
Sitios / situaciones relativos a la novela "Los detectives salvajes", de Roberto Bolaño, 1998. Citas de la primera edición mexicana (Anagrama, 2008).
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El Sepulturero Asinti Varias Veces Y Luego Se Meti En La Garita Y Volvi A Salir Con Una Llave Enorme

El sepulturero asintió varias veces y luego se metió en la garita y volvió a salir con una llave enorme con la que nos franqueó la entrada. Lo seguimos por la avenida principal del cementerio, un paseo bordeado de cipreses y viejos robles. Cuando nos internamos por las calles laterales, en cambio, vi algunos cactus propios de la región: choyas y sahuesos y también vi algún nopal, como para que los muertos no olvidaran que estaban en Sonora y no en otro lugar.
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6 de enero
Belano y Lima han estado toda la mañana en el Registro Municipal, en la oficina del censo, en algunas iglesias, en la Biblioteca de Santa Teresa, en los archivos de la universidad y del único periódico, El Centinela de Santa Teresa.

En la primera fase del romance viven en la lujosa mansión de ella, en donde ambos se dedican a mirar libros de arte, a comer manjares exquisitos, a ver viejas películas y mayormente a hacer el amor durante todo el día. Después residen un tiempo en la casa del jardinero de la mansión y después en un barco (puede que en uno de los pontones que navegan por los ríos de Francia, como en la película de Jean Vigo)...

Había inflado hasta que salió la luna, poco a poco, y como no me encontraba bien la enana que viste hace un rato me convidó un poco de flexo. En mala hora, el cemento debía estar babeado o yo ya estaba muy mal, el caso es que me empecé a morir en un banco de la plaza San Fernando y fue entonces cuando apareció aquí mi cuatacha y su amigo el puto angelical.

Aquella noche no vino el profesor de matemáticas. Le di de comer al pequeño Franz en mi habitación y luego bajé, le puse el pijama y lo metí en la cama, en donde no tardó en quedarse dormido. De la estantería cogí un libro y estuve leyendo, junto a la ventana, y observando los coches que pasaban con las luces encendidas por la calle Montes. Leía y pensaba.