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Ella Es... _C1_
Ella es... _C1_

Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 1: “Mirándola en silencio” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
La joven mujer de cabellos dorados entró en la habitación de aquel lujoso hotel.
Con pereza, con fastidio, Anna se dejó caer sobre una de las dos camas que ocupaban la recamara. No podía creer que se dejara convencer por la chica de cabellos azules.
* Debí suponer que pasaría algo así. *
Sus palabras, casi un suspiro.
Giró sobre la cama hasta quedar sobre su costado derecho; conocía a Pilika desde hacía ya varios años, si ya sabía que le haría algo así, ¿por qué no se negó?.
““Date un par de semanas para descansar. . . vamos a la playa, las montañas, donde tú quieras. . .””
Recordó las exactas palabras de la peliazul.
La playa fue la decisión; creyó que serían solo ella y Pilika, pero no. . .
* Tenía que invitar a su hermano y su novio. *
Era obvio que la idea no le agradaba, Anna quería distraerse un poco, pero la presencia de esos dos, en especial la del peliazul, le resultaba incómoda.
Más incomodo fue viajar con ellos en la camioneta durante tres largas horas. Pilika y su novio, Ren, iban al frente conversando de esto y de aquello; Anna y Horo Horo en el asiento trasero.
A pesar de ser amiga de la chica peliazul por más de ocho años, nunca se llevó muy bien con el hermano de esta, quizá por eso fue que lo ignoró durante todo el camino.
Ahora suponía que las dos semanas de supuesto descanso no le servirían de nada; seguro se pasaría la mayor parte del tiempo encerrada en esa habitación, a solas, porque Pilika se divertiría de lo lindo con Ren.
* Creo que Pilika solo me utilizó como pretexto para pasar unos días con el picudito. *
De pronto, la joven escuchó como la puerta se abría, dejando entrar a una persona, su compañera de habitación.
Anna no se movió en absoluto, seguía admirando el paisaje que el ventanal le permitía. . . hasta que aquella voz la sorprendió.
* Si vamos a compartir la habitación, será mejor que intentemos llevarnos bien. *
El muchacho peliazul traía consigo su equipaje y aunque su mirada parecía seria, traía consigo una imperceptible sonrisa, podía sentirlo.
* ¿Qué haces aquí?. *
Preguntó Kyouyama, su voz seca, seria, con claro enfado y disgusto por tenerlo cerca.
Horo desempacaba e iba de un lado a otro de la habitación ignorándola completamente.
¿Qué hacia ahí?, pues su hermanita simplemente le dijo que compartiría la habitación con Ren. Dormiría con ese bastardo, maldición, aunque fuese su mejor amigo no podía soportar siquiera pensar en que iba a pervertir a su dulce e inocente hermana.
* Sí, así es Pilika. *
* Ya lo sé, pero no me gusta en lo más mínimo que esté sola con él. *
Anna se sentó sobre la cama, no sabía que el joven de azulados y rebeldes cabellos fuese un hermano celoso, aun con Tao que era su amigo.
Pero no tenía que preocuparse, al menos ya debía estar acostumbrado, la relación de esa pareja era ya muy intima, muy, muy intima. Pilika y Ren hacían el amor desde ya cuatro años y Horo Horo todavía no se hacía a la idea de que su pequeña hermana. . . ya no es tan pequeña.
* Ahhh, que le vamos a hacer !!. *
Anna dejó escapar un leve suspiro; no tenía opción, compartiría la recamara con este joven pues al parecer la menor de los Usui iba a estar muy ocupada durante el resto de la noche.
Sin prestarle más atención a su compañero, la rubia se dirigió al cuarto de baño para cambiarse de ropas, sin percatarse de que Horo Horo la seguía con la mirada fija sobre su lindo cuerpo.
Para el muchacho, fue simplemente imposible apartar la mirada de la puerta del baño, pues la mujer más hermosa que sus ojos hayan visto estaba del otro lado de dicha puerta.
““Semidesnuda, seguramente, poniéndose ropa más cómoda.””
Pensó el peliazul, imaginando aquella suave piel blanca con pocas prendas cubriéndola.
La puerta finalmente se abrió, dejando ver a una bella joven vistiendo una pequeña bata de dormir que dejaba al descubierto sus largas piernas. Anna sintió la fijeza de la mirada de su compañero de habitación; le resultó extraño, pero no pudo evitar sonrojarse sutilmente.
Ignorando el brillo en los ojos de aquel hombre, terminó recostándose en la otra cama.
Ella le daba la espalda; las delgadas sábanas cubrían casi todo su cuerpo, delineándolo sensualmente.
Horokeu aun mantenía los ojos fijos sobre aquella mujer. . . tantos años de conocerla, tantos años tratando inútilmente de dejar de pensar en ella y ahora era lo más cerca que había estado de Anna.
Como deseaba tener su fina figura entre sus brazos, que su exquisito aroma lo envolviese, profanar sus tentadores labios femeninos, pero eso no podía ser. . . durante años tuvo que conformarse con verla de lejos, siempre de lejos; al menos ningún hombre a su lado.
““Hasta que conoció a Yoh Asakura.””
Recordó, su mente torturándolo.
Cualquier esperanza que hubiese guardado se vino abajo cuando se enteró de la relación que la rubia tenía con el castaño de estúpida sonrisa.
* Pero ahora, Anna era libre de nuevo. *
Kyouyama había terminado su relación con Yoh, y de nuevo, Horo Horo tenía la vaga oportunidad de poder acercarse a la bella mujer, una oportunidad que su hermana le había conseguido y que ahora, mientras cerraba los ojos, estaba dispuesto a aprovechar, para que Anna por fin le prestara un poco de atención.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
HHxA, again.
¿Qué tal?, mi primer universo alterno. La verdad es que no hay gran ciencia para esta historia, se irían de espaldas si supiesen como me nació la idea para este fic, pero bueno ^^’. Para este fic tengo planeado mucho romance, sexo y... nada más ¬¬’.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 03 de Julio de 2006.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 2 ||
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Es como volver a empezar _C10_

Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 10: “Y no es una nueva vida” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
El peliazul la miraba con cierto enojo; ella no debía estar aquí, podría hacerse daño, lastimarse.
* Anna, deberías estar en la casa, descansando. *
Le dijo el muchacho, sosteniéndola firmemente de los hombros, tratando de hacerle entender.
* ¿Crees que vine a ayudarte a plantar arbolitos?. Pobre idiota !. *
La voz de la rubia sonaba fría e indiferente; ni siquiera su estado actual la ablandaba un poco.
* Toma. * _Anna le entregó un paquete perfectamente envuelto en un pañuelo._ * Se te olvidó esto. *
Horo Horo la miró sorprendido, ella había caminado por más de treinta minutos tan solo para traerle su almuerzo que se le había olvidado en. . . un momento.
* Anna, se me hizo tarde en la mañana y no tuve tiempo de prepararlo. *
* Ya lo sé, baka !, Yo lo hice para ti. *
* ¡Tonta!, te he dicho que te cuides, ¿por qué no me haces caso?. *
La voz del shaman de hielo sonaba dura, aunque con un sutil aire de preocupación.
La sacerdotisa giró sus negros ojos a un costado, ignorándolo completamente y caminó hasta sentarse sobre una roca. No es que no le gustara que el ainu se preocupase por ella. . .
““Es solo que a veces, me sofoca.””
Pensaba la chica, mientras preparaba todo para que el muchacho degustara de su comida.
Más el peliazul seguía ahí de pie, mirándola con desaprobación; ahora sí parecía estar muy disgustado con ella.
* Vamos, ya quita esa cara, no me va a pasar nada con tan solo cocinar un poco de curri. *
Le dijo Anna, mostrando una sutil, pero hermosa, sonrisa que simplemente “desarmó” al shaman.
Horo cerró los ojos y suspiró resignado mientras se sentaba sobre la hierba del campo, al lado de la rubia.
Comenzó a comer en silencio, analizando un poco su actitud hacia Kyouyama; en verdad trataba de no ser tan exagerado y comportarse más tranquilo, pero le era muy difícil. Amaba tanto a esa amargada mujer, y ahora con lo de su embarazo, pues...
* Te ves muy linda. *
La voz dulce de su compañero la hizo sonrojarse.
Horokeu la abrazó delicadamente, al tiempo que la miraba con un amplia sonrisa que pareció contagiarle, pues la itako no pudo evitar sonreírle, aunque más sutilmente.
Anna cerró los ojos y giró el rostro a un costado, evitando el contacto visual con el que desde hace varios meses era su compañero.
* Sí, claro. Dudo que pienses lo mismo cuando tenga más de ocho meses y me vea tan gorda como una pelota de playa. *
* Ja,ja,ja, ¿me crees capaz de burlarme de ti?. No podría, no de la madre de mi hijo. *
Le dijo él, posando una mano sobre el vientre ligeramente abultado de la rubia.
Cinco meses de embarazo y este apenas comenzaba a notarse.
El ainu no pudo evitar recordar aquella vez en que Anna le diese la noticia.
~*~
~*~
~*~
La había visto tejer por lo menos dos semanas antes y él, tan tonto y distraído. . . ahora le causaban risa las palabras que le dijo. . .
* Oye, Anna, esto no ve va a quedar. *
Le decía, sosteniendo un pequeño suéter azul celeste.
Es que, si ya antes le había tejido ropa y sabía su talla, ¿por qué esta vez la hizo tan pequeña?.
* ¡ Si serás idiota !, no es para ti. *
* Entonces, ¿para quién?. *
La pregunta del shaman sonó tan inocente, más obtuvo la fría, fija y penetrante mirada de la itako, entonces, una de sus neuronas pareció trabajar. . .
* Es acaso lo que estoy pensando, Anna?, ¿estás esperando un bebé?. ¿Por qué no me lo habías dicho?. *
Tantas preguntas y la sacerdotisa tan callada y aun dolida con él.
Ese idiota !, por supuesto que ya se lo había dicho, precisamente la semana pasada, pero ese estúpido estaba tan “concentrado” devorando la cena de aquella noche, que no le prestó atención.
Usui se sentía como un patán; sin querer la había lastimado.
Anna miraba a un costado, claramente enfadad y triste por culpa suya, pero quizás también por los cambios que afectaban su estado de animo.
El shaman la miró enternecido; acercándose a la mujer, se arrodilló frente a ella, recargando la cabeza sobre sus piernas, muy cerca del vientre de la chica.
* Hola, bebé. . . * _Decía el ainu, acariciando con suavidad el vientre de su compañera._ * Yo soy tu padre. *
* Oh, Horokeu. *
Anna no pudo evitar sonreír, llena de felicidad y ternura.
El peliazul siempre sabía como hacerle olvidar todo disgusto.
~*~
~*~
~*~
Los labios de la rubia formaron una pequeña sonrisa al recordar esa ocasión.
Y dejó que su mente divagara un poquito más.
Es que nunca creyó que terminaría siendo la pareja del shaman de hielo.
La vida tranquila y sin preocupaciones que siempre quiso, la vivió al lado de Yoh, más todo aquello se vino abajo cuando murió el primer, y a quien siempre creyó el único, hombre de su vida.
““Y luego él. . . Horo Horo me hizo amar otra vez. ¿Quién lo diría?.””
Pensaba Kyouyama, con la mirada pérdida en el campo de plantas del ainu.
Ella había plantado el primer árbol y nada más. El shaman no la dejaba hacer casi nada, pero se sentía feliz de que el peliazul estuviese trabajando duro para ver realizado su sueño de un campo de plantas, el cual por ahora era pequeño, pero después, con el tiempo. . .
““Será un lugar enorme y hermoso.””
Pensó la sacerdotisa, completamente orgullosa del joven, quien le hablaba con voz suave, tratando de acaparar su atención.
* Anna. *
* Mmm. *
* Cuando nuestro hijo nazca. . . casémonos. *
La itako lo miró con sorpresa y emoción.
Hacía mucho tiempo que Horo Horo no mencionaba nada sobre el matrimonio.
* Pero no quiero que después te arrepientas de haberte casado con una mujer amargada. *
Le dijo ella, con voz divertida.
* Eso no pasará. Ven, te llevaré a casa. *
Anna aceptó la mano del peliazul.
Y caminaron tomados de la mano, de regreso a su hogar. Anna recargó la cabeza en el hombro del ainu; una linda sonrisa adornando su bello rostro.
Era muy feliz, estar al lado de Horokeu, enamorada una vez más, era maravilloso.
Y aunque a veces recordaba a Yoh y se preguntaba como serían las cosas si él no hubiese muerto, solo puede pensar que igual sería feliz, aunque quizá de distinta manera, en otro lugar, con otras experiencias.
““Más trato de no pensar mucho en ello, no tiene caso.””
Eran los pensamientos de la rubia, que no se arrepentía del rumbo que había tomado su vida, todo lo contrario. . .
* Te amo. . . arigatou.*
* Eh. Y eso?, ¿a qué se debe?. *
* Por estar conmigo y hacerme vivir este presente. *
La felicidad, el amor. . . la tranquilidad que tanto deseaba, todo había vuelto.
Y no es una nueva vida. . .
Es solo volver a empezar.
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
POR FIN !!.
Mucho amor, mucha ternura, mucha miel, nada de lemon ^^’.
Me gustó este final, donde la itako esta feliz con lo que tiene y no lo cambiaría por nada, ni por el pasado. Y hasta les di un pequeño regalo ^o^.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Pequeña bella durmiente

Anime: Toradora
Rating: M
Pareja: Ryuuji & Taiga
Sinopsis: ¿Quién, en su sano juicio, se pasa tanto tiempo contemplando a una chica mientras duerme?... ¿Y en qué momento él se reunió con ella en la cama?, ¿en qué momento sus brazos la rodearon con suavidad sin que ella se despertase?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
Últimamente pasaba mucho tiempo mirándola.
En las clases, de camino a casa o al colegio, en su casa y, principalmente, en la de ella, en su recamara para ser más exactos.
Era como un ritual secreto, incluso se despertaba antes con la clara intención de venir aquí y pasarse largos minutos mirándola dormir, admirando cada pequeño detalle de la mujercita que descansaba en la inmensa cama con dosel. Cada una de sus facciones, su pequeño cuerpo acurrucado que se perdía entre las cobijas y el colchón, el largo cabello dorado esparcido alrededor de ella, creando la ilusión de una divinidad.
A veces la oía murmurar entre sueños y muchas otras era presa del mal humor de la joven, quien lo golpeaba sin piedad apenas despertaba, tachándolo de pervertido y acosador.
Ryuuji no negaba ni se defendía, porque a fin de cuentas, Taiga tenía razón, después de todo. . .
““¿Quién en su sano juicio se pasa tanto tiempo contemplando a una chica mientras duerme?.””
Pensaba el chico, torciendo las cejas y frunciendo el ceño, y es que ahora mismo la miraba con fijeza y llevaba. . . ¿qué?, veinte, treinta minutos sin apartar la mirada de aquella hermosa criatura, pendiente de toda ella, su cara, su pelo, su cuerpo, pero lo que más lo embelesaba era su respiración. El casi imperceptible subir y bajar de su pecho en cada respiración.
Lo llenaba de. . . ¿felicidad?, sí. Se sentía extrañamente feliz porque ella existía, porque Taiga estaba aquí y ahora con él. . . para él.
Con todo esto en la cabeza y sin siquiera ser consciente de ello, el peliazul acortó la distancia entre él y “la pequeña bella durmiente”.
¿En qué momento se reunió con ella en la cama?, ¿en qué momento sus brazos la rodearon con suavidad sin que ella se despertase?. . . ¿cuándo fue que acercó su rostro al de ella y aspiró su dulce aroma?. ¿Cómo es que ahora le susurraba al oído palabras dulces dedicadas para ella. . . solo para ella?.
* Taiga !. *
Su voz varonil emergió en un susurro al tiempo en que sus manos vagaron por el delicado cuerpo de la rubia hasta rodearle totalmente, anclándose en su vientre y pegándola más a él, que yacía acomodado justo de tras de ella.
* Ryu. . .Ryuuji !. *
Su nombre emergió de los lindos labios de la rubia en un susurro adormilado.
Afianzando un poco más su agarre, el joven no pudo más que sonreír con ternura al escuchar a su compañera. Sus labios se deslizaron por el cremoso cuello femenino, degustando la suavidad y el dulce sabor.
Fue al sentir las caricias del muchacho que Taiga entreabrió los ojos, confundida y con una extraña sensación de ansiedad. Tardó varios segundos en ser plenamente consciente de lo que estaba pasando, de lo que ese chico le estaba haciendo.
* ¡¿Ryuuji?!. *
La jovencita chilló escandalizada, tratando de alejarse y detener al peliazul, pero sus fuerzas resultaron nulas ante la férrea determinación de Takasu, por lo que lentamente, Taiga se fue rindiendo y dejó de luchar contra algo que también ella deseaba con todo su corazón.
Así, se dejó recorrer por las manos varoniles que nunca le parecieron tan suaves y protectoras como ahora. Fue maravillosa la sensación de ser besada por primera vez y por él precisamente. Le devolvió el beso sin reservas, convirtiendo aquel roce de ternura en un exigente baile entre sus labios y los del peliazul.
* ¡ Baka inu !. *
Le susurró ella, regalándole a su compañero la expresión más tierna, pues la rubia tenía las mejillas sonrojadas y sus ojitos titilantes no descuidaban en ningún momento la boca del chico, sin mencionar que sus largos cabellos dorados, esparcidos sobre la cama, le otorgaban un toque de sensualidad a su dueña.
Ryuuji sonrió levemente, todo en ella lo provocaba a tomarla para sí, hacerla suya, pero también lo movía a cuidarla, a ser por siempre su protector.
En una mezcla de todas aquellas emociones, las manos ansiosas del joven se aventuraron bajo el camisón de su compañera, explorando la exquisitez de su piel, recorriendo las firmes piernas y perdiéndose entre estas, encontrando el secreto de la intimidad femenina.
* N-no!, ¡ espera !. *
Pero él no la complació esta vez y sus dedos recorrieron la zona por encima de las braguitas para poco después hacer estas a un lado y acariciar la vulva directamente, provocando leves y entrecortados gemidos por parte de Taiga.
El joven adoró la suavidad de la delicada piel de esa zona femenina, ni que decir de la calidez que encontró cuando su dedo medio se perdió superficialmente en la intimidad de la chica.
* Mmm, Ryuuji, tu. . . pervertido !!. *
Se quejaba la rubia, sin darse cuenta que ella misma separaba las piernas cuanto podía, en espera de más de aquellas lujuriosas caricias y las delirantes sensaciones que le provocaban.
Taiga no supo por cuanto tiempo disfrutó de aquella caricia. En momentos parecía como si hubiesen pasado varios minutos, y a veces no creía haber durado así más de unos instantes.
Al final, los dedos del peliazul hicieron magia sobre el hinchado clítoris, que sobresalía ligeramente de los labios vaginales, como anhelante del placer que recibía.
Y fue tan insistente el muchacho en su afán de tocar a la pequeña chica, que las pulsaciones femeninas se desencadenaron con fuerza, recorriendo el vientre de la rubia y haciéndola gozar con locura, obligándola a arquearse y gemir audiblemente mientras apretaba los ojos con fuerza.
““Ryuuji, qué. . . ¡¿qué me hiciste?!.””
Pensaba la chica mientras buscaba los labios de compañero, encontrándolos en un beso desesperado que le supo a miel.
Era simplemente maravilloso, ¿por qué no lo había besado antes?. Le gustaba, le gustaba mucho y le resultó aún más delicioso el sentir la lengua de Takasu entrar en su boca, explorarla y entrelazarse con su propia lengua, jugando a esta travesura que bien sabia se tornaría en su adicción.
La rubia estaba tan entregada al apasionado beso que no fue consciente, como de muchas otras cosas esa mañana, de cómo fue que terminó bajo el varonil cuerpo de Takasu Ryuuji, o de cómo el chico se acomodó entre sus piernas para frotar su pene contra la vulva femenina, carente de vello; era tan suave y cálida que el chico dejó de pensar y tan solo se dejó llevar y deslizó su miembro a través de la vagina de la rubia.
Estaba tan concentrado en la deliciosa sensación que el joven no se detuvo a pensar en el dolor que le causaba a la chica. Es que se sentía tan jodidamente bien y el roce era en extremo placentero, que no se percató de que la razón de tanto gozo, la estrechez de Aisaka, era la razón de que a ella le doliese tanto.
* ¡ Baka, baka inu !. . . ittaaiii. . . !! *
Ryuuji se detuvo entonces, asustado al haber lastimado a la personita que el tanto quería proteger.
““Pero es que el gozo es tanto. . .””
Pensaba el muchacho, aun esforzándose por contenerse y no abandonarse a la tentación del ir y venir de sus caderas en busca de esa caricia tan placentera entre su pene y la vagina de la rubia.
No estaba seguro de cuánto tiempo permaneció quieto, en espera de que a Taiga se le pasara el dolor. Fue una verdadera tortura, pero para cuando se dio cuenta, la misma Aisaka era quien empujaba suavemente sus caderas contra las de él, buscando más de aquel placentero contacto, tan necesitado ahora.
* Ryu. . . Ryuujiii !!. . . *
* ¡ Taiga !. *
La rubia alzó los brazos, envolviendo a su compañero en un cálido abrazo.
Aferrados el uno al otro, como un náufrago a una estéril tabla; ambos jóvenes protagonizaron una danza tan antigua como la historia, buscando los labios del otro.
Y el peliazul no supo en qué momento se dejó llevar y comenzó a moverse con fuerza y rapidez, desesperado por sentir algo que prometía ser maravilloso, aunque nunca antes lo haya sentido.
Y no sabía si era solo lo físico, no. La suavidad y estrechez de su pequeña compañera era delicioso, sin duda, pero no era solamente algo carnal. Taiga era tan dulce y entregada en ese momento. Ahí, él supo que no quería estar con ninguna otra chica, ni siquiera con una con muchas más curvas; no quería hacer esto con nadie más.
El muchacho estaba tan concentrado en el placer, con los ojos cerrados, entregado y concentrado a tan fuerte e inexplicable experiencia, que el peliazul era ajeno a todo aquello fuera de aquella cama.
Solo existían él y la linda mujercita bajo su cuerpo, siendo acompañado por el placer que los recorría cada vez que el pene del joven se perdía en el apretado y mojado sexo de la rubia. En esos segundos, en lo más profundo del ser femenino, Takasu supo que había encontrado un paraíso y lo había hecho suyo.
Taiga estaba tanto o más perdida en sus emociones; nunca creyó estar en una situación íntima con un hombre, ni darle tantas libertades.
““Pero si iba a hacerlo con alguien, solo puedo pensar en él.””
Pensaba la jovencita, mirando fijamente la expresión de infinito placer de su compañero mientras este empujaba su duro miembro dentro de ella. Ella sonrió, el solo hecho de verlo, manteniendo él los ojos cerrados, al tiempo en que se clavaba en ella. . . la hacía feliz. . . y la ponía caliente.
Sabía que a él le gustaba lo que estaban haciendo. . . y a ella le hacía feliz saber que le estaba dando placer. Ella, no Minorin, ni ninguna otra.
Tras este pensamiento, la chica entrecerró los ojos, las constantes penetraciones de ese bastardo comenzaban a surtir efecto, se sentía cada vez más sofocada, sentía que algo venía y quería sentirlo.
* Ryuuji, ahhh!, más!. . . máasss !!. . . *
* Taiga, yo. . . ! *
El peliazul susurró el nombre de la rubia justo en su oído para luego morderle ligeramente la oreja. Siempre con los ojos cerrados, perdido en el placer. Sintiéndola cada vez más apretada y húmeda. . . tan caliente. Ella no pudo más. Un intenso cosquilleo nació en su vientre, recorriéndola totalmente los pies hasta la punta de los cabellos, haciéndola estremecer y a su sexo contraerse con fuerza casi salvaje, en un éxtasis avasallador.
Takasu abrió los ojos, sorprendido y encantado por la estrechez de su compañera. Era delicioso sentir como la piel interna de Taiga abrazaba con fuerza su pene. Esas dulces y salvajes pulsaciones fueron su perdición.
Apretando con fuerza los dientes, pero manteniendo los ojos bien abiertos esta vez, el peliazul fue vencido por el pacer y se corrió en el interior de la rubia.
¡ Que delicioso y extraordinario orgasmo lo recorrió !, mientras la miraba a ella venirse y bañar su miembro con su propio orgasmo femenino al tiempo en que su vagina seguía apretándolo sin misericordia, como tratando de extraer hasta la última gota de su semen y guardarlo en lo más profundo de sí. . . para siempre.
* Ahh, Taiga !!. *
Takasu se desplomó agotado sobre el pequeño cuerpo de su chica, respirando agitado mientras descansaba sobre los suaves y delicados montoncitos de carne que ella tenía como senos, siendo abrazado por la rubia sin apenas darse cuenta.
Silencio y paz los rodeaban. Ryuu se percató del desorden en que se convirtió la cama; sábanas mojadas y arrugadas, manchas de sangre, la sobrecama tirada en el suelo y ellos dos a media mañana, acostados en medio de aquel caos. Y por primera vez en su vida él no tenía esa obsesiva necesidad de acomodarlo todo.
““¡ Así está perfecto !.””
Pensaba, cerrando los ojos poco a poco, arrullado por las dulces y delicadas caricias de Taiga sobre su cabello, la joven sonreía más feliz que nunca. Quería muchos días y encuentros como este, con ese tonto entre sus brazos por una simple razón.
* ¡ Ai shiteru, Ryuuji no baka !. *
Susurró ella ya casi entre sueños poco antes de seguir al peliazul al mundo de los sueños.
Totalizado.
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Regalo de día del “amor y la amistad” ^0^ .
Me gustó la mayor parte del fic, aunque al final sentí que estaba muy forzado y que le di muchas vueltas al asunto.
Con todo y eso, creo que la trama le quedaría muy bien al ichiruki, así que quizá más adelante adapte este fic a Bleach.
Me gusta Toradora, aunque es tan meloso que no me dio más ideas para escribir T-T .
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 13 de Marzo de 2014.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Ella es... _C5_

Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 5: “Haremos que esto funcione” ::.
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Miraba el paisaje que le ofrecía el ventanal de su recamara; las personas ir y venir, uno que otro auto. Y aunque pareciera hacerlo atentamente, en realidad estaba desinteresada.
Ya tenía dos semanas de haber regresado de sus “tranquilas” vacaciones en la playa.
““Y el muy valiente no me ha llamado siquiera.””
Pensaba la rubia, frunciendo el ceño y buscando algo con que desquitarse. . . nada!.
* ¿Qué estoy haciendo?, no debería importarme. *
Pero Anna no podía entender por qué la realidad estaba completamente alejada de sus palabras.
¿Qué no le preocupaba?, ¡por favor!, si en el momento en que Horokeu le explicó que debía irse por compromisos deportivos, ella misma se ofreció a acompañarlo. Así que regresaron juntos a Tokio, dejando a Ren y Pilika, sin siquiera darles la más mínima explicación.
* Un torneo. *
Susurró la chica, recordando las exactas palabras que el peliazul le dijera aquella vez.
Claro, Horo Horo es un jugador de tennis que tenía poco tiempo de haber incursionado en el terreno profesional, aunque ya se había hecho de cierta reputación. Incluso, había quienes decían que el muchacho tenía mucho futuro y podía llegar a ser de los mejores, hasta tenía un grupo de admiradoras.
* Niñas tontas y resbalosas. *
Definitivamente, a Anna le disgustaba imaginar a ese hombre rodeado por mujeres que le gritaban que lo amaban.
Kyouyama estaba bastante furiosa. ¿Por qué?, bueno, había varias razones para ello. . .
Pensar en quién sabe cuantas chicas se arrojarían desesperadas sobre el peliazul, sin mencionar que interrumpieron sus vacaciones. O quizás, el hecho de que todo aquello no tenía por qué interesarle, y sin embrago. . . así era.
Pero lo que más la hacía rabiar, era que Horo Horo no la había visitado en esas dos largas semanas. . . ¡vamos!, ni siquiera la había llamado.
* Maldición, ese idiota. . . después de lo que pasó entre nosotros, al menos debería tener la decencia de llamarme para saber como me va. *
La rubia apretó los dientes, abandonando el borde de la ventana y comenzando a caminar por toda la habitación, cuál animal enjaulado, analizando la situación.
Estaba realmente ansiosa y molesta consigo misma; nunca dependió mucho de las personas a su alrededor, ni siquiera de Yoh. Tampoco recordaba haberse comportado como una chiquilla celosa, posesiva e irremediablemente enamorada. . .
Anna de pronto se detuvo.
Sus ojos más abiertos de lo normal. Las dos últimas palabras que pasaron por su mente la hicieron dudar.
* ¿Qué me está pasando?. *
Preguntó a nadie en especial, al aire, a ella misma.
Confundida y desesperada, tomó su cartera y salió con el único propósito de despejar todas sus dudas. Quería saber que había cambiado en ella después de acostarse con Horokeu Usui.
~*~
~*~
~*~
Cuando escuchó que golpeaban la puerta, no imaginó que se trataba de Anna Kyouyama, quien, por cierto, estaba furiosa. Bastaba con percatarse de la mirada malévola y asesina que ella le dedicaba.
* Ah, hola, Anna. . . *
* Ah, hola. . . ¿eso es lo mejor que me puedes decir, baka?. *
Después del caluroso saludo de la bella rubia, Horo Horo muy amablemente la invitó a pasar.
Nótese el sarcasmo, pues la chica prácticamente empujó al muchacho, abriéndose paso al interior del departamento, cómo si estuviese en su propia casa.
* Te pasa algo?, ¿por qué estás tan enojada?. *
Las preguntas del peliazul parecieron enfadar más a Kyouyama, pues la ira en sus negros ojos se volvió más intensa. Pero no dijo nada, la mejor arma de Anna era el silencio.
Horokeu comenzaba a sudar frío, por más que pensaba, no podía explicarse porque la mujer había venido con ese humor de los mil demonios.
““Si precisamente esto era lo que había venido evitando.””
Pensó el muchacho. Y entonces, la escuchó. . .
* Creí que eras diferente, Horo Horo, confié en ti. *
La voz de la rubia se escuchaba más tranquila, sin embargo, un aire de tristeza no pudo pasar desapercibido para el joven peliazul, quien, con una seriedad en la cara que realmente daba miedo, preocupado, le preguntó qué le pasaba.
* ¿Qué me pasa?. JA!!. . . Que eres como todos los hombres, una vez que consiguen lo que quieren, botan a las mujeres y fingen que nada pasó. *
* A, a qué te refieres?. Anna, no cre . . . *
* No has ido a verme, no has llamado, ni siquiera has dejado un mensaje. . . ¿Sabes cuántas veces me he quedado junto al teléfono esperando una llamada tuya?, o qué cada vez que tocan a la puerta, espero que seas tu. Creí que algo había surgido entre nosotros, pero ya veo que. . . *
Anna simplemente no pudo continuar, aunque estuvo agradecida por ello, pues de haber seguido seguramente habría terminado llorando.
Horo Horo la había abrazado así nada más, de pronto y sin decirle nada. Tan solo el impulso de su loco corazón que latía intensamente por las palabras de Anna.
* Disculpa, nunca quise hacerte daño. *
Él le susurró al oído, una sonrisa irónica cruzando su rostro.
Era gracioso, es cierto que la había estado evitando en lo posible desde que habían regresado. . . no quería verla. Pensaba que Anna simplemente no estaba interesada en él, aun a pesar del hecho de haberse acostado un par de veces. . . cinco para ser exactos.
* Creí que para ti no había significado nada y que no estaba en tus planes hacerlo de nuevo, no conmigo al menos. *
* ¡Baka!. *
En realidad, la joven no podría culparlo, después de todo, no hace mucho ella misma no estaba interesada en el peliazul.
Pero ahora. . .
* Supongo que intentaremos hacer que esto funcione. *
Decía la chica, cerca del oído del muchacho produciéndole una corriente eléctrica muy agradable y, de paso, ocultando su rostro adornado en matices rojizos.
* Y supongo también, que haremos el amor más seguido. *
Usui estaba seguro de que Anna le hubiese dado un golpe que lo dejase tumbado en el suelo por semejantes palabras. Pero esta vez, tan solo sintió como ella lo abrazó con más fuerza, refugiándose en sus fuertes y cálidos brazos.
Con una sonrisa cómplice y unas cuantas palabras que, aunque no lo demostrase, significaban simplemente que ella compartía los mismos planes y deseos del apuesto joven.
* Eres un hentai. *
Sin finalizar.
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Anna poniendo las cosas en claro. Dejando a un lado la inseguridad del ainu, esta relación avanza.
Así que, próximo capitulo, como no, LEMON.
—I love HOROxANNA—.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 03 de Julio de 2006.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 6 ||
Durmiendo con el enemigo _C1_

Anime: InuYasha
Rating: M
Pareja: Sesshoumaru & Kagome
Sinopsis: No deseaba volver atrás, quería estar prisionera entre los brazos de un demonio, nada más que el amante perfecto. No deseaba la libertad, ya no más.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Prólogo ::.
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La tarde era hermosa, tanto o más que las anteriores.
La cuenta de las horas se le perdió en algún distraído rincón de su memoria; poco importaba, después de todo, más de un par de semanas habían pasado desde que llegó ahí, así que... las horas ya poco importaban.
* Ahhh, y aun así el tiempo se me escapa volando. *
Suspirando con resignación, la joven humana comprendió que su estancia en esa habitación no era tan aburrida.
Se sentía más tranquila en comparación al día en que llegó...
¿Cómo olvidar ese día?. Jamás podría hacerlo, todo su mundo se vino abajo justo en el instante en que al “cerebro de nuez” del Hanyou se le ocurrió buscar insistentemente a Kykio, llevarla a la aldea y por si fuera poco, decir que ellos siempre estarían juntos, aun cuando la sacerdotisa ya estuviera muerta, para él... eso era lo que menos importaba.
* InuYasha... eres un tonto. *
Su voz sonó resignada por completo.
Al principio lloraba amargamente al saberse derrotada en el amor, derrotada por ella misma. Bueno, después de todo, ella fue Kykio, o algo así; por lo menos compartieron almas.
Sin embargo eran tan distintas, quizás por eso le dolió tanto que le quitaran a InuYasha.
* La tonta soy yo... ¿hasta cuándo dejaré de pensar en ello?. *
Miró embelesada el cielo, admirando como la oscuridad comenzaba a devorar todo cuanto encontraba en el cielo: nubes y ese hermoso y tenue color azul que apenas y se podía percibir.
Era cierto, tenía otras cosas mucho más importantes en que pensar, después de todo, ahora era prisionera, ¿no?.
No había superado un problema cuando inmediatamente se tropezó con otro; en su intento por escapar del dolor, salió corriendo sin rumbo, el destino era lo último que cruzaba su mente, sólo quería alejarse.
Ni siquiera tenía idea de cuánto había corrido, por cuánto tiempo o dónde estaba, sólo se sabía pérdida.
Pero el dolor no se iba, dejando escapar delgadas lágrimas de sus hermosos ojos; se dejó caer sobre el abundante césped, cansada, dolida...
* Con que... la mujer de InuYasha está aquí. *
Recordó las precisas palabras del yokai que ahora la tenía “encerrada” en su castillo, ese hombre, ese demonio, ese monstruo... Sesshoumaru.
Sí, todo ese tiempo había estado en el castillo de Sesshoumaru.
No tenía claras ideas del porque no le había hecho daño alguno, de hecho, ni siquiera aparentaba ser una prisionera; no estaba encerrada, podía salir cuando quisiese, más por miedo solo lo hacía en contadas ocasiones.
Le ofrecieron nuevas ropas, más adecuadas para la época en la que se encontraba. Hermosos y entallados kimonos de variados colores y formas.
La manera en que los sirvientes del castillo la trataban le incomodaba, tanta amabilidad, casi miedo. La trataban como si fuese alguien importante, cosa que la hizo sospechar un sin fin de razones para ello, pero nada que le pareciese lógico.
Llegó a tener la sensación de que Sesshoumaru la observaba desde algún lugar que ella desconocía, sentía su pesada y fría mirada sobre ella, aunque creyó que solo era su imaginación, su miedo.
* No puede ser, estoy imaginando cosas que no son. *
Apenas trató de convencerse a sí misma con sus palabras, suspiró resignada a permanecer por tiempo indefinido en ese lugar, lugar del que desconocía cualquier posible ubicación.
Solo sabía que estaba con el enemigo, nada más. Eso sí, un enemigo bastante amable, aunque desconociera las razones de ello.
Se acababa de cambiar de ropas, dispuesta a ir a la cama y dormir, no sin antes cepillar tranquilamente su hermoso y suave cabello negro.
Un par de golpes sobre la puerta de la habitación que ocupaba, la sacaron inesperadamente de sus pensamientos y recuerdos.
Pensando que podía tratarse de Rin o alguno de los sirvientes del castillo, se dirigió tranquilamente a abrir la puerta, más al hacerlo, el miedo y la sorpresa la paralizaron.
* ¡¡S- Se, Sesshoumaru!!... * _El nombre de su visitante escapó de sus temblorosos labios. _ * Ah, y-yo no te esperaba. *
En todo el tiempo que ahí llevaba, lo pudo ver solo una ocasión. Pero ahora él estaba ahí, él la buscaba, la razón de su presencia la asustaba, más trataba de no pensar en ello.
Al escucharla, el yokai frunció el ceño con clara ira en el rostro.
Kagome no pudo más que intentar ocultar su miedo; esa mirada tan fría era atemorizante y, muy a su pesar, también lo hacía verse aun más atractivo.
* Mujer. *
Refiriéndose a ella con esa simple y seca palabra, el joven de plateados cabellos la sujetó fuertemente por los hombros, asustándola todavía más. Estaba tan cerca; si aplicaba un poco más de fuerza la destrozaría sin duda.
Quiso cerrar los ojos para no enfrentar la forma despiadada con que él la miraba, pero por alguna razón no podía, esos hermosos ojos plateados la hipnotizaron completamente, aun con el miedo que le infundían.
Confundida, esperó lo que vendría por parte del yokai, fuere lo que fuere, tenía el ligero presentimiento de que afectaría su vida... de alguna forma.
Sin finalizar.
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Por fin, otro fic de InuYasha y, mejor aun, de Sesshoumaru y Kagome.
El siguiente capítulo es el importante, el que tiene lemon, más también es el que concluye la historia. Y es que últimamente no tengo deseos de escribir fics largos.
Ahora, ¿por qué esta pareja?. Bueno, él es tan apuesto y necesitaba una pareja... yo solo pude pensar en Kagome ^0^ .
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 27 de Mayo de 2007.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 1 ||
Es como volver a empezar _C1_

Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 1: “Viéndola llorar por él” ::.
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El ambiente que rodeaba la casa era poco más que incomodo y ni que decir del sepulcral silencio, sí... sepulcral. Solo han pasado un par de horas desde que sepultasen al Shaman King, Yoh Asakura.
Todo había sido tan repentino quizá por ello ninguno de los dolidos tuvo palabras de consuelo para la joven viuda.
Veintiséis años, cinco de casados. La vida tranquila que tanto les costó conseguir se vino abajo en cuestión de minutos.
La itako no podía arrancar de su mente las últimas palabras del moreno...
““Ya llegué, Annita.””
Luego solo escuchó como el cuerpo de su esposo caía pesadamente sobre los escalones de la entrada.
“¡ Fue mi culpa !”.
Se decía a si misma una y otra vez.
¿Cómo no iba a pensar que así había sido?, si él era tan joven. Y ahora Fausto venía y le decía que todo había sido por causa de la gran cantidad de poder que utilizó en la pelea contra Hao... que haber excedido sus limites le acortó la vida, solo eso...
Así que solo pudo echarse la culpa, a ella y a los inhumanos entrenamientos que le imponía.
* Son cosas que pasan... no te tortures más. *
Fueron las palabras del enano cabezón, ese joven que podría ser muy inteligente, pero cuya forma de dar ánimos y consuelo en situaciones como ésta era un total fracaso.
No. Pensar que su ausencia era algo que solo debía pasar no le ayudaba en nada. No obstante no pronunció palabra alguna de desacuerdo con el mejor amigo de su marido.
La rubia se limitó a bajar la cabeza y agradecer el apoyo que los amigos de su esposo le estaban dando.
¿Anna dando las gracias?, era casi increíble aunque dada la situación, pues...
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Todos se habían ido ya, dejándola sola en la pensión; los últimos en irse fueron Tamao y Manta.
Ahora se daba cuenta de cuan grande era ese lugar, en especial siendo ella la única que lo habitaba... ahora estaba sola, otra vez.
Anna se encontraba de pie en medio de la estancia, distraída, distante.
Aun con todo lo que pasó ella no lloró, no se quejó... no dijo nada. Se mantuvo siempre con su expresión adormilada y seria, con sus ojos fríos que no mostraron dolor. Cualquiera que no la conociera pensaría que la muerte de su esposo no le dolió ni un poco, más ahora que nadie la observaba se derrumbó por completo...
El escudo de hielo se quebró y su fortaleza se vino abajo. Tampoco pudo seguir conteniendo las lágrimas que se empujaban unas a otras por salir libres y deslizarse por sus mejillas.
Anna Kyouyama finalmente lloraba la repentina ausencia de Yoh.
Desesperada, giró el rostro en varias direcciones, como buscando a su marido... y lo encontró... Él le sonreía desde una de las tantas fotos que estaban en la casa.
Ahí estaba él, con esa estúpida sonrisa adornándole el rostro. Feliz, apuesto, tranquilo... vivo.
* Y-Yoh !... *
Anna se dejó caer de rodillas para alcanzar la fotografía; aun temblando deslizó los dedos sobre el vidrio que protegía la imagen de su Yoh.
Una valiente y silenciosa lagrima escapó de sus ojos mientras apretaba contra su pecho aquel objeto.
Escuchó la puerta de la entrada al deslizarse, pero no hizo caso; siguió de rodillas en medio de la estancia, abrazando la imagen del hombre que se atrevió a dejarla completamente sola.
* Ahh, ¿cómo pudiste??... prometiste que estaríamos juntos por muchos años, por varias décadas... Yoh no baka. *
Sollozó agitada, ahogándose en su doloroso llanto.
Apretaba fuertemente los ojos como resistiéndose a la realidad que ahora vivía.
Pero la sorpresa la hizo dejar de llorar, sorpresa que sintió cuando una mano se posó suave y delicadamente sobre su hombro derecho.
Asustada, abrió los ojos; creía estar sola en la casa, los amigos del shaman se habían ido hace ya un buen rato.
Volteó lentamente hasta posar la mirada por encima de su hombro; de todas las personas que conocía, él era a quien menos esperaba ver....
Horo Horo la miraba con ojos tristes y apagados.
* Olvidé mi tablilla. ¡ Lo siento !.* _Mencionó sincero, mientras sus negros ojos mostraban compasión y tristeza._ * Por favor... no llores más.*
Las palabras del shaman tuvieron un efecto contrario al que pedía. Y como si se lo hubiese pedido, Anna derramó aun más lágrimas.
* ¿Por qué?... *
* No lo sé... en verdad no lo sé. *
Ella quería respuestas, solo eso. Pero el joven no podría dárselas por más que intentara, por más que quisiera.
* Fue mi culpa. *
Las palabras de la itako resonaron en la cabeza del peliazul.
Ella por fin soltó el marco y prácticamente se lanzó a los brazos del shaman, donde fue recibida cálida y protectoramente.
A pesar de que el joven peliazul le pidió no hablar de esa manera, la idea no salía de la mente y corazón de la sacerdotisa, quien escondía en el pecho del chico su rostro bañado en lagrimas mientras dejaba que pequeños gemidos de dolor espiritual se escapasen de sus labios.
Horo Horo acarició el rubio cabello de la chica; trataba de consolarla, pero estaba claro que sus intentos eran vanos y que solo lograba que la mujer derramase más y más lagrimas. Así que se resignó a abrazarla hasta que ella dejara de llorar.
El ainu dejó que sus pensamientos lo envolviesen. Él solo regresó por la tablilla de posesión, esperaba que Anna lo regañara por su descuido y luego lo echase de la casa...
Jamás esperó encontrarla llorando tan devastada. Estaba tan acostumbrado a los maltratos por parte de la itako, que jamás imaginó tenerla entre sus brazos intentando darle ánimos, ánimos que en este momento ni si quería él tenía.
“Como desearía que ella me estuviese gritando o golpeando, que se muestre tan fría y amargada como siempre... me duele verla así!!.”
Este extraño pensamiento confundió al joven shaman, quien ahora presenciaba como, entre sus brazos, la mujer de hielo se deshacía en llanto.
Y por razones que no comprendía, al verla sufrir de esa manera tuvo la impresión de que su corazón se le rompía en incontables pedazos...
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Soy feliz, porque este es mi segundo HOROxANNA. Un fanfic que planeo para varios capítulos.
Bueno, ¿por qué le pasó esto a Yoh?. Para dejarle libre el camino a mi amado Horo Horo, ¿para qué más?. No quise rivalidades, ni peleas, ni celos, solo una oportunidad de que estos dos descubran características que desconocen el uno del otro.
No se me ocurrió otra excusa para que Yoh ya no estuviera, lo siento, T-T.
Por cierto, me costó encontrar un título para el fic y justo cuando estaba resignada a no darle uno, escuché la canción “Es como volver a empezar” -John Lennon-, y pensé... el título de la canción es perfecto para el fic. Por eso adoro a The Beatles.
Este fanfic contendrá lemon a partir del capítulo tres.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 2 ||