en que el chico lo esta observando con los ojos completamente abiertos y expectantes.
Y lo supo de inmediato, que algo dentro de su mundo había quedado embobado con ese niño.
- YongGuk Hyun...
Al recibir la llamada de YongNam entendió que tenía que darse prisa e ir a buscarlo, ese era su deber como hermano ¿No? En realidad “las cosas” a las que se refería esa mañana no fueron más que perder el tiempo, pensaba que Nam tardaría más tiempo en llegar así que no se había apresurado para ir a recogerlo Como fuera, ahora tenía que prepararse para volver a encontrarse con él, más que nada emocionalmente.
Sería como siempre, se verían, pelearían por estupideces y al poco tiempo se separarían otra vez, solo que ahora debe aceptar el hecho de que ésta vez no estarán sus padres para detenernos, serían solo ellos dos en casa.
Trató de dejar eso del lado, por ahora sólo tenía que concentrarse en el camino hacia el restaurante de ramen donde envió a Nam, tenía hambre y aun no había desayunado, además de que quería hablar con él, mataba dos pájaros de un tiro. Aparte de tener que lidiar con YongNam también debía resolver un asunto con JunHong ¿Cómo fue tan estúpido para decirle eso? Apenas tuviera la oportunidad de verlo trataría de aclarar el asunto.
Pronto divisó el restaurante desde su asiento, Nam seguramente ya estaba por allí esperándolo. Se estacionó del lado delantero del establecimiento, al bajar busco con la mirada a su hermano, revisó primero por el costado izquierdo y nada, pero al dirigirse al derecho, demonios, vio algo que lo impresionado.
YongNam junto a JunHong, y eso resultaba tan extraño, pero más extraño aun era la manera en que el pequeño abrazaba a su hermano y escondía la cara en su pecho.
- ¡Oye! – Instintivamente gritó mientras se iba a cercando a los dos, más que nada a su hermano, por alguna razón se sintió disgustado ante la escena.
- ¿Guk? – Soltó el mayor de los gemelos ante la repentina aparición de éste.
- ¿Qué está pasando? – Lo notó, la cara de Nam estaba roja, esto solo lo enfureció más.
YongGuk miró la figura de JunHong, éste comenzaba a levantar el rostro del pecho de su hermano. Al notar la expresión en el rostro del menor pudo observar como lo miraba de un momento a otro asombrado, sin embargo lo que a él más le llamo la atención fueron las lágrimas en los ojos del niño.
- ¿Qué ha pasado?
- ¿Hyun?
- ¿Hyun? – Repitió Nam
- ¿Qué estás haciendo con él? – Preguntó ahora YongGuk hacia Zelo.
- ¿Lo conoces?
- ¿Porqué hay dos hyuns? – Si no recibía una respuesta ahora se volvería loco.
- Suficiente de preguntas – Tantas lo estaban agobiando. – Esto es muy extraño, mejor entremos y allí aclaramos todo.
Miro a los dos frente a él, su hermano parecía realmente confundido y JunHong mejor ni se diga. Pero ahora entraría a hablar con ellos por tres sencillas razones. Primero: Tenía que arreglar un asunto con YongNam, segundo: Zelo estuvo llorando, y tercero: Él también estaba demasiado confundido. Tomó la muñeca convenciéndose de que lo hacía para que lo siguiera y no por otra cosa.
*Pov Zelo*
Todo pasó muy deprisa, primero creía haberme encontrado con YongGuk , debido a que estaba muy afectado en ese momentos solo pensé en abrazarlo y llorar un poco más, pero luego apareció el otro YongGuk ,ahora comprendía lo que pasaba. Me limité a seguir el mismo camino que YongGuk hyun –el que ahora resultaba el verdadero– en silencio, miré su mano agarrando mi muñeca de forma ruda, atrás de nosotros iba esa persona que, a no ser por el cabello y la ligera diferencia en su complexión física podría pasar por hyun.
Entramos a un restaurante de ramen, los tres pasamos a una mesa sin tantas personas a nuestro alrededor sin hablarnos en ningún momento. YongGuk y el otro chico al que antes confundí se sentaron juntos y yo frente a ellos, logrando así poder apreciar mejor el parecido entre ellos.
- JunHong – Dijo tan repentinamente el hyun al que conocía que me tomó desprevenido. – Creo que ya a estas alturas ya lo debiste haber descubierto tú mismo, el es mi gemelo.
Gemelo.
Claro que no había otra explicación más que esa, solo que me parecía difícil de creer.
Aunque ahora que los observaba detenidamente comencé a notar esas mínimas diferencias entre ambos, además, había algo diferente con su hermano, cómo explicarlo, parecía que aun aire distinto rodeara a YongGuk. Simplemente el otro no era YongGuk. Y me sentía apenado y torpe por no haberme dado cuenta antes, sentí un calor subir a mis mejillas debido a la vergüenza.
- Lo supuse – Traté de mirar al supuesto hermano. – Lamento lo que hice antes.
- No importa – Me respondió él, pude notar que estaba también un poco avergonzado. – Mi nombre es Bang YongNam – Me ofreció su mano.
- Choi JunHong – La acepté aun con algo de pena, pero al parecer él no se había enojado.
- Se quedará conmigo unos días.
- Ya veo – Los miré a ambos, podían ser gemelos pero se notaba a simple vista que eran muy distintos en cuanto a personalidad.
- En cuanto a ti – Ésta vez me hablaba directamente a mí. – ¿Qué fue lo que te ocurrió?
- Eh… – Creo que el también me vio llorar, ni siquiera me di cuenta de en qué momento dejé de hacerlo. – No es nada.
- Dímelo – Esta vez sentí que eso era más una demanda que un petición.
- No lo presiones de esa forma – Esta vez fue el hermano de YongGuk hyun quien habló.
- No lo estoy presionando – Dijo en forma de reclamo el gemelo de cabello rubio.
- Lo estás haciendo, se ve claramente que está incómodo – Ahora era YongNam quien reclamaba.
- No deberías meterte en conversaciones que no te importan.
- ¿Quién dice que no me importa? – Questionó al hermano que recién conocía, yo por tanto los observaba sin idea de que hacer o decir.
- No lo conoces así que deja de meterte en sus asuntos.
- Quizás no pero no dejaré que le hables así – Me sentí mal conmigo mismo pues esta pelea ahora presenciaba inició por mi culpa.
- Mejor cierra la boca – YongGuk dirigió su vista de nuevo hacia mí. – Dime que fue lo que te pasó.
Ahora la situación era incómoda, más que nada porque ambos hermanos comenzaron a discutir de la nada, y lo que me hacía sentirme peor aparte de ser por mi culpa era que no podía detenerlos pues no sabía que decir. No quería decir nada, al menos no en esos momentos, y solo que quería alejarme de allí al sentir la penetrante mirada de YongGuk sobre mí.
Cuando creí que no podría seguir soportando tener esos ojos observándome ocurrió algo que para mí se presentó como un milagro, mi teléfono comenzó a sonar.
- Lo siento – Me disculpé lo más rápido que pude para contestar
- ¿Dónde rayos estás? – Reconocí la voz de JongUp en la línea, no me sorprendía que llamara.
- No te preocupes estoy por irme a casa – Dije para zafarme de la situación.
- No te pregunte eso pero me contestarás cuando llegues, ¿Estás bien?
- Por supuesto – Hoy parecía el día en que todos hacían preguntas. – No te preocupes de nuevo, iré para allá lo más rápido que pueda.
- De acuerdo.
Al momento de colgar y voltear a ver a los gemelos los encontré mirándome detenidamente lo cual me dejo un poco inquieto.
- Tengo que irme – Dije a modo de excusa hacia los mayores.
- Pero-
- Fue un gusto conocerlo hyun – Corté la frase de YongGuk y me dirigí a su hermano.
- JunHong…
- Prometo decírselo más tarde – Dije como última opción hacia YongGuk cuando éste volvió a nombrarme.
Para mi suerte logré convencerlo, luego salí tomando mi skateboard con destino a mi casa temporal, debido a todo lo que ocurrió hasta ahora iba con muchas más cosas en que pensar.
*Fin Pov Zelo*
Pasó gran parte de la mañana fuera –toda la mañana a decir verdad–, había salido de casa gritando y llorando dejando sola a su madre con JongUp, se enteró de que YonGuk tenía un hermano gemelo y seguía aun decaído por aquello que había iniciado todo eso, sin embargo tenía que aparentar que todo estaba bien con una excusa creíble, todo para tratar de no preocupar a nadie más.
Cuando llegó a cada de su primo y tomó el picaporte comenzó a sentirse nervioso ¿Y si su madre estaba enojada con él? ¿Le habrá dicho a JongUp lo que le ocurría? ¿O sería el mismo JongUp quien le preguntara sobre eso? Tenía miedo de todo eso, no quería afrontar aun la verdad.
Entró siendo recibido por un silencio profundo, sus pasos lo dirigieron al camino que guiaba a la escalera, al parecer había logrado salvarse de que le preguntaran más cosas.
- Zelo.
El menor miró con gran sorpresa a la persona que pareció haber salido de la nada, JongUp lo miraba desde el sofá expectante por escuchar algún explicación de lo que había pasado con él esa mañana.
- Que hay – Ante la sorpresa solo pudo decir lo primero que vino a su mente. – ¿Dónde está mamá?
- Eso debería decírtelo yo a ti, y ella está arriba en su habitación – El castaño se levantó de su lugar para tomar camino hacia el más alto. – ¿Qué te pasó?
- No me pasó nada – Estaba allí esa pregunta que quería dejar de escuchar.
- No me digas eso, escuché que gritaste algo en la mañana y cuando bajé habías salido de casa.
JunHong pudo notar la preocupación en su amigo, no quería verlo así, aunque últimamente al parecer eso era lo único que lograba hacer en él. Se quedó callado, sabía que Up esperaba una respuesta o explicación a eso, se descuidó demasiado al comportarse de aquella forma y estaba a punto de ser descubierto.
- Es solo que… – Cortó la frase, de alguna manera tenía que decir algo que conformara al más bajo.
- ¿Qué? – Le preguntó éste inquieto ante el comportamiento del menor.
- Es mi padre – Soltó creyendo que eso podría ser lo más creíble. – Mamá y yo hemos tenido muchos problemas con él, esta mañana estuve hablando con ella sobre él y tú sabes cómo me pongo con eso, solo me descontrolé un poco.
- ¿En serio es eso? – El castaño lo miró sospechoso.
- Te lo juro – Se sentía tan mal jurarle eso que pensó que merecía un castigo por ello.
Por un lado JongUp no le había creído del todo, pero si había aceptado la idea de que lo que había ocurrido era debido a su padre, así que debía estar más tranquilo, pero no. No le gustaba mentirle a su mejor amigo, siempre hablaba de todos sus problemas con él y sabía mejor que nadie que Up detestaba más que nada que la gente le mintiera, ¿Pero qué debía hacer? No se sentía lo suficientemente confiado para decirle la verdad aún, solo hacía falta un poco más de tiempo antes de que le dijera que era lo que ocurría en verdad, tenía que arreglárselas para mantener la compostura hasta entonces.
Ambos adolescentes decidieron jugar videojuegos para olvidar esa conversación tan cortante, Zelo se preguntaba mientras tanto si en verdad sería capaz de cargar con todo el peso que tenía encima por más tiempo sin derrumbarse. Con un dolor de cabeza siguió aparentando ser el mismo chico alegre que siempre había sido.
Crash
Capítulo 12. La persona que amo
Los dos jóvenes dejaron el puesto de crepas dejándose llevar por la diversión de una mañana soleada. Al notar que la hora acordada de la cita de YoungJae se acercaba decidieron tomar el camino correspondiente de una vez por todas, comenzaron a caminar por las calles de GonEun sin muchas prisas y entre charlas entretenidas sin mucho sentido pero que por su puesto ellos dos disfrutaban. Luego, YoungJae pensó que debido al ambiente relajado entre ellos era un buen momento para preguntarle a DaeHyun sobre aquello que lo tenía inquieto desde ayer.
- ¿Qué tiene él? – Preguntó DaeHyun, esa pregunta lo tomo desprevenido.
- Es solo que se ve muy cercano no solo a tu primo JunHong, también a ti, si no lo hubieras llamado nunca hubiera salido a cantar junto a nosotros – Trató de no sonar muy metido en el tema, solo tenía que averiguar que pensaba DaeHyun de él o algunas pistas para saber qué era lo que el mismo JongUp quería de su amigo.
- Es obvio que es una persona tímida, pero créeme que cuando entra en confianza resulta ser muy agradable – Una sonrisa se dibujo en los labios del mayor. – Me alegro de que Zelo lo haya invitado.
- ¿Tanto es tu interés por él? – Fue una verdadera suerte que DaeHyun no hubiera notado el tono de su voz en esa pregunta.
- Te lo dije ayer, me recuerda mucho a ti, claro que el es diferente – Llegaron a un cruce de autos, pararon al ver las luces en rojo.
- ¿En qué? – El más joven fingió estar más interesa en mirar los autos pasar que en toda la información que estaba recibiendo.
- No sabría decirte – DaeHyun comenzó a intrigarse, por lo usual su amigo aceptaba a las nuevas personas sin muchos rodeos, al menos hasta ahora, así que no encontraba el porqué de todas esas preguntas.
- Pero pareces saber mucho de él para apenas conocerlo hace poco – Miró ahora el semáforo, la luz comenzaba a parpadear.
- Es como un libro abierto también – Aunque parecía que solo él y Zelo eran capaz de leerlo. – Pero creo que he logrado una buena relación con él.
- ¿Qué tipo de relación? – Le miró de reojo, supo que estaba dudando de sus intenciones.
- Una amistad como cualquier otra, aunque quisiera que él me viera como alguien en quien pudiera confiar si tiene un problema, una relación más estrecha – Contemplaba como el semáforo para los autos se volvía a un intenso rojo. – Vamos – Le dijo al menor mientras le daba un empujón para que avanzara.
YoungJae se sentía en otro mundo ¿Había escuchado bien? ¿Quería una relación más fuete con ese chico? Pero qué demonios, que pasaba por la cabeza de DaeHyun. No podía ser cierto, aunque las cosas se veían muy extrañas, un chico tímido que sin embargo se ve muy a gusto con él, DaeHyun decía tener una buena relación con él y que lo conocía bastante y que ahora quería incluso mejorar su relación. ¿Acaso buscaba ser su novio o algo parecido? Todas esas suposiciones lo volvían loco.
Por una lado era todo un paranoico, a pesar de dudar de ellos dos también se sentía mal pues no debía ser así con ellos, en especial con JongUp a quien apenas conocía y parecía ser un buen chico. Por otro lado, era simplemente una persona enamorada, y por ello era que nunca dejaba de desconfiar, porque teme infinitamente a que llegue el día en que DaeHyun encuentre a una persona que se complemente a él, por eso le inquieta tanto esa situación entre ellos dos.
- Pero no tengo por qué decirle que me molesta, después de todo, nosotros no somos más que mejores amigos, solo eso.
Aunque él siempre quiso algo más que eso también, algo que sentía estaba prohibido. Pero al parecer nunca lo lograría, mas ahora por ese chico JongUp y por que DaeHyun se veía sinceramente muy interesado en él. Y él no podía hacer nada al respecto.
- Jae date prisa o te dejaré atrás – Fue la voz de Dae la cual la sacó de su mundo de decepciones amorosas.
- Ya voy – Respondió el acelerando el paso al darse cuenta de que por poco y se paraba a la mitad del cruce.
Se quedó callado por un rato, su ánimo había disminuido considerablemente después de lo que había escuchado. DaeHyun le hablaba de cualquier cosa que le hubiera ocurrido últimamente, honestamente no prestó mucha atención aunque quiso, simplemente su humor ahora no se lo permitía.
- ¿Qué tienes? – Le preguntó el mayor al ver su cambio de humor.
- Nada – Respondió Jae tratando, como siempre, de no afectarse tanto por el tema.
DaeHyun no quedó conforme con esa respuesta, sin embargo no se atrevió a preguntar nada más. Continuaron su trayecto en silencio, uno que los ponía incómodos pues no era natural entre ellos estar callados, YoungJae aunque quería no podía decir nada debido a lo que ahora surcaba por su mente, y DaeHyun, el intentaba pensar en algún buen tema de conversación que los sacara de ese extraño ambiente.
- Entonces… – Dijo el castaño solo para tratar de obtener la atención de su amigo.
- ¿Qué?
- No lo sé – Dijo rendido, el menor ahora parecía mirarlo molesto y él ni siquiera sabía por qué. – ¿Estás molesto conmigo?
- No lo estoy – Y realmente no lo estaba, solo era que su vida se había vuelvo una basura.
- ¿Entonces porqué de repente te pusiste así?
- ¿Así como? – Repitió el menor.
- No sé, te ves más serio – Comentó el castaño ante la duda del otro.
- No estoy serio – Le dijo Jae para tratar de convencerlo.
- Lo estás, ¿Hice algo que te molestó?
YoungJae no encontraba la respuesta correcta, si, había hecho algo que lo disgustó, sin embargo también estaba tomando las cosas muy literalmente, pero era debido a que se trataba de la persona que amaba, ¿Cómo debía actuar entonces?
- Jae – Regresó a la realidad en cuanto la mano derecha de DaeHyun tocó su hombro. – No me gusta que estés así conmigo, dime qué pasa.
- ¿Qué qué pasa? Que te amo tanto que ahora me pongo celoso y paranoico ante cualquier cosa o persona que tenga que ver contigo, pero como tú no sientes lo mismo por mí no puedo decir nada – Eran incontables las veces en las que había querido ser capaz de decir eso en voz alta. – Lo siento, es solo que de repente me puse de mal humor.
Ambos continuaron callados e inconformes, DaeHyun podía haber apostado a que nunca antes vio a Jae tan indiferente hacia él y lo peor de todo era que no tenía idea del por qué. Estaba decidido a volver a preguntar la razón de ello de no ser porque en el justo momento en que sus labios se entreabrían escucharon unas voces para nada conocidas ni agradables cerca de ellos.
- Finalmente encuentro a unos ineptos en un lugar vacío – Fue la frase de un hombre desconocido, a juzgar por cómo lucía no inspiraba confianza ni mucho menos seguridad.
- ¿Qué quiere? – DaeHyun no necesitaba que nadie le dijera que debían alejarse de ese tipo y el sujeto a su lado lo antes posible.
- Solo necesitamos un poco de dinero – Habló ésta vez el otro tipo, que al igual que el otro cubría su cara con una gorra. – ¿No tienen algo que nos puedan prestar?
- No lo tenemos – YoungJae se sentía cada vez más nervioso, esas personas eran por mucho más grandes que ellos y era obvio que podrían hacer con ellos lo que quisieran sin necesidad de esforzarse.
- Nosotros sabemos que si, no sean egoístas y préstenos un poco – Volvió a decir el primer hombre tomando camino hacia a los chicos.
- Pero no queremos darles nada así que nos iremos ya – DaeHyun tomó a YoungJae de la mano y procedió a tratar de alejarse de esas personas cuanto antes pudo.
- No se irán así como así – Dijo el hombre tomando al menor desde su otro brazo.
- ¡Suéltame! – Gritó molesto el de cabello corto.
- ¡Danos el dinero! – Demandó el otro llegando a su lugar.
- ¡Te dijo que lo soltaras! – DaeHyun no esperó a nada más y en seguida dio un golpe, lleno de furia, hacia la persona que sostenía a su mejor amigo.
YounJae entró por la puerta principal de su casa con un lastimado DaeHyun apoyado en su hombro, con cada paso que daban podía sentir el cuerpo del castaño desvanecerse más. Llegó al sofá de la sala lo más pronto que pudo, tratar de subir las escaleras hacia su habitación sería muy agotador para el Jung, acostó al mayor con todo el cuidado posible y se dedicó a examinar por unos momentos su heridas visibles.
Unos costes en la cara, uno un poco más grave que los demás en la ceja izquierda, un labio partido y posibles moretones que comenzaban a formarse en sus brazos. A su parecer, lucía devastado.
- Espérame aquí y no se te ocurra moverte – Dijo tan rápido que apenas y el otro pudo entenderle.
- Jae – Antes de que terminara la oración DaeHyun se vio completamente solo en la sala de la casa de YoungJae, suspiró cansado y adolorido.
El menor revisaba en cada esquina y rincón del baño buscando, sin mucho éxito, el botiquín blanco de primeros auxilios que tantas veces había visto y que para su mala suerte ahora no encontraba, nunca antes sintió tanta ira por no poder encontrar algo cuando uno lo busca, DaeHyun estaba en su sofá con heridas quien sabe dónde más y el maldito botiquín no aparecía.
Se sintió abrumado y desesperado, tomó como último recurso buscar en la cocina haber si con suerte lo hallaba ahora. En cuanto llegó casi corriendo por el trayecto entre ésta y el baño no dudo en desordenar todo el lugar buscando hasta que, finalmente, lo halló en uno de los estantes de cristal de arriba –luego se molestaría en preguntarse porque rayos estaba allí, ahora tenía algo mucho más importante que hacer–.
Camino hacia la sala apresuradamente, encontrado a DaeHyun tal y como lo había dejado hace unos momentos –los cuales a él le habían parecido horas de búsqueda–.
- Encontré que botiquín – Le avisó tomando asiento en la mesa frente a gran sofá donde Dae yacía acostado.
- No es necesario que lo hagas, son solo unos cortes sin importancia – Quiso tratar de darle menos importancia el mayor al notar la preocupación en los ojos del otro muchacho.
- Para mí tiene importancia – Y vaya que mucha, abrió la caja encontrando lo que eran gasas, curitas y unos frascos con lo que suponía era alcohol y cosas así. – Voy a desinfectar las heridas.
- No lo hagas – Le dijo DaeHyun en cuanto notó el menos tomar uno de los frascos blancos.
- Si no lo hago podrían ponerse peor, no seas llorón – Lo regaño tomando el albogón y esparciendo un poco del líquido en él.
A veces DaeHyun podía actuar de la misma manera de hace tan solo menos de una hora, tan valiente y sin temor a esos sujetos que casi les podían moler a golpes, pero en muchas otras ocasiones resultaba ser un completo niño asustado con las inyecciones o el alcohol, y aunque la situación no lo requería, YoungJae pensó que esa característica en DaeHyun le resultaba tan especial. Porque no temió en ayudarlo en cuanto ese sujeto lo tomó bruscamente del brazo, solo se aventó a ellos y se dejó golpear con tal de que no lo tacaran a él ¿Cómo no podía amarlo por eso?
- Dolerá un poco – Le dijo como anticipo acercando esa pelusa blanca primero al corte de su ceja algo ensangrentada.
- ¡Auch! – Dijo el otro ante el primer contacto.
- No duele tanto – YoungJae no sabía si decía eso por calamar al otro o por tratar de no ver su rostro de dolor.
- Eso dices tú – Comentó más calmado al ser retirada por fin esa cosa.
El menor prosiguió a limpiar los demás cortes de la cara, estos dolían menos que el de la ceja pero al igual DaeHyun de vez en cuando hacía una que otra mueca, como en la del labio. Se alivió al ver que eran mucho menos severos de lo que en un principio vio, solo puso una curita de un curioso diseño de conejo en su mejilla derecha, rió por lo absurdamente adorable que lucía en su rostro; colocó algo de pomada en los golpes del brazo, quizás adquiera unos pocos moretones pero sanarían pronto. Al aparecer eso fue lo único que le ocurrió, dio gracias a Dios a que no hubiera podido tomar a DaeHyun del brazo y salir corriendo antes de que esos sujetos lo siguieran golpeando, nunca olvidaría el infierno que pasó solo observando como esas personas impartían daño a su querido amigo.
- Listo – Resopló al terminar cerrando la caja.
- No debiste hacerlo – Volvió a repetir el castaño.
- Pero ya lo hice así que no te quejes más – Contempló su rostro, se sentía inmensamente mal por él. – Gracias.
- Tampoco tienes que agradecerlo.
- Claro que tengo – En ocasiones DaeHyun era terco. – Evitaste que esos tipos me hicieran algo, pero ahora tú estás lastimado.
- No tienes que culparte por eso – DaeHyun podía fácilmente intuir que era lo que el menor pensaba, que tenía la culpa de eso, cuando en realidad no era así. – Solo hice lo que quería.
- Pero tú estás-
- No me importa tener algunos golpees – Usó sus brazos un poco entumecidos para sentarse y hablar más cómodamente. – Lo que me importa es que tú estés bien.
- Lo estoy – YoungJae sentía como su corazón poco a poco adquiría un ritmo más veloz ante la mirada profunda del mayor hacia él.
- Entonces estoy satisfecho – Dijo con una sonrisa complacida logrando que esa curita hiciera una perfecta combinación con su rostro sonriente e infantil.
- Prométeme que no harás eso de nuevo – Si esa situación se volvía a repetir sufriría de un paro.
- No entiendo porque estás tan preocupado.
- Porque eres la persona que amo. – Lo era, y como quería en esos momentos poder gritárselo. – Eres mi mejor amigo, no me gusta verte así y no quiero que se repita.
- De acuerdo, intentaré que no vuelva a pasar, pero si algo como esto vuelve a suceder no duraría en protegerte – Bostezó, de repente se comenzó a sentir cansado y con sueño, tomó su lugar de nuevo en el sofá decidido a tomar una siesta corta.
- No entiendo por que te arriesgas tanto por mi – Jae seguía con sus ojos cada movimiento del chico de Busan.
- ¿En serio no le entiendes? – Dejó caer sus párpados al sentirlos cada vez más pesados sin embargo sus palabras seguían fluyendo.
- No entiendo tu manera de pensar – El menor estiró una de sus manos y procedió a acariciar el cabello de DaeHyun, ante ese estado estaba seguro de que no había problema en que se atreviera a hacerlo.
- Es sencillo – Las caricias de YoungJae lo adormecían mas y poco a poco dejaba de estar más consiente que despierto. – Porque eres la persona más especial para mí.
- ¿Más que JongUp? – No pensó mucho al hacer esa pregunta, al notar como DaeHyun casi caía dormido solo dejó a esas palabras salir sin esperar una respuesta en realidad.
- Mucho más que todos.
- DaeHyun, te amo – Dijo tan bajo como pudo a un dormido DaeHyun en el sofá de su sala.
¿Cómo no podía amarlo? Se arriesgo por él, siempre lo había hecho todos los años, lo cuidaba a su manera, estuvo junto a él desde que se mudó a GonEun, de no ser por él ni siquiera sería amigo de YongGuk o HimChan. Todo porque DaeHyun decidió cambiar su mundo. Era a la persona que amaba y estaba seguro que no podría sentir eso por nadie más.
Entre el silencio de la casa, siendo solo interrumpido por la respiración de dos jóvenes en ella, situados en el elegante sala color crema, fue cuando YoungJae se acercó lentamente hacia el rostro lastimado pero apacible de DaeHyun. Dejó a su mente y su imaginación jugar con él, imaginando que DaeHyun estaba consciente y le decía que lo quería y que lo amaba, y tanto se dejó llevar por esa ilusión que no presto atención a la manera en que dejo a sus labios juntarse, por primera vez, con los del castaño, en lo que era el primer y único beso de su vida.
Se separó terminando con ese mágico momento, no se atrevió a analizar lo que sintió, no quería recordar algo tan magnífico que nunca volvería sentir. Admiró las facciones inmóviles y durmientes del mayor, y por unos momentos quiso poder odiar a DaeHyun, por ser tan perfecto, por lograr volverlo loco y por ser tan bueno con él, tanto que sentía que su corazón podía salir de su pecho.
- Te amo – Volvió a repetir al aire anhelando a que un día de esos pudiera ser capaz de volver a pronunciar esas palabras y posar sus labios junto a los de Dae.
Crash
Capítulo 13. No es la realidad
En cuanto JongUp alejó el auricular de su oído comenzó a sentirse abrumado, pasó una mano por sus cabellos y los desordenó, Zelo siempre lograba hacerlo sentir mil y un cosas con sus actitudes tan independientes de la nada.
Suspiró, la señora Choi le había dicho que no lo llamara, pero no pudo aguantar por más tiempo, había tantas preguntas que quería hacerle ¿Por qué salió de esa manera en la mañana? ¿Por qué su madre estaba alterada? ¿Le había ocurrido algo? ¿Le ocultaba algo importante? ¿Qué tan serio era?
A este punto podía casi asegurar que JunHong le ocultaba algo, y no solo él, sino también su madre, porque después de que Zelo saliera de casa tomó todos los papeles que en esos momentos tenía en mesa rápidamente y los ocultó contra su pecho, como si no quisiera que él los viera.
Y aun más misteriosas fueron las últimas palabras que le dedicó: “No dejes que nada arruine tu amistad con JunHong” Y lo miró compasivamente ¿Qué ocurría allí?
¿A qué se refería exactamente? ¿Realmente había algo que no sabía? Zelo y él se hablaban de todo, era más probable que el rubio le contara primero a Moon sus problemas que a cualquier otra persona. Y si había algo que no soportaba era que la gente le mintiera, Zelo no podía estar ocultándole nada ¿O sí?
El mismo comenzaba a sentirse inseguro de la situación, lo mejor era esperar a que Zelo llegara a casa y él mismo preguntarle, siendo también que temía por la respuesta.
Comenzó a caminar de un lado a otra por la sala tratando así de alejar todos sus pensamientos y concentrarse en otra cosa, como por ejemplo, contestar el mensaje que HimChan le había enviado hace un par de horas, debido a todo ese escándalo lo había olvidado por completo.
Primero tomó asiento en el sofá, buscó en la bandeja de entrada y allí encontró en él nombre de Kim HimChan como el último mensaje recibido, algo muy parecido al ánimo se hizo presente, solo que esto era incluso mayor, el beso que le dedicó la noche anterior lo hizo también aumentar el calor en sus mejillas, pero estaba bien, no se arrepentía ni se regañaba por ello, era solo una manera de decirle que no había problemas entre ellos, solo eso.
Abrió el mensaje, la primera vez lo leyó tan deprisa que tuvo que volver a leerlo para comprender lo que decía.
Ayer fue una noche divertida, me alegra que me hayas perdonado
¿Te parece bien si salimos de nuevo esta noche tú y yo?
No tienes que decir que si, si te sientes nervioso lo entiendo, espero tu respuesta.
¿Por qué de repente quería sonreír más de lo usual? Era solo un mensaje de HimChan invitándolo a salir de nuevo, como amigos, pero había algo en ello que lo ponía entusiasmado. ¿Decir que sí o no? Podría resultar vergonzoso verlo de frente después de todo, pero es decir, realmente no había nada malo entre ellos, ¿Qué podía perder?
Yo también me divertí, me parece bien la idea, tú solo dime a qué hora y dónde, te veré allí.
Así de sencillo era contestar, pero era más difícil el hacerlo ¿Salir con alguien más que no fuera Zelo? Quizás eso era lo que necesitaban ambos, no podía pasar toda su vida junto al menor, en algún momento tenía que dejar al chico disfrutar de su espacio, además de que HimChan era en efectivo una persona agradable, seguramente JunHong se sentiría orgulloso por él al saber que había hecho por lo menos un amigo hasta ahora.
Dejó su teléfono en la mesa obscura de la sala inclinándose un poco, en lo que lo hacía, sus ojos lograron captar un inusual tono blanco en la alfombra color vino, un hoja que la madre de Zelo seguramente había dejado allí por accidente.
Tomó dicho objeto, tenía todas las intenciones de irlo a dejar a la habitación de la mujer, iba a hacerlo, pero algo, una extraña sensación lo hizo tomar ese papel con firmeza entre sus manos y dirigir su mirada a él.
Por alguna razón, de repente toda la felicidad fue sustituida por nervios.
Escrito en elegantes letras a máquina color azul se podía leer perfectamente las palabras Informe médico, y más abajo, en una tipografía más discreta y color negro se plasmaba el nombre la única persona que había significado algo en su vida: Choi JunHong. Y al lado de éste una foto de su rostro.
Y siguió poniéndose más nervioso, mucho, sin saber por qué. De todos modos continuó leyendo pues sabía que la respuesta a sus preguntas debía de estar allí, de alguna forma u otra.
Al principio no comprendía de que trataba, era seguro que decía algo de la salud de Zelo, todo le parecía muy normal, claro hasta que llegó a un punto en donde las palabras se volvían más difíciles de comprender y desconocía sus significados.
No paró de leer, sus ojos pasaban de una línea a otra tratando de unir las ideas para formar una idea de lo que se estaba hablando. Su corazón dio un vuelco en cuanto divisó la palabra enfermedad. Respiró hondamente, no podía ser nada malo, solo se estaba alterando por nada.
Pero no, luego descubrió algo por lo cual si tenía que preocuparse.
JongUp no daba crédito a lo que leía, una parte en su mente no lo dejaba aceptar la información que, aunque estuviera plasmada de una forma complicada uno podía comprender de que trataba, no, no había manera de que fuera cierto, de ninguna forma. Las palabras y oraciones se entrelazaban sugiriendo así nuevos conceptos e información que solo apoyaban a la cruel realidad que se negaba a creer.
Porque todo resultaba tan irreal.
Y sus manos comenzaron a temblar, sintió una gota de sudor originarse en su frente y los nervios se mezclaba con el terror, a pesar de todo eso no se despegaba de esa hoja en ningún momento. Y todo hizo clic de repente, la razón de la actitud de Zelo esa mañana, se hacía una idea de que pasaba, aunque se negara a creerlo, no podía estar ocurriéndole eso a él.
- JongUp.
Fue el dueño de esa voz el motivo de su ahora preocupación y enojo, giro su cuerpo que en algún momento se había puesto de pie y miró al menor.
JunHong pensó que algo grave le podía ocurrir a JongUp en cuanto divisó su expresión afligida, pero en cuanto notó lo que éste sostenía en su mano comprendió, de la peor forma, que JongUp se había enterado de su situación y no había sido él quien se lo hubiera dicho. Su boca se secó, entró en pánico y no sabía que hacer.
- Yo…
- ¿Es cierto? – Le preguntó con la pesadez en sus palabras, esperando desde el fondo de su corazón que solo se tratara de un terrible error.
JunHong lo miró derrotado, en silencio mordió su labio inferior y bajó la mirada con culpabilidad sin sentirse capaz de seguir observándolo.
- Por Dios.
- No es tan malo como piensas – Dijo como último recurso para tratar de calmar al mayor.
- ¡Claro que es malo! – Gritó finalmente el castaño, toda esa histeria le exigía salir de su pequeño cuerpo.
- Up por favor escúchame.
- ¿Por qué no me lo dijiste? – Preguntó ahora no preocupado sino más bien indignado con el chico más alto.
- Buscaba el momento adecuado para decírtelo – Zelo sentía como su mundo lentamente comenzaba a derrumbarse.
- ¿Y cuándo iba a ser eso? – Resopló y dio unos pasos hacia el alto siendo incapaz de quedar tan cerca como para golpearlo. – ¿Desde cuándo te diagnosticaron esto? – Quería sabe que tanto tiempo había sido privado de tal realidad.
- Fue… hace un año – JunHong tragó saliva esperando la serie de reproches por parte del mayor.
- ¿Hace un año que me ocultas esto? – Lo miró indignado, era como si le hubieran dado un golpe a su orgullo y confianza.
- Tenía miedo y ni siquiera yo mismo me creía todo esto – Señaló aquella hoja con sus manos como si fuera ésta la culpable de todos sus pesares.
- Pudiste habérmelo comentado, se supone que somos mejores amigos.
- Y lo somos.
- ¿Entonces por qué? – Moon no podía determinar si el líquido que bajaba por su mejilla era sudor o quizás lágrimas. – ¿Por qué me mentiste?
- Yo no te mentí – El rubio notó el ardor en sus ojos y un dolor de cabeza le punzaba.
- ¿Entonces como llamas a esto? – Era increíble que tan impotente se sentía en esos momentos. – Pensé que serías el único que no me ocultaría nada, me prometiste que entre nosotros todo iba a ser sincero.
- No es que te lo haya ocultado porque no confiara en ti – JunHong pensó que podría sufrir de un colapso ante lo que sucedía, nunca se lo esperó. – Pensé que tendría algo más de tiempo antes de decírtelo.
- ¿Y cuanto tiempo iba a ser eso?
- ¡Tenía mucho miedo de lo que pudiera pasar! – Comenzó a hablar entre espasmos debido al llanto. – Siempre me negaba a aceptarlo porque me aterraba la idea de lo que pudiera pasar en el futuro, ir al médico, comenzar a sentirme mal e ir a un quirófano – Esperó unos segundos esperando conseguir alguna reacción de parte del único que lo acompañaba en esos momentos, al ver que éste no diría nada continuó hablando. – No quería creer nada de eso y me aterra mucho la idea ¡Yo soy el que carga con ésta enfermedad que me aterra cada día más!
- Pero pudiste habérmelo dicho y así te habría ayudado a hacerlo menos difícil – Ahora eran ambos quienes soltaban lágrimas, se sentía herido, y por la persona que menos se lo esperaba. – ¿No me tienes confianza?
- La tengo – Respondió desconsolado y si fuerzas el menor, cada segundo que pasaba hacía que su cabeza sintiera que pronto explotaría – Tu sabes que no confío en nadie más que en ti.
- ¿Entonces por qué?
- No quería que nada cambiara entre nosotros, sabía que si te lo comentaba no sería igual que antes, me verías de otra manera al saber que tengo esta enfermedad que en cualquier momento puede empeorar, por eso quería pasar un poco de tiempo más contigo como todos los días antes de poder decírtelo.
- ¿Sabes que es lo que tienes Zelo? – Por primera vez se dejó llevar por su cuerpo y poner sus manos en cada brazo del menor para darle a entender que de alguna manera quería apoyarlo. – Allí decía que estás enfermo, y no es algo que se curará de la nada, y por tu estado estás en peligro.
JunHong se ahogaba en sus lágrimas y era incapaz de articular palabra, todo ocurrió tan deprisa que ni siquiera lograba aun asumir todo el miedo.
- Sigo sin creer que no me lo hayas dicho.
- Lo siento – Dijo apenas antes de seguir sollozando. Por segunda vez en el día Zelo se volvió a quebrar en lágrimas.
JongUp observó como el cuerpo de su mejor amigo se dejaba caer con pesadez en el sillón, el quedó de pie. Estaba herido profundamente. Su vida se había basado en ser dejado del lado por los demás, ser excluido de las cosas importantes y trascendentes, cuando Zelo había aparecido pensó que eso no volvería a pasar, pero tal y como ese día era tan cruel con ellos ocurrió, debía estar molesto con esa persona a su lado que ahora no quería ni levantar la mirada.
Pero más que molesto, era angustia.
Por que ver a Zelo derramando un sinfín de lágrimas le hacía olvidar todos sus rencores, sólo quería poder reconfortarlo. El terror que causaba la idea de perderlo era mayor a al enojo, por mucho. Sin Zelo él no sería nada.
Indiscutiblemente derramó el también lágrimas, ahora comprendía un poco la situación de JunHong, era cierto, era un niño, y no merecía cargar con gran temor sobre él. Lo que JunHong debía sentir era lo mismo que él, el perder a alguien especial, pero a diferencia suya, que solo lo perdería a él, Zelo perdería a todos en su vida. Le aterraba la idea de no volver a ver a nadie de ellos un día más.
Y era tan triste que una persona tan inocente como él tuviera que pensar en eso.
Apretó sus puños fuertemente al comprender un poco más lo ocurrido, ni sus familias, ni las personas a su alrededor, la distancia o cualquier otra cosa sería capaz de hacerlos perder su amsitad, pero una enfermedad… eso si podía. No quería pensarlo, pero en el peor de los caso Zelo podía…
Calló junto a él, compartiendo el sentimiento de la angustia junto al menor, lo rodeo con uno de sus brazos para hacerlo saber que más que nunca que estaba allí, que no estaba solo y que nunca lo estaría de su parte. Y ambos continuaron llorando por lo cruel que resultaba la vida algunas veces.
YongGuk conducía sin articular palabra hacia su reflejo, éste por tanto miraba por la ventana las calles, comercios y casas que aparecía con el fin de memorizarlas.
- Así que eres amigo de ese chico – Comenzó a hablar el gemelo mayor. – Me sorprende.
El Bang menor guardo silencio, no quería ningún tipo de conversación más que la que fuera necesaria.
- Es decir, es muy joven a comparación de ti – Continuó sin darle relevancia a la manera en que era ignorado. – Pero al parecer eso no importa mucho, si me abrazo es porque pensó que yo era tú, eso quiere decir que son cercanos ¿No?
YongGuk mordió su lengua ante el recuerdo del menor abrazando a su gemelo, era molesto, demasiado, pero que importaba, tal y como habían dicho fue así por una razón: Porque JunHong esperaba abrazarlo a él y no a YongNam.
- Pero es un chico tan lindo, se ve tan inocente.
- ¿A qué te refieres? – Tal y como todo lo que venía de su hermano, esa última frase no le agradó, solo que ésta fue mucho más que las demás.
- Tú sabes, es como un niño ¿No? Es tierno y amable, me alegra que mi hermanito tenga un donsaeng así – YongNam sonrió aparentemente complacido.
- Es un buen chico – Contribuyó él.
- ¿Dónde lo conociste?
- Es un amigo de DaeHyun.
- Ya veo – YongGuk no se molestaría ni en cuestionarse si recordaba tan siquiera quien era DaeHyun. –
- ¿Por qué tanto interés?
- Por nada en especial, solo curiosidad – El Bang mayor continuó admirando lo que fuera que se apareciera en el vidrio, cuando en realidad solo había una cosa en su mente.
Seco, como todo entre ellos así eran las cosas, secas. Pero esto era distinto, ¿Por qué YongGuk sentía peligro de repente? Quizás solo fuera su paranoia con su hermano. Llegaron a su casa, YongGuk se limitó a darle un corto recorrido a YongNam por ella y decirle unas cuantas reglas que él establecía, luego solo lo dejó en la habitación de huéspedes y él se retiró a su recamara.
No faltó de mucho para que a su mente surgiera, como últimamente ocurría, JunHong, esta vez siendo atormentado por los sucesos de ese día:
JunHong abrazando a YongNam, llorando y sin querer decirle qué le ocurría.
Estaba preocupado ¿Por qué? Porque le importaba, si, era un chico que aunque lo negara ahora era importante para él –sin conocer el motivo aparente de ello–, pero no podía pedirle más explicaciones, seguramente se trataba de algún asunto personal en el cual no tenía derecho alguno de interferir.
- ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti? – Llevó sus manos a sus sienes, cayó de espaldas la mitad de su cuerpo en la cama.
Mientras que el gemelo menor se hacía torturas mentales descubriendo el motivo de su interés por el estado del pequeño, el gemelo mayor descansaba de su viaje, terminó de mandar el mensaje a sus padres de que había llegado y sido recibido felizmente por su hermano.
- En otra vida seguramente.
Un periodo de corto tiempo en GonEun, junto a su querido hermano menor. Esa idea resultaba tanto aterradora como intrigante. Pero no era eso lo que ocupaba sus pensamientos. Ese chico, el que encontró llorando, no se alejaba, y se aceleraba al recordar su exquisito rostro infantil ¿Amor a primera vista? Podía ser, tal y como le ocurrió con esa chica hace años, él no necesitaba de conocer a alguien para saber que estaba enamorado de ella.
Entonces, se enamoró del donsaeng de su hermano, de mucha menos edad que él.
Difícil, pero lograría acercarse a él.
Ambos hermanos Bang, tal como los gemelos que eran, compartían esa tarde a una misma persona en sus pensamientos: Choi JunHong.
En Seúl, ubicado en un elegante despacho un hombre sostenía el teléfono contra su oído escuchando atentamente las explicaciones del médico.
- Enfermedad de joven JunHong ha progresado rápidamente, más de lo que esperábamos.
- ¿Han hecho ya los estudios?
- Aun no, esperamos a que el joven se presente, el último estudio fue hecho hace unas semanas, su esposa lo recibió.
- Lo sé – El hombre miró la copia que tenía entre manos. – Es solo que no lo comprendo, todos estos años aparentó ser un chico con buena salud, incluso cuando nació nos dijeron que era casi imposible que se complicara.
- Y es cierto, son muy pocos los casos en donde se llega a complicar, su esposa me dijo que hacía mucho tiempo que su hijo no sufría migrañas pero que hace poco volvió a padecerlas.
- Fue hace unas tres semanas, llegó a casa y de la nada comenzó a sentirse mal.
- El agujero oval persistente no es un tipo de enfermedad tan frecuente, muchas de las personas que lo padecen viven con el sin sufrir ningún tipo de complicación a lo largo de su vida.
- ¿Es cierto que puede sufrir de un paro cardíaco?
- Desgraciadamente si, en caso de que esto siga empeorando tendremos que operar al joven, por eso este último estudio es tan necesario, determinaremos con el si la enfermedad ha avanzado lo suficiente para informarle si será necesario la operación. Hasta entonces, eso sería todo lo que puedo decirle señor Choi.
- Lo hablaré con mi esposa y le diré que mi hijo se hará el estudio tan rápido como pueda, muchas gracias doctor.
- De nada señor, hablaré con usted cuanto tenga algo más que comunicarle.
El padre de Zelo miro cansadamente el informe por enésima vez, nadie podría creer que un chico tan activo como su hijo pudiera tener tal enfermedad que fuera capaz de causarle la muerte.
Simplemente, eso no podía ser la realidad.
Crash
Capítulo 14. Nostalgia
HimChan se miraba en el retrovisor quizás por octava vez, lucía bien, como siempre lo hacía, sin embargo no podía evitar hacerlo.
Tenía una cita ¿Con JongUp? Más bien ¿Era aquello una cita? Pero había otra cosa que lo tenía más atento, el no actuar extraño. Se comprometió a cumplir tres cosas:
No lucir nervioso.
No hacer nada tonto.
No sobrepasarse.
Llegó a casa de DaeHyun, era extraño no ir por él si no por otra persona. Tal y como si su cuerpo fuera controlado por otra persona sin darse cuenta había llegado a la puerta y tocado el timbre, ¿Porqué estaba tan nervioso? No era un crío de secundaria que iba a tener su primera cita con la chica que le gustaba. Los pasos se escuchaban por dentro, JongUp salió de la puerta con una tímida sonrisa en el rostro.
- ¿Estás listo? –Le preguntó el mayor una vez que el chico salió por completo.
- Si – Moon miró una vez más la sala, en ella dormía Zelo profundamente sin dar señales de despertar pronto. – Vamos – Y cerró la puerta dispuesto a, por al menos ahora, aclarar su mente.
- ¿A dónde quieres ir? – HimChan y él llegaron al auto, JongUp tomó el asiento del copiloto.
- Ya que no conozco el lugar ¿Porqué mejor no vamos a donde usted quiera? – El menor se sorprendió así mismo al poder hablar tan sueltamente.
- Entonces será una sorpresa – HimChan sonrió emocionado, tenía una idea de adonde podían ir.
JongUp se limitó a permanecer en silencio el resto del trayecto, se sentía algo culpable por irse sin decirle nada a Zelo y más en su estado, pero de no ser así el resto del día sería una tortura mental para él, se quedaría pensando en Zelo y su enfermedad tan delicada, entonces, al no dejar eso del lado terminaría mucho más afectado de lo que ya estaba, así que para poder continuar con la amistad que había tenido con JunHong desde siempre lo mejor era ignorar ese problema y seguir como si nada hubiera pasado.
HimChan conducía hacia lo que se podía llamar el centro de GonEun, ese lugar con pequeños establecimientos interesantes en donde una podía disfrutar caminado por allí. Estacionó el auto en cuanto llegaron, miró el lugar con una agradable sonrisa, hacía tiempo que no pasaba por esos lugares.
- ¿Qué te parece? – Le preguntó interesado a su acompañante.
- Esta parte me recuerda a Seúl – Con muchas personas y puestos, algo así como el abultado ambiente de su ciudad, sonrió algo más animado.
- Es una parte muy extraña de éste lugar – Dijo el mayor comenzando a caminar seguido por el castaño. – Como si fuera sacado de una ciudad.
- Eso mismo pensaba – JongUp miró cada puesto que pasaban con la esperanza de olvidarse de Zelo.
- ¿Sucede algo? – HimChan notó que el menor lucía decaído, tan encimado estaba con su propia emoción que hasta ahora lo tomaba en cuenta.
- Para nada –Respondió rápidamente el menor al verse descubierto.
- Si no te agrada podemos ir a otro lugar.
- No es por esto – Se apresuró a corregir al mayor, se reprendió al hacer que esa persona tan amable se estuviera tomando esas molestias por él. – Es solo que recibí una mala noticia hoy que me dejó algo triste, pero no tiene que preocuparse por mí.
- ¿Quieres volver a casa? – Volvió a interrogar el pelinegro.
- No – De hecho era lo que menos quería hacer en esos momentos. – Prefiero dejar de pensar en eso y divertirme un rato – JongUp se esforzó en mostrar la mejor sonrisa que en esos momentos podía otorgarle al mayor, para su alivio al parecer fue suficiente.
- De acuerdo, pero si quieres volver sólo dímelo y te llevaré a casa de DaeHyun tan pronto como pueda.
- No será necesario – Moon pensó que podría reír por la innecesaria preocupación de HimChan, era un muy buen hyun a su parecer.
HimChan se convenció de dejar de insistir tanto, que eso podría de lo contrario fastidiar a su acompañante. Si JongUp le había dicho que quería distraerse entonces haría que dejara de pensar en cualquier problema a como dé lugar.
Así que comenzaron a caminar por todo el lugar, le habló de distintas cosas, cualquier tema y de vez en cuando hacía una broma o contaba una anécdota ridícula con tal de sacarle una sonrisa al pequeño, no podía sentirse más orgulloso de sí mismo cada vez que tenía éxito.
Por momentos sentía que las personas a su alrededor se desvanecían, como si sus ojos se enfocaran solamente en ese chico y en su sonrisa que deseaba nunca desapareciera. Pero ¿Era un sentimiento normal? ¿Siempre quiso cuidar tanto de una persona? Quién sabe, lo pensaría luego, ahora solo quería disfrutar de su tiempo con el menor.
Entre tanto, JongUp no podía creer que en tan poco tiempo se encontrara riendo despreocupadamente. Normalmente al recibir una noticia de ese tipo cualquier otra persona estaría devastada, pero allí estaba él, sonriendo como antes lo hacía. Y le agradecía internamente a HimChan mil veces por ello, por hacerlo tan feliz con su simple presencia.
- ¿Quieres uno? – Se ofreció al notar la mirada furtiva con la que el pequeño miraba los algodones de azúcar que un hombre preparaba.
- Creo que si – Se sintió avergonzado por ser tan obvio.
Ambos permanecieron callados por tan solo momentos mirando al hombre preparar sus nubes de azúcar, detrás de ellos pasaron un grupo de personas escandalosas que con sus movimientos descontrolados empujaron a JongUp haciendo que perdiera el equilibrio, antes de que éste callera los brazos de HimChan lograron detenerlo y apoyarlo junto a él.
- Yah ¿Qué les sucede? – Reclamó molesto mirando a esas personas alejarse de ellos sin hacerles caso.
- Emm… – JongUp permaneció quieto contra el mayor sin saber cuándo moverse.
HimChan miró a quien tenía entre brazos, lo soltó tan rápidamente como su mente le permitió y sus blancas mejillas pronto adquirieron un tono rojizo.
- Lo siento – Claro, primero lo besaba y ahora esto, era como si no dejara de cometer un error tras otro.
- No importa, gracias por lo de antes – A JongUp esta vez la situación le causo gracia debido a los nervios del mayor.
- Parece que no dejo de tomarme muchas libertades – Se atrevió a hacer un comentario irónico.
- Supongo que eso nos hace más cercanos – Más tarde debía felicitarse por lograr hablar tan abiertamente con alguien.
HimChan emitió una risa ahogada, al parecer JongUp ahora tomaba cómicamente todos sus pasados acercamientos.
Al ser llamados por el hombre frente a ellos recordaron la razón por la que estaban esperando, ante la curiosa mirada del señor sobre ellos siguieron su camino tranquilamente, ésta vez el mayor los condujo a un lugar tranquilo para que pudieran sentarse y disfrutar de su dulce.
- Ya que estamos sentados sin nada, cuéntame algo de ti – En realidad había estado buscando el momento para averiguar más sobre él sin parecer nada extraño.
- No hay mucho que contar, soy gran admirador de Chris Brown, hago ejercicio, me gusta bailar.
- Eso lo noté ayer – Soltó con una risa que contagió al más joven.
- Eso es todo, no soy tan interesante – JongUp dio el primer bocado a su algodón perdiéndose en el sabor extremadamente dulce que tenía.
- Vamos, deben haber más cosas que esas.
- ¿Cómo qué?
- ¿Desde cuándo conocer a JunHong? – Pregunta algo tonta, pero aun así sentía curiosidad.
- Desde siempre, prácticamente no criamos juntos, no recuerdo una sola vez en la que no estuviéramos juntos – Miró al suelo dándose fuerzas internamente.
- Pero ahora estás aquí conmigo – En realidad no había nada implicado en esa oración, fue un simple comentario que se le ocurrió hacer.
- La primera excepción entonces – Y sería un buen recuerdo.
- ¿Y qué me dices de alguna novia? – Esperaba que el menor no lo considerara una persona molesta por tantas preguntas que hacía.
- Tampoco, además, si me llegara a enamorar de una persona haría todo lo posible para olvidarla – Miró a HimChan sin sorprenderse de la expresión incrédula de éste.
- ¿Por qué? – Esa respuesta lo había dejado anonadado, sobre todo porque JongUp no parecía del tipo de persona que odiaban las relaciones.
- Pienso que cuando estás enamorado sólo ves lo que tú quieres y te olvidas de la realidad – JongUp mordió su labio inferior inseguro, muchas cosas se le venían a la mente. – Además, si te haces ilusiones con esa persona puede que cuando le digas sobre cómo te sientes no te acepte, eso sería doloroso.
- ¿Y a qué se debe ese concepto? – Buscó la mirada del menor, éste no había dejado de mirar el suelo en ningún momento.
JongUp sentía su cuerpo tensarse, el solo hecho de recordar a la persona que le había roto el corazón lo ponían en mal estado. Se sintió observado por HimChan, quería por un lado contarle la razón, pero por el otra parte hacía mucho tiempo que no hablaba de eso y la única persona con la que se atrevía a hacerlo estaba durmiendo en un sofá muy lejos de ellos. ¿Sería lo correcto contárselo a la persona que en un principio volvió a traer esos recuerdos a luz?
Alzó el rostro, HimChan no lo presionaba a hablar, más bien le transmitía la seguridad para hablar. Respiró hondamente preparándose para lo que sería una tormenta de sentimientos que aparecerían sin dudar.
- Había un chico un curso mayor al mío – Comenzó su historia sin estar del todo preparado. – Él era una persona muy interesante, llamaba mucho la atención y sabía hacerse amigo de todos.
- Ajá – Dijo solamente el mayor absteniéndose de decir algo al escuchar la palabra chico.
- En cierta manera era parecido a usted – Ciertamente el parecido en cuanto a personalidad era innegable.
- ¿A mí? – HimChan no sabía que debía pensar ante esa confesión.
- Si, parece brillar donde quiera que éste, cuida de los demás, los hace reír – Sonrió amargamente ente sus palabras comenzando a cuestionarse a quién de los dos estaba describiendo en verdad. – Un día tropecé con él en el pasillo cuando buscaba a Zelo, como soy una persona muy tímida solo comencé a disculparme sin poder mirarlo, pensé que haría lo que todos los demás hacían conmigo, alejarse.
Callado y desde su posición el mayor no perdía detalle de la historia ni de las expresiones del chico que jugaba con sus dedos mientras le contaba su relato.
- Pero él se disculpó conmigo y me ayudo a levantarme y recoger mis cosas, fue la primera vez que alguien me trataba así – Claro, a excepción de su mejor amigo; era como si pudiera recordarlo todo a la perfección a pesar del tiempo que había transcurrido. – Pasaron los días y aunque nunca hablé con él directamente cada vez que nos cruzábamos me saludaba, los demás me miraban cuando yo le devolvía el saludo, un día Zelo me preguntó si éramos amigos, le dije que no, no paró de decirme que hablara con él y siempre me negaba, pero comencé a verlo a lo lejos – En vez de contárselo al mayor pareciera que JongUp se lo estuviera contando así mismo.
- Te empezó a gustar – Fue el comentario que salió de los labios de HimChan sin pesar.
- Si – La nostalgia se reflejaba perfectamente en su expresión. – Sólo porque me habló una vez, creo que fue algo así como amor a primera vista, como sea, me enteré de muchas cosas de él, y cuando me di cuenta de lo que hacía para observarlo era demasiado tarde, estaba enamorado, no sabía qué hacer ya que era la primera vez para mi, sólo me quedé con ese sentimiento que al paso del tiempo siguió creciendo, no dejaba de pensar en él y preguntarme qué pensaba de mi. Un día comprendí que no podía soportar más tiempo guardándomelo.
Paró, mordió su lengua y pensó en cómo debía continuar, el mayor también comenzaba sentirse afectado por lo que escuchaba.
- Siempre supe era imposible tener una oportunidad con él, pero muy en el fondo aun lo pensaba aunque fuera tonto. Un día lo vi solo, junte todo el valor que tenía y de la nada le dije “me gustas” – Nuevamente se detuvo, era doloroso recordar esa parte. – Él se detuvo y me miró sorprendido, estaba a punto de decirle que no esperaba nada con él, que solo quería que supiera mis sentimientos, pero antes de hacerlo comenzó a hablar, me dijo que eso era raro – Formó un puño al sentir una punzada en su pecho. – Que yo era raro por tener esos sentimientos y que daba miedo, me miró como si estuviera loco.
Se movió finalmente, HimChan posó su mano sobre el puño del menor, éste al notarlo jadeó y lo miró recordando que estaba allí. Todas sus emociones negativas disminuyeron con ese simple toque, cierto, era el paso y había quedado muy atrás.
- Se alejó de mí y yo me quedé allí por mucho tiempo sin poder reaccionar – Pasó saliva por su garganta, era suficiente de recordar. – Al año siguiente cambió de escuela, nunca supe si fue cierto que se mudó o fue por mi culpa, sólo me comprometí a olvidarlo – Volteó su rostro a HimChan mucho más tranquilo – Esa es la razón.
- Idiota – El mayor, al haber concluido la historia, solo había dicho lo primero que vino a su mente.
- ¿Eh? – A decir verdad JongUp se esperaba otra reacción.
- Ese tipo, es un idiota por tratarte de esa forma – Su sangre se sentía hervir ¿Cómo alguien podía ser así con un chico tan lindo como él?
- Lo sé, ahora que lo pienso fue realmente estúpido enamorarme solo porque me trataba algo distinto a los demás, pensé que era distinto.
- Quiero golpear a alguien – Ante su comentario, que por cierto era honesto, JongUp soltó una carcajada.
- No hay porqué, ahora sabes la razón de mi concepto del amor – Ahora estaba mucho más relajado, hablar finalmente de eso le había sacado un peso de encima.
- Sé que debió ser una experiencia dolorosa, pero aun pienso que puedes considerar cambiar tu forma de ver las cosas.
- Eso quisiera, pero siempre pensaré que si me enamoro de nuevo será de la persona equivocada, no quiero cometer el mismo error.
- Nada te asegura que será alguien como él.
- Aunque no fuera ese tipo de persona dudo mucho que alguien se interese en mí.
- Yo lo haría – Esta vez no importaba lo que pensara, no iba a dejar que el pequeño siguiera con ese terrible concepto.
Sus manos seguían de cierta manera juntas, el castaño volvió a encontrarse con el lado serio de HimChan. La mano que permanecía sobre la suya era cálida, le hizo sentir varias cosas, pero era interesante el hecho de que todas eran agradables.
Su corazón latió con más fuerza, my apresuradamente y no dejo en ningún momento de contemplar al mayor al igual que éste lo hacía con él. Y en su mente solo había una cosa: Kim HimChan.
Todas las variedades de sentimientos se volvieron uno solo que parecía conocer muy bien, solo que distinto a como lo recordaba, ésta vez era mucho mejor.
A causa de todo esto no se permitió mover un solo músculo, ni siquiera cuando sentía el aliento del mayor casis obre sus labios.
Crash
Capítulo 15. Incógnita
*Pov DaeHyun*
En algún momento me quedé dormido en casa de YoungJae, la razón fue porque su voz había terminado de adormecerme y eso, junto con lo exhausto que me sentía, logró vencerme. Ahora abría mis ojos pesadamente aun con el sueño presente en mí, pero algo me decía también que tenía que despertar de una vez.
- Veo que despertaste – Escuché la voz de Jae apareciendo por las escaleras.
- Si, fue una buena siesta – Levanté mis brazos tratando de estirarme, un agudo dolor en los costados me hizo bajarlos rápidamente y hacer una mueca.
- ¿Te duele mucho? – YoungJae llegó a mí rápidamente con expresión preocupada. – Te llevaré al doctor.
- No es necesario – Le dije yo, no quería ir por ningún motivo a un hospital. – Lo que tengo es hambre.
- ¿Recibes una paliza y lo que más te preocupa es comer? – Me miró incrédulo ganándose mi risa.
- Básicamente – Reí tratando de animar a mi amigo, y realmente estaba hambriento.
- No es necesario, iré a casa y comeré algo – Debo admitir que enserio me apetecía comer algo que el mismo YoungJae podría prepararme, pero tenía que volver a casa de una vez antes de que la madre de Zelo tuviera que irse. – ¿Seguro que tú estás bien?
- Que si, y no tienes preocuparte tanto por mí, debería ser al revés.
- Como tu digas – Apoyé mi espalda entumecida en el sofá. – Oye.
- ¿Qué? – Vi que él sacaba su teléfono y comenzaba a hacer algo con él.
- Cuando me quede dormido ¿No ocurrió nada? – Le pregunté curioso, siento como si algo importante hubiera pasado y no pudiera recordarlo.
- ¿Por qué lo dices? – Noté al cambio en la voz de YoungJae.
- No lo sé, siento que olvido algo.
- ¿No estabas dormido? – Volteé a verlo, él sin embargo parecía más ocupado en su celular aunque más bien pienso que solo no quería verme.
- Si, pero estaba hablando contigo antes de eso algo pasó, pero no puedo recordarlo – Le miré suspicaz, su actitud era demasiado sospechosa. – ¿Qué me ocultas?
- Nada – Creo que vi como sus mejillas adquirían otro color.
- Dime – Le pedí con el tono demandante que en realidad era en juego, en serio pienso que me estaba olvidando de algo muy importante.
- Ya te dije que no es nada – Debido a que Jae seguía en plan de no contestarme comencé a hostigarlo.
- Yo sé que me ocultas algo, ¿Qué es? ¿Dije algo tonto? ¿Hice algo extraño?
- No tu – Lo escuche apenas susurrar.
- ¿Eh?
- Nada – Lo miré rendido, creo que era claro que no me diría nada.
- Está bien, no me digas, pero lo recordaré – Aseguré levantándome del sofá ganándome la inconforme mirada de mi amigo.
- ¿Estás seguro de que puedes llegar a casa?
- Si, además mi tía me comentó que saldría pronto de viaje o algo así y tengo que estar allí para hacerle saber que cuidaré de los chicos – Lo había olvidado por unos momentos, tenía que apresusarme para llegar a tiempo.
- ¿Estarás bien? – A juzgar por rostro noté que no estaba convencido de dejarme ir.
- Lo estaré, ya verás que dentro de poco no sentiré nada de esto – Dije refiriéndome a los golpes y heridas que me cause, solo espero que así sea. – Hasta otra, y lamento todo los problemas que te cause.
- Esa es mi línea.
Me burle del puchero de YoungJae, siendo impulsado como siempre por mis instintos apreté sus mejillas entre mis manos y salí de su vista lo más rápido que pude antes de que éste comenzara a reclamarme.
Apenas puse un pie fuera de esa casa sentí que mi cuerpo me pedía recostarme de nuevo en aquel mullido sofá. Ciertamente los golpes que había recibido no habían sido nada compasivos, pero tuve mucha suerte al no salir peor.
Mientras hacía el camino a casa trate de rememorar lo ocurrido en casa de YoungJae, estoy seguro de que llegué allí casi a rastras, luego me quede en el sillón un rato esperándolo, llego con un botiquín y me curó las heridas.
Luego comenzamos a charlar y fue allí donde comenzó a darme sueño, poco a poca las imágenes y sonidos se iban formando en mi mente como si los volviera a vivir.
Yo en el cómodo sofá, un ardor soportable en mi labio y ceja, cerré los ojos que sentí pesaban más que un yunque y continuamos hablando. Extrañamente su voz me adormeció más. Una agradable sensación se situó en mi cabeza, casi como el toque mágico de una criatura angelical en otro mundo, entre el de los sueños y la realidad.
YoungJae me preguntó algo calmadamente, quiero recordar que porque siento que debo hacerlo. Entonces, cuando mis ojos están cerrados y caigo al mundo de los sueños, solo un segundo antes sintió una dulce textura posicionarse sobre mis labios inmóviles, y de la misma manera como llegó de impasible y discreto desapareció.
- ¿YoungJae me besó? – Paré en seco a unos momentos de llegar a la puerta, quedé estático.
¿Acaso fui besado por Yoo YoungJae?
*Fin POV DaeHyun*
JunHong se removió incómodo buscando una posición más cómoda para dormitar, al ser esto no posible debido a que el sueño comenzaba a desaparecer optó por levantar la parte superior de su cuerpo quedando así sentado a lo largo del sofá. Bostezó, talló sus ojos y estiro sus brazos sobre su cabeza para alejar la rigidez al dormir tanto tiempo en ese lugar.
Como un rayo, y sin que él en ningún momento lo hubiera deseado, aparecieron varias imágenes que le recordaron lo que había sucedido antes de haberse dormido. Busco por instinto al castaño, aún no sabía con certeza que era lo que pensaba en concreto, si lo perdonaba o de lo contrario no quería verlo. Todo un remolino de inseguridades se formó dentro de su cabeza. Miro por todos lados, no había rastro de JongUp, de cierta manera sintió un poco de soledad pues después de tremenda discusión lo mínimo que quería era ver a su amigo junto a él, pero no lo podía culpar después de todo, si Up estaba molesto con él por ocultarle tal verdad durante tanto tiempo no le reclamaría nada. Escuchó a una persona bajar por las escaleras, a diferencia de ser unos zapatos normales podía adivinar que se trataban de unas zapatillas, su madre, quien al ver a su hijo finalmente despierto corrió hacia el comprobando que estuviera en perfecto estado.
- Finalmente despiertas bebé, ¿Cómo te sientes? – Le pregunto está mientras seguía examinando el rostro cansado de su pequeño.
- Sólo algo cansado, siento mucho lo que hice esta mañana, no era mi intención gritarte – El sentimiento de culpabilidad hizo presencia en él al recordar su última conversación con ella.
- No importa eso bebé, me alegra que hayas despertado – Lo estrechó contra ella transmitiéndole la seguridad que el más alto había estado buscando, finalmente el preguntó.
- ¿Dónde está JongUp? – Preguntó separándose lentamente de esa mujer.
- Sólo sé que salió hace rato con un chico – Contesto ella sin poder recordar más.
- ¿Salió? – JunHong no podía estar sólo sorprendido, si no intrigado, su mejor amigo JongUp había salido sin él, y más aún se preguntaba de quien podría tratarse.
- Si, no debe tardar mucho en llegar – Comentó ella pensando que quizás el menor se sentía solo sin su mejor amigo.
- Mamá, él lo sabe – Dijo con tristeza embargada en su mirada, las dulces manos de su madre acariciaron sus cabellos.
- Los escuché, lo lamento mucho no era mi intención dejar el expediente allí.
- No es tu culpa – Zelo dio un largo suspiro, no quería volver a deprimirse tan rápido. – De todos modos se iba a enterar, tenías razón, tardé demasiado en decírselo.
- Bebé no tienes que sentirte tan mal – SoYoung podía notar fácilmente la tristeza reflejada en las orbes de su hijo.
- Pero fue mi culpa, debiste verlo, estaba completamente decepcionado de mi – Era como si aún pudiera sentir esa mirada sobre él, pesada y completamente herida, no podía soportarla.
- Relájate, es JongUp, estoy segura que está mucho más preocupado por tu salud antes que nada, no te atormentes más, sé que será capaz de perdonarte.
- Eso espero.
- JunHong, hay algo que tengo que hablar contigo.
- ¿Qué es?
- Verás, ayer recibí una llamada de tu padre. El médico nos llamó diciendo que necesita unos estudios más antes de decidir si en el peor de los casos necesitas ser operado.
- ¿Voy a ser operado?
- Aun no lo sabemos hijo – SoYoung trató de sonar lo más calmada posible, de lo contrario podría asustar aun más de lo que ya estaba al adolescente. – Por eso es necesario que te hagamos un estudio más e ir a ver al médico en persona.
- ¿Tenemos que regresar?
- Es allí donde quiero que tú decidas, el médico necesita hablar con tu padre y conmigo debido a que necesitamos firmar unos papeles y explicarnos muchas cosas sobre tu condición, pero si tú quieres puedes permanecer aquí con JongUp y DaeHyun, solo que en caso de que necesitas la intervención quirúrgica tendrás que regresar lo más rápido posible.
- ¿Tú te irás?
- Me temo que si, tenemos que estar ambos, tu padre y yo, por eso te lo pregunto ¿Quieres ir o quedarte aquí?
¿Qué si quería ir? Para nada, solo estaría hecho un manojo de nervios, pero no sabría que hacer sin su madre, por un lado era como si perdiera la seguridad que sentía cuando ella lo abrazaba y le decía que todo estaría bien. Pero no, no quería ir por ningún motivo, lo admitía, estaba demasiado asustado. Además, si regresaban ahora no solo arruinarían las vacaciones que había planeado junto a JongUp, lo tendría también preocupado por sobre todo, no quería eso.
Y por último, quería disfrutar de todo la diversión que aún les queda por experimentar, junto a DaeHyun y sus amigos, junto a YongGuk. Por alguna razón desconocida y profunda no quería considerar si quiera la idea de no volver a ver a esa persona.
- Me quedaré – Sus palabras, antes de poder reconsiderarlas, salieron solas de sus labios.
- De acuerdo – Se reconfortó al ver que su progenitora no lucía enojada con él. – Mañana en la mañana iremos a hacerte unos estudios, en la tarde tendré que partir.
- Si.
- JunHong, solo Jongup lo sabe ¿Qué piensas decirle a DaeHyun?
- Lo haré, no te preocupes – A pesar de que seguí estando inseguro de hablar con los demás de eso se sentía algo más confiado en poder decírselo a su primo.
- De acuerdo, ahora solo ve a descansar, te ves aun preocupado.
- No te preocupes, esperare a JongUp – Aclaro procurando poner la mejor sonrisa que podía en esos momentos.
Moon JongUp podía sentir el aliento del mayor casi sobre sus labios, esperando por ser presionados contra los del mismo ante la ansiedad de tenerlo tan cerca. Ambos, tanto el castaño como el pelinegro, dejaron de pensar y articular, JongUp cerró sus ojos ante la atenta mirada de HimChan quien no quería perder detalle alguno del menor. Sus labios se acercaron hasta llegar a un roce mínimo y casi imperceptible.
Entonces sonó, estridente y ruidoso, el celular de JongUp clamando una llamada.
Ambos se separaron notoriamente exaltados, con las bocas abiertas y si lograr encontrar palabras que decir. La magia del momento se había roto y ahora solo quedaban dos muchachos completamente avergonzados por lo que estuvieron a punto de hacer.
JongUp, quien era quizás el más nervioso, buscó escapar de eso contestando el teléfono sin siquiera preguntarse de quien se trataba, lo único que quería era huir ahora.
- ¿Hola?
- JongUp, soy DaeHyun.
- Ah DaeHyun – Se sorprendió al encontrar esa voz por el auricular, supuso que se trataba del teléfono de JunHong pues este no conocía su número. – ¿Qué ocurre?
- Nos preguntábamos dónde estabas, ya es de noche así que es peligroso que estés afuera a estas horas.
- No soy un niño – Reprochó al mayor con quien sentí algo de confianza.
- Casi – Respondió desde otro lado DaeHyun – ¿Dónde estás?
- Am, realmente no lo sé – Contestó mirando hacia sus lados, al mirar por la derecha encontró la atenta mirada de HimChan sobre él, ambos apartaron sus ojos de inmediato notablemente sonrojados.
- ¿No lo sabes? – Cuestionó ahora más preocupado el mayor. – ¿Me estás diciendo que estás a sólo y fuera de casa sin saber dónde te encuentras?
- Lo siento, pero estoy con HimChan hyun – Le contestó tratando de así evitar que se preocuparan más por él, cuando pronunció el nombre del pelinegro su voz tembló un poco, pero esperaba que ninguno de los dos hyuns lo notara.
- ¿Con HimChan? – Inquirió mucho más confuso DaeHyun. – ¿El mismo que conociste ayer?
- Si – Claro, no era que lo conociera de ayer precisamente.
- ¿Por qué estás con él?
- Es otra historia – Dijo para ahorrarse la vergüenza que le daba decirle que eso no era una cita, que solo había salido a pasear un rato con HimChan para distraerse de ciertas cosas. – Ahora vuelvo a casa.
- De acuerdo, trata de no demorar mucho, Zelo parece estar esperándote – Le dijo de último logrando traer la atención de JongUp.
- ¿Está despierto? – Cuestionó.
- Si ¿Por qué? ¿Ha pasado algo?
- No, nada – Decidió permanecer callado, no podía contarle a DaeHyun algo que el mismo JunHong debía hacer. – Como sea, voy para allá.
- Está bien, te veo acá.
HimChan, quien había permanecido en silencio todo ese tiempo contemplaba al menor, primero sorprendido, luego nervioso y finalmente incrédulo. Porque al escuchar su conversación –o lo que podía de ella– podía llegar a la conclusión de que tendría que irse en esos momento, y esa idea, por alguna razón lo entristecía, pero también le daba consuelo pues no sabría como mirar al pequeño después de lo que estuvieron a punto de hacer.
- HimChan hyun – Fue llamado por el menor una vez que éste termino con su llamada.
- ¿Volverás a casa cierto? – Se adelantó a lo que iba a informarle el chico.
- Si – Éste desvió su rostro notablemente incómodo, comprendía perfectamente el por qué. – Yo…
- Fue mi culpa – Dijo el mayor sorprendiendo a Up quien lo vio confuso. – Lo siento, sé que no dejo de hacer cosas raras, pero no te preocupes, no significó nada.
- Claro – Le siguió la corriente, solo que algo en su interior parecía punzarle. – Sé que no podía significar algo.
- ¿Nos vamos? – Le preguntó Himchan ahora con un semblante más serio.
- Claro hyun.
JongUp siguió durante el trayecto de camino al auto del mayor en silencio, de la nada la comodidad entre ellos se volvió polvo. Las palabras del Kim le habían dolido, pero no sabía por qué, y HimChan, él solo había dicho eso para no intimidar a JongUp una vez más, aunque su interior comprendía que en efecto algo debió significar ese casi beso.
Mientras un HimChan conducía a la residencia de los Jung JongUp permaneció quieto, mirando por la ventana, preguntándose por que no podía sacarse de la mente las palabras de HimChan y porque le dolía recordarlas.