Kagome - Tumblr Posts

I feel so strongly that Inuyasha would have been better if they gave Kagome a moment to save everyone with tessaiga so
I had so much participating in this event! This was my first Big Bang and I’m so stoked in what we created.

Our work for the Sesskag big bang 2021.
A huge thank you to @shoalfoodblog for making this beautiful artwork.
And a sincere thank you to @chierafied and @jafndaegur for working so hard and making this experience fun and wonderful.
Fugue
Author: Resmiranda
Fandom: Inuyasha
Relationships: Sesshoumaru/Kagome
Beautifully written, this fic balances angst, drama and humor (and sexiness!) in a delightful and sometimes heartbreaking way. The characters are alive on the page - the story itself seems like a natural extension of the series. It’s the story that set my standards for fanfiction - I’ve returned to it off an on since 2004!
“The present revolves around the past; truth and remembrance are two different things. After the well closes forever, Kagome finds a familiar face in the present era.“
https://www.fanfiction.net/s/1990059/1/Fugue
Tales From the House of the Moon
Author: Resmiranda
Relationships: Sesshoumaru/Kagome
Fandom: Inuyasha
An amazing epic - seriously one of the best things I’ve ever read in any context.
“Kagome, now in college, discovers the tale of Sesshomaru and Rin. Grief can be a prison, but the bonds of love are not easily broken. What is the truth behind fairytales?”
https://www.fanfiction.net/s/1638751/42/Tales-From-the-House-of-the-Moon

5th February 2014
Ah yes, Inuyasha, that manga that I will not finish reading until I am 70 because I get 2 volumes a year as presents and it's... what... 58 volumes long? I love it to pieces though.
(What? Start buying it myself? Madness.)
Apologies to the internet but I need to
SCREAM
THEY ARE MAKING A SEQUEL FOR INUYASHA! THAT’S WHY INUYASHA WAS TRENDING ON TUMBLR! I WAS SO SURPRISED!!!
SESSHOMARU HAS TWIN HALF DEMON KIDS?! SESSHHY?! AND WHERE ARE INUYASHA AND KAGOME WHY THE HELL DID THEIR DAUGHTER LIVE ALONE HER WHILE LIFE IT’S INSANE! RUMIKO SENSEI I NEED AN ANSWER?! HOW CAN YOU DO THIS ! MY BOI STRUGGLED ALL HIS LIFE HE WOULD HAVE BEEN HANDS ON FULL TIME PRESENT FOR HIS DAUGHTERS CHILDHOOD IT’S INSANE ! AND KAGOMES BROTHER RAISES ON OF SESSYS KIDS WHILE KOHAKU RAISES ANOTHER?
MAKES NO SENSE....WHERE ARE SANGO AND MIROKU AND THEIR KIDS? THE GRANDMA?
THE PLOT HOLES ARE COUNTLESS.
I PRAY THIS GOES BETTER THAN THE NARUTO SEQUELS.
Small silly hc for me and you; the song 'the loneliest time' by Carly rae jepsen & Rufus wainwright is sooo kagome and Inuyasha coded. Just listen to it.
Guess who just got an Inuyasha poster! At goodwill



Inktober post catchup
I've been posting daily to insta but neglected my Twitter and Tumbles, woops
(I'm only using the official prompt list because this year it's an assignment for one of my classes... so I have to)

InuYasha and Bleach crossover
Made by me ^w^ just for fun

“when your internal alarm is activated by feeling a spiritual / demonic power, close to you.”
I am rediscovering old crossovers and I can’t help but draw them.
Unión de razas; unión de mundos

Anime: InuYasha
Rating: M
Pareja: Inuyasha & Kagome
Sinopsis: One-shot. Por primera vez tenía la fuerte necesidad de estar con ella, quería verla, oir su voz, percibir su agradable aroma... volver a sentir sus labios sobre los suyos y, también, quizás...
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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Insistentes y tormentosos recuerdos inundan la mente del joven; desesperantes, si!, pero bastante agradables al fin y al cabo.
Ella lo había besado; sin prevenirlo, sin señal de las intenciones que tenía... sin motivo alguno para hacerlo. Se acercó rápidamente hasta él y de inmediato unió sus delicados y suaves labios a los de él, que parecían fríos como el hielo, pues al igual que el resto de su cuerpo no solo eran resistentes, sino también aparentemente insensibles.
Y ahora, gracias a la osadía de aquella mujer, mantenía una lucha sin sentido en contra de sus desorientados pensamientos. Por si esto fuera poco, tenia la imperante necesidad de verla cuando menos; de ser posible, tocarla, exigirle que uniera sus labios a los suyos una vez más, pero... ¿y su orgullo?, su fama de demonio sin corazón, ¿donde quedaría?. Cerró los ojos; recordó el momento justo en que los labios de la jovencita habían tocado los propios e invitaban a estos últimos a moverse al compás los de ella. Con tales recuerdos, al joven le fue imposible evitar que su corazón latiera con más fuerza rogando que aquella sensación se repitiera...
* Maldición. * De pronto, la voz del chico interrumpió los sonidos del bosque. El dueño de dicha voz, que se encontraba recostado sobre la gruesa rama del enorme árbol sagrado en el que se selló a su espíritu por cincuenta años, partió en busca de aquella chica que tanto atormentaba a su ser. Su agilidad; rapidez con la que había sido dotado, le permitió llegar en cuestión de segundos a aquel portal que lo transportaría hasta donde ella se encontraba. La duda de si debía o no continuar lo llevó a levantar la ceja izquierda. No lo pensó más, se lanzó al interior de un pozo que no parecía tener gran profundidad, pero en el que una vez dentro se experimentaba la sensación de caer al vacío total. He aquí otro tiempo; una época distinta y totalmente ajena a él. Traspasando toda lógica, rompió la barrera del tiempo tan solo para estar en el mismo lugar que ella, pero... ¿Cómo encontrarla ahora?; había entrado en la casa con anterioridad pero no estaba familiarizado por completo con dicho lugar. La respuesta al agobiante problema apareció junto con el extraño aroma que caracterizaba a la criatura que buscaba; un aroma penetrante que sobresalía entre cualquier otro que estuviese en el ambiente. Guiado inconscientemente por tan agradable olor, recorrió cuidadosa y sigilosamente la tan extrañamente moderna casa que resguardaba a la mujer. Deslizando puertas, caminando tranquilo por los pasillos del pequeño lugar, llegó finalmente al que parecía ser su destino. Justo frente a él, una puerta distinta a las demás le separaba de aquella a quien tanto buscaba. Entró rápidamente a la habitación; inquieto estaba ante la posibilidad de que alguien lo descubriese, o peor aun, de despertarla. Ahí estaba, cubierta por algunas cobijas; tranquila y pacifica... tan hermosa ella. El joven la observó de cerca totalmente atraído por la belleza de la mujer; se acercó cauteloso para admirarla mucho mejor. * Kagome... * Susurró. No pudo evitar pronunciar su nombre casi en un suspiro. Al verle, lo único que deseó en ese instante fue decir una palabra... su nombre. El tono de su voz era triste, melancólico. Se preguntaba: ¿qué hacia ahí?, y ¿por qué?. Si ya sabia que entre ellos, nada de lo que intentaran podría funcionar jamás. Ahora solo buscaba la forma más rápida y segura de salir de ahí y regresar a su época; pero antes, necesitaba al menos tocarla... Fueron sus manos que guiadas por la necesidad de sentirla acariciaron suavemente el largo y oscuro cabello de la jovencita. No siendo esto suficiente, el chico acercó lentamente su rostro al de Kagome, y estando a escasos centímetros de ella, se detuvo. No pudo besarla, no así, mientras dormía. Se dio vuelta dispuesto a retirarse antes de que la joven notase su presencia, pero esto no le fue posible... * Inu-Yasha... ¿eres tú?. * El hanyou se detuvo en seco pues creyó haber sido lo suficientemente cuidadoso como para no despertarla. Aun sin dar la cara a la joven, respondió afirmativamente pero con intenciones de salir cuanto antes del lugar, a menos que quisiera terminar estampado en el piso con un “Osuwari”. * Por favor, espera. * Inu-Yasha pareció caminar en reversa, aun sin encararla, cuando escuchó aquella petición hecha por la joven. Kagome dejó la cama dispuesta a acercarse a este hombre mitad demonio. Abrazándolo desde atrás, acomodó la cabeza sobre la cálida espalda del joven al tiempo en que rodeaba el pecho del mismo. * Por qué has venido?. * * Por nada en especial. Ahora mismo me retiro. * Bastó con que ella oprimiera suavemente el abrazo para que Inu-Yasha no se moviera; no por la fuerza, sino por las intenciones de la muchacha. Dándose vuelta para al fin encararla, Inu-Yasha pudo observar a una hermosa jovencita cuyo cuerpo estaba cubierto tan solo por una prenda de tela exageradamente delgada. Una pequeña bata de dormir que dejaba ver mucho más de lo que intentaba cubrir. El joven demonio se sonrojó de inmediato. Kagome era demasiado inocente como para haberlo hecho a propósito; por tanto, las coincidencias habían sido muy generosas con él. Era natural que el hanyou se comportara como cualquier otro hombre, humano o no, en aquella situación; acercándose suavemente a la joven pero siendo agradablemente sorprendido por esta en el momento justo en que lo abrazó. O aun más... al acariciar de nuevo sus labios; con la misma ternura, con la misma intención. No podía, en verdad no podía, Inu-Yasha ya no pudo separarse de aquellos labios, así que la abrazó con fuerza, sin recordar que su condición de humana la hacia más sensible. Con lentos movimientos, Kagome fue guiando al joven hasta la cama, donde se dejaron caer con ligereza. Fue tanto el tiempo en que el demonio se mantuvo reprimido que terminó desgarrando la delgada y transparente prenda de su anfitriona. La miró, como hipnotizado por aquel cuerpo, sin poder quitarle la mirada de encima. Y ella en la misma situación solo que esta se mantenía atenta y absorta a los hermosos ojos del joven. Acariciando peligrosamente los senos de Higurashi con sus garras, Inu-Yasha creyó tocar a un ángel y lo “mejor” era que no podía detenerse. * Kagome, por favor, haz algo para detenerme. * Le habló mientras besaba su cuello. * Es que... yo tampoco puedo evitar que continúe. * En un inútil esfuerzo por controlarse, el hanyou le rogó por detenerlo, ya que él no se sentía capaz de lograrlo; el colmo fue que ella, de igual forma nada podía hacer para detenerse siquiera ella misma... mucho menos al demonio. Ya todo era inevitable, con Kagome desnuda, Inu-Yasha no tuvo de otra más que darse cuenta de que ella era probablemente su único punto débil; lo que lo hacia vulnerable totalmente... estaba enamorado. * Kagome... hueles bien. * Así era; no fue la primera vez que se lo dijo. Ahogando su olfato en el cabello olor a flores de la joven, el chico mitad demonio pareció embriagarse con tan agradables aromas y visiones. Cual gatito cariñoso, pareció ronronear poco antes de iniciar con la lluvia de besos al cuerpo de Higurashi; enfocándose casi por completo al cuerpo femenino y siendo capaz hasta de morder levemente aquel área. Ante esto, Kagome, más que dolor, sintió escalofríos al momento en que los colmillos del hanyou se clavaron lenta y suavemente en su sensible piel. Hermosas sensaciones que apenas conocía; eran tantas y en todo su cuerpo que tardó en percatarse de que la garra derecha de Inu-Yasha frotaba insistentemente su entrepierna provocando la excitación en aquel cuerpo; un cuerpo que no tenia idea alguna de que estaba experimentando, pero cuyas reacciones ponían en evidencia el deseo de sentir cada vez más. * Inu-Yasha, espera, por favor. * Lo único de lo que el joven pudo percatarse fue de que se detuvo automáticamente apenas escuchó aquellas palabras venir de la boca de su amante. Un tanto decepcionado, creyó que Kagome no deseba continuar. Desechó ese pensamiento cuando la chica lo guió para que el terminara de espaldas sobre la cama, con ella sobre su cuerpo y con cada una de las piernas a los costados de este, casi sentada sobre él. Despojándolo de cada una de las prendas hasta dejarlo igualmente desnudo. Quizás esta por demás mencionar que ella se impresionó con las proporciones del cuerpo del joven demonio; es cierto, jamás había visto de esta forma a un hombre, sin embrago el hecho de que él fuera mitad bestia lo hacia de cierta forma más intimidante. No permaneciendo mucho de este modo, Inu-Yasha se sentó en la cama manteniendo a la chica sobre él y regresar a probar los labios de esta. La caricia volvía a ser suave; era pura tranquilidad la que a través de este contacto le podía transmitir Kagome. * Este sabor, este olor... me siento mareado. * Las palabras del joven invitaron a Higurashi a echar a volar la imaginación y pensar en que tan hermoso sería el momento cumbre de este inesperado encuentro. Pero meditar en eso ahora, estaba de más; la chica se percato más del presente debido a los labios exploradores que a sus senos recorrían. Movimientos suaves y exquisitos fueron los que realizó el hanyou para probar la fina y delicada piel que ella poseía. Hasta se dio el lujo que su lengua jugueteara un rato con los pezones de la joven e incluso clavar superficialmente uno de sus colmillos en el pequeño pezón derecho. Kagome reaccionó arqueando la columna y echando atrás la cabeza... deseaba más. Todo lo demás paso tan rápido, que lo único que ella supo fue que se encontraba acostada frente al joven y con las piernas abiertas casi por completo; lo demás sucedió por consecuencia lógica. El joven demonio se colocó justo en la entrada vaginal de la chica para luego adentrarse lentamente en su pequeño cuerpo. Los primeros minutos fueron solo de ingreso paulatino sin retroceder un poco siquiera, así, fue cuestión de tiempo el que él hanyou destrozara fácilmente la barrera que le impidió llegar al fondo de aquel recorrido. Su dolor fue considerado, pero no tan grave como imaginó, quizá fue temor a lo desconocido o el hecho de que lo único realmente importante era el lazo, la unión que estaban formando justo en ese instante. Inu-Yasha permaneció estático durante un rato; y la observo, su rostro se mostraba cual campo de amapolas rojas, sonrojada; había un pequeño brillo en sus pupilas que apenas y lograba ver por los entrecerrados ojos de esta. * Qué sucede, por qué te detienes?... es que acaso...? * Todas esas preguntas solo hacían denotar la inseguridad de la joven. Su cuerpo, el momento y la unión, a pesar de eso al demonio pareció no importarle; salió de su cuerpo y después, con suavidad, logró que Kagome se arrodillara sobre la cama. La posición adecuada para penetrarla con fuerza desde atrás. Pretendiendo lograr sus dos objetivos de la noche: conseguir el placer que el cuerpo de una mujer le proporciona a un hombre, y lograr ese mismo efecto en ella. Con su miembro tan adentro como pudo, el joven mitad demonio dejó que casi todo su peso corporal fuese recibido por la espalda de la chica. El hermoso y largo cabello plateado calló sobre los hombros, tanto de Inu-Yasha, como de la humana. He aquí un extraño vinculo que seguramente jamás volverá a presentarse entre personajes de estas distintas razas, que no sean ellos. Los primeros fueron los padres del hanyou; ahora eran él y la mujer que vino de una época distinta tan solo para sembrar el amor. Un semi-demonio uniendo su cuerpo al de una humana, quizás esa ya era su naturaleza, su destino... el enamorarse de una mortal. Ya era necedad el tratar de prolongarlo más; Inu-Yasha entró fuerte y constante al interior de la chica en tanto que esta había dejado descansar la cabeza en la cama; apretando y mordiendo las sabanas, tratando de contrarrestar los “golpes” del miembro del muchacho a su retaguardia. Las lagrimas volvían. Representaciones puras de emoción, pasión y un poco de dolor. El demonio acarició el cabello de su amante poco antes de recogerlo a un lado para besar y morder el cuello de la mujer e ir subiendo paulatinamente hasta hacerla girar un poco la cabeza y por sobre el hombro, besarla desesperado en sus suaves y húmedos labios. La oleada de placer tocó la cima cuando el delicioso orgasmo los alcanzó a los dos casi al mismo tiempo. Los músculos de ambos se tensaron y creyendo que no podrían soportar más, dejaron escapar tanto las fuerzas, los líquidos y el aire que habían reprimido durante todo ese lapso de tiempo. Los gemidos fueron satisfactoriamente retenidos por los labios de cada uno. El hanyou volvió a introducir superficialmente uno de sus colmillos a la suave piel del labio inferior de la joven Higurashi. Sosteniendo los senos de Kagome con cada una de sus manos, el hombre mitad demonio creyó estar en el cielo, producto de la “duradera” sensación del orgasmo que recién había liberado su cuerpo. Higurashi, libre pro fin del abrazo en que su amante la mantenía, se recostó agotada, de espaldas sobre la cama con el joven demonio descansando la cabeza sobre los pechos femeninos, escuchando el loco latir del corazón de su amada. Pasaron los minutos, treinta o cuarenta quizás, y las palabras aun no emergían. La situación no las necesitaba, ni las necesitó; sus cuerpos lo habían dicho todo y ahora el silencio hacia lo mismo pero de forma distinta, obligándolos a reflexionar. Kagome agradeció que Sota y su abuelo durmieran como rocas, razón por la cual no los escucharon, mientras que su madre había quedado totalmente cansada por los quehaceres diarios. Solo atinó a sonreír ligera y divertidamente; había tenido bastante suerte de que, por su descuido, los demás no se percatasen de todo lo que acababa de acontecer en su habitación. En cambio, Inu-Yasha tenia cosas más profundas en que pensar; estaba fascinado... nunca creyó que su amor por Kagome pudiera ser manifestado de esta forma tan compleja y perfecta. Tenía la mirada totalmente perdida en el techo de la habitación, minutos atrás habían cambiado de posición siendo ahora el demonio quien permaneciera de espaldas al colchón, con la chica recostada cómodamente sobre el pecho del hanyou. Él adoraba esa cama, aquella donde su querida humana había sido tan solo para él, además... era muy cómoda. Era feliz, por primera vez en su larga existencia era realmente feliz. Sentía como sus dedos y labios habían dejado huella en la piel de esa mujer... el estaba en la misma situación; le era extremadamente agradable el estar completamente impregnado con el aroma de su amante, ese aroma que tanto le gustaba y que ahora también formaba parte de su cuerpo, de su alma. Así había sido, estos dos cuerpos se habían unido al fin, uniendo con esto más que sus simples y “mortales” cuerpos, también habían logrado unir a dos razas completamente diferentes, otra vez en la historia. Un hombre mitad demonio y una hembra humana que compartían el común denominador que ocasionó todo paulatinamente: su extraño e inusual amor. Y también, entrelazaron dos épocas que, por lógica del tiempo, deberían repelerse. El lejano pasado y el, también, lejano futuro... unidos por este sentimiento que no reconoció las limitantes de las distintas épocas. Un suave beso en la mejilla por parte de Kagome logró “despertar” a Inu-Yasha de las profundidades de los hermosos pensamientos que en ese momento tenia. La miro: hermosa, desnuda y relajada.... Y solo una frase cruzó la mente del demonio para luego dejarla salir con una sinceridad y naturalidad increíbles.... * ¿Podemos hacerlo de nuevo, Kagome?. *
Finalizado.
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Mi primer fic de Inu-Yasha.
Aunque creo que quedó medio tierno; ¿han notado que los hago más suavecitos?... pero ya no. Los que sigan después deberán ser más fuertes, lo prometo.
Eso sí, con otras parejas porque desde que apareció Kikyo, las cosas entre esta pareja se enfriaron para mí.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 20 de Febrero de 2003.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Durmiendo con el enemigo _C1_

Anime: InuYasha
Rating: M
Pareja: Sesshoumaru & Kagome
Sinopsis: No deseaba volver atrás, quería estar prisionera entre los brazos de un demonio, nada más que el amante perfecto. No deseaba la libertad, ya no más.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
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.:: Prólogo ::.
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La tarde era hermosa, tanto o más que las anteriores.
La cuenta de las horas se le perdió en algún distraído rincón de su memoria; poco importaba, después de todo, más de un par de semanas habían pasado desde que llegó ahí, así que... las horas ya poco importaban.
* Ahhh, y aun así el tiempo se me escapa volando. *
Suspirando con resignación, la joven humana comprendió que su estancia en esa habitación no era tan aburrida.
Se sentía más tranquila en comparación al día en que llegó...
¿Cómo olvidar ese día?. Jamás podría hacerlo, todo su mundo se vino abajo justo en el instante en que al “cerebro de nuez” del Hanyou se le ocurrió buscar insistentemente a Kykio, llevarla a la aldea y por si fuera poco, decir que ellos siempre estarían juntos, aun cuando la sacerdotisa ya estuviera muerta, para él... eso era lo que menos importaba.
* InuYasha... eres un tonto. *
Su voz sonó resignada por completo.
Al principio lloraba amargamente al saberse derrotada en el amor, derrotada por ella misma. Bueno, después de todo, ella fue Kykio, o algo así; por lo menos compartieron almas.
Sin embargo eran tan distintas, quizás por eso le dolió tanto que le quitaran a InuYasha.
* La tonta soy yo... ¿hasta cuándo dejaré de pensar en ello?. *
Miró embelesada el cielo, admirando como la oscuridad comenzaba a devorar todo cuanto encontraba en el cielo: nubes y ese hermoso y tenue color azul que apenas y se podía percibir.
Era cierto, tenía otras cosas mucho más importantes en que pensar, después de todo, ahora era prisionera, ¿no?.
No había superado un problema cuando inmediatamente se tropezó con otro; en su intento por escapar del dolor, salió corriendo sin rumbo, el destino era lo último que cruzaba su mente, sólo quería alejarse.
Ni siquiera tenía idea de cuánto había corrido, por cuánto tiempo o dónde estaba, sólo se sabía pérdida.
Pero el dolor no se iba, dejando escapar delgadas lágrimas de sus hermosos ojos; se dejó caer sobre el abundante césped, cansada, dolida...
* Con que... la mujer de InuYasha está aquí. *
Recordó las precisas palabras del yokai que ahora la tenía “encerrada” en su castillo, ese hombre, ese demonio, ese monstruo... Sesshoumaru.
Sí, todo ese tiempo había estado en el castillo de Sesshoumaru.
No tenía claras ideas del porque no le había hecho daño alguno, de hecho, ni siquiera aparentaba ser una prisionera; no estaba encerrada, podía salir cuando quisiese, más por miedo solo lo hacía en contadas ocasiones.
Le ofrecieron nuevas ropas, más adecuadas para la época en la que se encontraba. Hermosos y entallados kimonos de variados colores y formas.
La manera en que los sirvientes del castillo la trataban le incomodaba, tanta amabilidad, casi miedo. La trataban como si fuese alguien importante, cosa que la hizo sospechar un sin fin de razones para ello, pero nada que le pareciese lógico.
Llegó a tener la sensación de que Sesshoumaru la observaba desde algún lugar que ella desconocía, sentía su pesada y fría mirada sobre ella, aunque creyó que solo era su imaginación, su miedo.
* No puede ser, estoy imaginando cosas que no son. *
Apenas trató de convencerse a sí misma con sus palabras, suspiró resignada a permanecer por tiempo indefinido en ese lugar, lugar del que desconocía cualquier posible ubicación.
Solo sabía que estaba con el enemigo, nada más. Eso sí, un enemigo bastante amable, aunque desconociera las razones de ello.
Se acababa de cambiar de ropas, dispuesta a ir a la cama y dormir, no sin antes cepillar tranquilamente su hermoso y suave cabello negro.
Un par de golpes sobre la puerta de la habitación que ocupaba, la sacaron inesperadamente de sus pensamientos y recuerdos.
Pensando que podía tratarse de Rin o alguno de los sirvientes del castillo, se dirigió tranquilamente a abrir la puerta, más al hacerlo, el miedo y la sorpresa la paralizaron.
* ¡¡S- Se, Sesshoumaru!!... * _El nombre de su visitante escapó de sus temblorosos labios. _ * Ah, y-yo no te esperaba. *
En todo el tiempo que ahí llevaba, lo pudo ver solo una ocasión. Pero ahora él estaba ahí, él la buscaba, la razón de su presencia la asustaba, más trataba de no pensar en ello.
Al escucharla, el yokai frunció el ceño con clara ira en el rostro.
Kagome no pudo más que intentar ocultar su miedo; esa mirada tan fría era atemorizante y, muy a su pesar, también lo hacía verse aun más atractivo.
* Mujer. *
Refiriéndose a ella con esa simple y seca palabra, el joven de plateados cabellos la sujetó fuertemente por los hombros, asustándola todavía más. Estaba tan cerca; si aplicaba un poco más de fuerza la destrozaría sin duda.
Quiso cerrar los ojos para no enfrentar la forma despiadada con que él la miraba, pero por alguna razón no podía, esos hermosos ojos plateados la hipnotizaron completamente, aun con el miedo que le infundían.
Confundida, esperó lo que vendría por parte del yokai, fuere lo que fuere, tenía el ligero presentimiento de que afectaría su vida... de alguna forma.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por fin, otro fic de InuYasha y, mejor aun, de Sesshoumaru y Kagome.
El siguiente capítulo es el importante, el que tiene lemon, más también es el que concluye la historia. Y es que últimamente no tengo deseos de escribir fics largos.
Ahora, ¿por qué esta pareja?. Bueno, él es tan apuesto y necesitaba una pareja... yo solo pude pensar en Kagome ^0^ .
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 27 de Mayo de 2007.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 1 ||
Durmiendo con el enemigo _C2_

Anime: InuYasha
Rating: M
Pareja: Sesshoumaru & Kagome
Sinopsis: No deseaba volver atrás, quería estar prisionera entre los brazos de un demonio, nada más que el amante perfecto. No deseaba la libertad, ya no más.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 1 ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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* ¿Esperabas a alguien más?... *
Los ojos del yokai ardían por la cólera.
¿Acaso algún otro ya había venido aquí antes?... lo mataría si así fuere.
Sesshoumaru gruñó levemente, sujetando a Kagome por el brazo y empujándola dentro de la habitación, azotando la puerta con su cola esponjada.
* ¿Quién es él?, ¡dímelo!... * _Los misteriosos ojos del demonio brillaban intensamente_ * Es el lobo acaso?. *
La chica parpadeó unas cuantas veces.
¿Sería posible que Sesshoumaru estuviese celoso?.
““No, imposible... molesto quizás.””
Pensaba ella, después de todo, este hombre despreciaba a los humanos, y por tanto a ella.
El yokai oprimió con fuerza el brazo de Kagome, quien gimió levemente, tanto por el dolor cómo por el susto que se estaba llevando con este sujeto.
Más el ver la mueca de dolor en el bello rostro de la joven, lo hizo recuperar el autocontrol, tranquilizándose levemente. Al sentirse segura, Higurashi no pudo evitar el pensar en lo diferente que Sesshoumaru era de su medio hermano.
¿Qué le había pasado?. Nunca había perdido el control, por... ¡ celos !.
Desde que Rin apareció en su vida, se había vuelto, sin darse cuenta, un poco más tranquilo y ese era un proceso que Kagome iba a culminar... igual, sin que él pudiese siquiera imaginarlo, porque esto apenas había comenzado. Cómo prueba de ello estaba la curiosidad que esa mujer había despertado en él.
¿Pero qué diablos era lo que le interesaba de ella?, solo era una hembra humana, no más que carne suave y huesos frágiles. Pero no era su cuerpo débil, sino las sensaciones que la chica provocaba en el yokai.
Más calmado, pudo notar cómo la mujer temblaba ligera, pero nerviosamente; le tenía miedo.
Y no supo realmente que fue lo que lo impulsó; para cuando se dio cuenta, se encontraba rodeando la frágil figura femenina, su rostro hundido entre el cuello y el hombro de la joven, aspirando el agradable aroma que desprendían sus cabellos.
No le importó. . .
Era agradable, lo disfrutaba, quería estar así por largo rato, tenerla para él, solo para él. ¿Por qué no?, él era un hombre después de todo y tenía sus necesidades.
A Kagome, por su parte, por un momento se le detuvo el corazón por el miedo. Estaba entre los brazos de este demonio, podría destrozarla si la apretaba con tan solo un poco más de fuerza.
Más su corazón poco tardó en latir acelerado después de lo que vino. . .
Estaba aturdida, solo pudo ver su apuesto rostro por unos instantes, luego, los labios del yokai habían tomado los suyos en un beso.
““Él e-está besándome. . . “”
Pensaba la chica, aturdida, incrédula.
¿Qué estaba pasando?, ¿era esto un universo alterno?, él no era el verdadero Sesshoumaru. Fuese lo que fuese, poco importó, pues el contacto le resultó tan placentero a Higurashi, que al poco rato se encontró, sin siquiera pensarlo, correspondiendo aquel extraño y sorpresivo beso, permitiendo que el muchacho introdujera su lengua dentro de su boca; sus lenguas jugaban.
En ese momento, la temperatura en la habitación se tornó alta, siendo superada tan solo por el silencio, silencio que fue roto por un débil susurro de parte de Kagome.
* Rin. * _Alcanzó a decir entre besos._ * Esperaba a Rin. *
Sesshoumaru sonrió, rompiendo completamente el beso, mirando complacido las rojas mejillas de la chica, quien lo miraba embelesada.
La abrazó violentamente. . . así que todo se trataba de una niña; por una niña, se comportó como un imbécil, dejando la razón.
* A veces viene a que le cuente historias y termina por dormirse entre mis brazos. *
El yokai clavó la mirada en los profundos y oscuros ojos de la joven humana, quien sonrojada y temerosa, giró el rostro a un costado.
* No esta noche. * _Dijo el demonio, posando su mano sobre la mejilla de Kagome, obligándola suavemente a mirarlo._ * Pues tú y yo estaremos muy ocupados. *
Los ojos de la mujer se contrajeron.
Las palabras de Sesshoumaru tomaron sentido cuando sintió las manos de este, recorriendo los contornos de su cuerpo por encima de la ropa.
* Sesshoumaru, ¿qué, qué estás haciendo?, detente no, yo, aahhh. . . *
El yokai tomó nuevamente los labios de la joven antes de que esta pudiese terminar.
Tomándola entre sus brazos, el apuesto demonio la recostó sobre la cama, posándose encima de la fina figura de la mujer, aprisionándola bajo su propio cuerpo.
Aun mantenían el beso, beso que Kagome correspondía ya sin resistencia, jadeando suave y dulcemente. Sus manos aun la recorrían a placer aun por encima de la prenda que vestía, más no era la tela lo que quería sentir en ese momento, así que deslizó las manos debajo de la fina bata, palpando la suave y tibia piel de la mujer.
Ninguna de las hembras que tuvo en la cama, poseía una piel tan delicada, que lo invitara a perderse en su suavidad y dulce aroma.
Las ropas de la joven finalmente se deslizaron de su cuerpo para caer en el piso; las de él las siguieron.
Sesshoumaru la tocaba de tal manera, que ella creía que terminaría por desmayarse.
Era tal la pasión con que la tocaba en partes que la joven jamás hubiese imaginado, ni siquiera ella se había atrevido a tocarse para darse placer a sí misma y ahora, él. . . aahhh. . .
Toda su figura estaba expuesta ante el yokai, al natural, como debía ser. Más el demonio parecía prestar más atención a los senos de la mujer.
Kagome giró el rostro y apartó la mirada.
Los ojos del yokai centelleaban lujuria, sin esperar más, se inclinó para aprisionar el pequeño y duro pezón entre sus labios, primero lamiendo delicadamente y poco después, succionando con fervor.
Kagome gimió poco antes de separarse del demonio y cruzar los brazos sobre sus senos, cubriendo al menos un poco su desnudez.
* No te escondas de mi. *
El hombre prácticamente gruñó cerca del oído de la chica, notablemente molesto al sentir nuevamente el rechazo.
Pero ella simplemente parecía no querer mirarlo, a pesar de que Sesshoumaru deslizó su mano hasta posarse encima del pecho izquierdo de la humana, apretando levemente, haciéndola sonrojar.
* No. . . onegai. *
* ¿Qué?. *
* So, son pequeños. *
El yokai arqueó una ceja.
Así que era solo eso.
* Tonterías. *
Susurró él, acariciando una de las mejillas de la joven.
Créanlo o no, Sesshoumaru tenía sus propias preocupaciones, matarla por no controlar su fuerza era una de ellas, o ser demasiado grande como para que la humana pudiese soportarlo.
No dijo más, en cambio le rodeó la cintura y la acercó a él, pegando su pequeño cuerpo al suyo. Kagome por fin alzó el rostro, clavando la mirada en los místicos ojos del yokai.
Sorprendida, ¿cómo más podría estar al sentir algo duro y grande frotarse contra su vulva?. No tuvo tiempo para decir palabra alguna.
Sesshoumaru la tomó por la cintura y la sentó sobre sus caderas, delineando las suaves curvas que formaban aquella delicada figura.
* Eres perfecto !. *
Susurró la joven al sentir el miembro caliente frotando contra los pliegues externos de su vagina.
La chica se estiró, buscando un nuevo beso mientras comenzaba a ondular las caderas, buscando aquel pene que se clavaría en su interior.
Kagome se le estaba ofreciendo y él no esperó más, la tomó por las caderas; su pene apuntando directo a su vagina.
Sus cuerpos se sacudieron de placer por aquel primer contacto directo. Pero Sesshoumaru notó que la blanca piel de su amante se había estropeado en un lugar. . . una pequeña cicatriz en su cadera.
Sorprendido, el yokai la miró interrogante.
* La perla de shikon. * _Le dijo ella con voz suave, casi en un murmullo. Él la miró confundido, así que ella no tuvo más remedio que explicarle._ * E- estaba. . . dentro de mi cuerpo. *
Kagome desvió la mirada, recordando aquel momento en que conoció a InuYasha, la primera vez que vino al Sengoku.
Pero el demonio no podía apartar la mirada de aquella cicatriz, preguntándose: ¿cómo es que la joya fue extraída?.
* ¿Fue InuYasha?. *
* ¡No!. *
La mujer se sobresaltó, advirtiendo la mirada asesina de su acompañante.
Sesshoumaru quería matar a su hermano, Kagome podía leerlo en sus ojos.
* Él. . . él destruyó al yokai que lo hizo, solo eso. *
* Entonces, ¿cómo es que?... *
La joven sacudió la cabeza; no estaba de humor para hablar de eso.
En cambió, buscó los labios del hombre, incitándolo a olvidar todo eso y volver a concentrarse en el erotismo del momento.
Ella estaba lista para él, pero había un pensamiento que distraía al yokai.
Había tenido sexo con cuantas mujeres pudo, sin embargo, esta era la primera vez que estaba con una humana y era tan. . . extraño, pero maravilloso a la vez.
Las hembras de yokai se dejaban llevar por la lujuria y el acto era salvaje, con Kagome era diferente, ella era suave, delicada, tímida, increíblemente para Sesshoumaru, esto no le disgustaba cómo se suponía sería lógico, sino que le gustaba, hasta lo incitaba.
Ella era como su perfecta contraparte.
La pegó más a su cuerpo, clavándose suavemente en ella; apenas la sintió, supo que era demasiado estrecha para él.
Sesshoumaru le besó los hombros, controlando su impaciencia, su deseo. Podría penetrarla con fuerza, pero muerta no le serviría de nada.
Siguió besándola, penetrándola poco a poco, lento, esperando a que la humana se acostumbrase a tenerlo dentro suyo, que su pequeño cuerpo se amoldase a su tamaño, más grande de lo normal. Por supuesto, él era un yokai.
Hasta ahora todo iba bien, Kagome se quejaba débilmente, aun cuando sus músculos internos apretaban el miembro del demonio, dificultando la penetración.
* Aahhh!!. . . mmm. . . *
La joven gritó, aferrándose al hombre que acababa de clavar su pene con fuerza, de una sola vez hasta el fondo. Robándose su virginidad y causándole un dolor intenso.
El joven de plateados cabellos la sujetó de las caderas, sacando casi completamente su pene tan solo para clavarse nuevamente en ella.
Lágrimas resbalaron por el bello rostro de la mujer, lagrimas que mojaron el cuello y el hombro de su amante, quien no se detenía, seguía deslizándose dentro suyo, aliviando su dolor con placer.
Esa sensación de gozo que la hacía estremecer, temblar verdaderamente entre los brazos de aquel hombre joven y fuerte, que la estaba amando tan cabalmente.
Ese mecer casi salvaje de sus caderas que la estaba haciendo enloquecer, ese roce tan intimo, un empuje cada vez más profundo, cada vez más delicioso.
Sí, eso era, delicioso. . . un verdadero deleite sentir como los pliegues de la mujer se expandían para aceptarlo y confortarlo con su húmeda calidez.
Kagome respiraba agitada, su corazón latía cómo si fuese a colapsar, había perdido las fuerzas y solo era capaz de sentir como ese demonio la poseía de forma salvaje y sin embrago. . . era hermoso.
Sus ojos desbordaban lujuria, su rostro apuesto reflejaba el gozo que compartía con ella; sus fuertes brazos la aprisionaban contra su musculoso pecho. . .
““Perfecto.””
Pensó la humana, abandonándose al placer.
El constante y lascivo roce entre sus sexos tuvo su premio; Sesshoumaru se enterraba en ella con más fuerza, haciéndola jadear. Kagome arqueó la espalda mientras deliciosas pulsaciones nacieron en su vagina; el éxtasis la envolvió con fuerza y vigor.
Se estremeció gritando el nombre del yokai, apretando su duro miembro, obligándolo a regar su esencia en su interior, la chica se regocijó al sentir el fuego dentro de ella, quemándola de forma exquisita.
Sesshoumaru colapsó sobre el frágil cuerpo de la mujer, siendo recibido por sus cálidos brazos y sus suaves manos que no dejaban de acariciarlo.
Más el yokai se mantenía aun dentro de ella, su virilidad sin perder fuerza y dureza. . . quería más. Así que instantes después, el demonio comenzó a empujar las caderas nuevamente, clavándose e invadiendo una vez más en aquel pequeño cuerpo que tanto placer le había regalado.
““¿Otra vez?, ¿tan pronto?.””
Se preguntaba la joven, incrédula al sentir el vigor de su amante.
Ella sonrió, estaba feliz, temía tanto no haber sido del agrado del yokai, decepcionarlo en la intimidad, se moriría de tristeza después de lo mucho que disfrutó a su lado.
Pero no, el demonio no estaba decepcionado, al contrario, quería más, mucho más. Esa frágil figura de mujer humana que lo envolvió en el éxtasis total. Suave, delicada, quería sentir a su amante humana una vez más y otra vez y otra. . .
No obstante, Kagome curveó la cejas con tristeza.
Si llegaba a quedar embarazada. . .
““Sesshoumaru odia a los hanyous, y nuestros hijos no podrían ser más eso. . . si é no los ama por ser medios humanos, yo. . .””
Pensando la joven, ocultando su temor, no tenía caso hablar de eso ahora, quizá más adelante, cuando tuviese que enfrentar ese problema.
Por ahora, solo por ahora. . . quería disfrutar de este hombre tan perfecto.
Volvieron a entregarse por completo hasta alcanzar el clímax y caer agotados, pero satisfechos.
Esa fue la noche más hermosa para Kagome, no solo desde que el yokai la secuestrase, sino de toda su vida.
Se quedó dormida, decidiendo que quería más noches cómo esta.
Sesshoumaru por su parte, fue envuelto por un sueño tranquilo y relajador, como nunca en su larga vida.
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El sol del medio día cobijaba los cuerpos de dos amantes cuyos cuerpos yacían entrelazados.
Kagome suspiró entre sueños mientras Sesshoumaru la contemplaba en silencio. No lo había notado antes, pero ella era muy hermosa, frágil, tenía la extraña sensación de que debía protegerla.
El yokai la acarició con delicadeza, mientras se acomodaba de tras de la joven, tomando su lugar entre sus piernas.
Rozó la punta de su pene en la entrada de la vagina de la humana, clavando tan solo la punta, despertando a la mujer.
Él la deseó desde el instante en que despertó, su pasión y su excitación a niveles ya insoportables. Ella despertó mientras era penetrada dulcemente, lentamente y con suavidad, entonces Kagome se arrodilló sobre la cama, recibiendo a su hombre.
Él le besó la espalda, sus garras deslizándose por la longitud de aquella linda figura, rodeando su pequeña cintura o deleitándose con sus suaves senos.
Cubriendo su cuerpo con el propio, Sesshoumaru empujó hondo, penetrándola desde atrás. Ella lo aceptó completamente mientras arqueaba la espalda, fue una maravillosa plenitud que ambos compartieron en un gemido.
Kagome se retorció bajo el cuerpo de aquel adonis, su hombre, su dueño.
Felizmente fue envuelta por el placer de las contracciones en su vagina, impulsadas por el bienvenido orgasmo, luego escuchó un profundo gemido por parte de su amante, quien poco tardó en llenarla con su semen.
Sus respiraciones agitadas y sus corazones desbocados.
Sesshoumaru supo en ese momento que no quería a ninguna otra mujer a su lado, ni siquiera a una yokai, mientras tanto, Kagome. . . ella no deseaba regresar con InuYasha, no si su felicidad se quedaba con el enemigo.
Quería ser la dichosa prisionera de un sanguinario demonio que en la intimidad podía llegar a ser el amante perfecto, dedicado e insaciable.
Era feliz a su lado, no deseaba la libertad, ya no más. . .
Finalizado.
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ALELUYA.
Me tardé años en terminar esta historia; recuerdo que leí algún fic en inglés y me dije: vaya, quiero escribir algo similar, pero ya ni recuerdo cómo se llamaba aquel fic, ni hablar T-T.
Me gusta como quedó esta historia, pero siento que debió ser un poco más fuertecillo ^0^.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 27 de Mayo de 2007.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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