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Ella Es... _C3_
Ella es... _C3_
 
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 3: “De sueños y mentiras vivirá” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
¿Sus ropas?, ¡ja!, olvidadas en el piso.
¿Las sábanas?: algunas cayeron de la cama y algunas otras los abrazaban con suavidad, pegadas a sus húmedos cuerpos.
El peliazul respiraba agitado; apenas y podía creerlo, la mujer más hermosa de todas, su amor imposible, yacía desnuda entre sus ansiosos brazos.
La besaba con locura, incapaz de apartar la mirada de tan bella figura de mujer.
* Esto es algo que deseé por mucho tiempo. *
Le confesó entre besos, logrando que Anna se sonrojara.
Era cierto, Horo Horo ansiaba poseerla desde el instante en que la vio por vez primera. No es que solo pensara en sexo, es solo que. . .
* Me enamoré de ti. *
Susurró, provocándole un escalofrío a la rubia mujer.
Entonces, con tan inusual confesión, Anna divagó un momento en sus recuerdos. . .
Conocía a Horo Horo desde hacía ya varios años y nunca lo había visto de este modo.
““Jamás me imaginé en la cama. . . con él.””
Pensaba.
No es que el chico no le pareciera atractivo, era solo que su forma de ser no compaginaba en nada con la propia.
Kyouyama seguía inmersa en sus recuerdos, cuando un par de traviesos dedos se alojaron en su intimidad, sacándola inesperadamente de pensamientos que ya no tenían importancia.
Jadeó agradada con el entrar y salir de los dedos del muchacho, quien en cada movimiento, parecía tomar más libertad, introduciéndose cada vez un poco más, realizando movimientos circulares que arrancaban sonoros gemidos a la rubia.
* Creo que sí te gusta. *
* Ja,ja, en serio??, no me digas. *
Usui sonrió con picardía al tiempo en que clavaba su mirada en los profundos ojos negros de Anna.
La noche era atrevida y ellos también.
El muchacho besaba y mordía a placer la blanca piel de su nueva amante, dejando las marcas de sus desesperados labios, como si quisiera dejar huella en el cuerpo de la mujer, marcándola como suya. La deseaba desde hace tanto y pretendía que todo aquel deseo contenido se desbordase en esta ocasión.
* Lo siento, pero tengo que desahogar esta pasión. *
Le dijo él e inmediatamente después la hizo recostarse sobre la cama.
Le separó las piernas, guiando sus labios a la intimidad femenina, deleitándose con el sabor a mujer que inmediatamente pudo degustar.
Anna arqueó la espalda retorciéndose de placer, apretando con fuerza las sábanas blancas.
¡Kami!, este hombre si que estaba ansioso.
Introducía la lengua lo más que podía, logrando que Anna clamara por él mientras respiraba cada vez más agitada.
Desesperado, el peliazul mordió suavemente el pequeño botoncito que coronaba la intimidad de la joven, para luego succionar con fuerza. Ella reprimía casi inútilmente los gritos cargados de placer mientras se retorcía ante el tremendo gozo que inundó su cuerpo.
Un prolongado orgasmo la hizo arquearse, permitiendo que la lengua del muchacho se hundiera un poco más en ella.
* Deliciosa !!. *
Susurró.
Horo Horo abandonó el sexo de la chica para luego marcar un camino de besos por todo su hermoso cuerpo. Besó su cintura, su vientre. . . sus senos.
Tanta tentación. . . ¡no resistió!. Atrapó su pecho izquierdo, mordisqueando el sonrosado y duro pezón.
* Ho-Horo, ya. . . no me tortures. *
Anna jadeaba; su rostro envuelto en tenue rojo.
““¡Qué bella es!.””
Pensó el peliazul, quien la abrazó con fuerza, llenándola de besos.
La rubia tenía razón, mucha razón. La estaba torturando; quería hacerla sufrir, que sintiera toda la frustración, toda la reprimida pasión que él sufrió por años, las ansias, el maldito deseo que no lo dejaba dormir. . . el amor no correspondido.
Pero al mismo tiempo, se estaba torturando a sí mismo, pues Usui se moría por hacerla suya y sentirla vibrar bajo su cuerpo.
* ¡Tienes unos senos preciosos!. *
Tras pronunciar aquellas palabras, una sonrisa adornó el rostro del joven.
* Idiota... ¡solo hazlo!. *
El peliazul la abrazó con fuerza y se acomodó entre las piernas de Kyouyama, quien lo recibió ansiosa.
Cómo si de un ensayo se tratase, Horo Horo deslizó suave y morbosamente la punta de su ya duro pene por la entrada de la vagina de la chica.
* Horo, ya. . . * _Se quejó ella._ * Deja de jugar y toma esto con más entusiasmo. *
Las palabras de su amante le sonaron a suplica.
Sonrió con malicia.
* ¿Quieres entusiasmo?. . . es lo que me sobra. *
Dicho esto, el joven de cabellos azules comenzó a hacer presión, empujando sus caderas mientras admiraba como su hombría se iba perdiendo dentro del sexo de la mujer.
* A-Anna. . . eres tan ardiente y sexy. *
Horo Horo comenzó a besarla con desesperación. Estaba como loco; este era un sueño haciéndose realidad.
La mitad de su miembro yacía en el interior de la cavidad femenina, entonces, Horo empujó con fuerza, llenando completamente la vagina de la rubia.
Y ahí estaba él, clavado hasta el fondo, dentro de la mujer que le robó el corazón; la inalcanzable, Anna Kyouyama.
Y quedó hipnotizado con el bello rostro de su amante; sus mejillas sonrojadas, su linda boquita entreabierta y algunos cabellos rubios que se adherían a su cara, mientras sus pechos subían y bajaban por la acelerada respiración.
* ¡Qué bella!, insoportablemente hermosa. . . perfecta !!. *
Su corazón latió emocionado; deseaba permanecer así, dentro de ella, por siempre.
En tanto ella. . . Anna se sentía invadida y le gustaba, se moría de placer mientras el muchacho mordía con lujuria la piel de su cuello y apretaba desesperado sus rígidos pechos.
Lo sentía entrar y salir cada vez más fuerte, cada vez más rápido, haciéndola jadear y hasta llorar de placer.
Horokeu parecía no cansarse y se entregaba totalmente, sorprendiéndola.
““Nunca había sido tan intenso.””
Pensó la rubia al tiempo en que encajaba sus filosas uñas en la espalda de su amante.
Estaban extasiados, completamente perdidos al deleite de unir sus cuerpos, que perdieron la noción del tiempo.
* Ahh, Horo Horo, no pares, más rápido, más!!. . . *
Anna le ronroneó al odio, haciendo que el peliazul clavase su pene con más fuerza aun.
Estaba como loco, no podía parar y solo era capaz de pensar en la bella mujer con la que estaba haciendo el amor. Y ella, que nunca le dio mucha importancia al sexo, ahora se derretía de gozo entre los fuertes brazos del muchacho, enamorada de su duro miembro que se deslizaba deliciosamente dentro de su vagina.
Anna se aferraba al musculoso cuerpo de su compañero, gimiendo cerca de su oído.
La ficción entre sus sexos pronto fue insoportable; un cosquilleo nació en la intimidad de la rubia, quien pronto fue invadida por un ansiado orgasmo.
La satisfacción se desbordaba en ligeros espasmos que la hicieron temblar, otro orgasmo tomaba su cuerpo; su vagina se contraía con fuerza, una y otra vez, apretando, reteniendo el pene del hombre que la poseía.
Anna respiraba agitada, completamente cansada, mientras admiraba la fortaleza de su amante que no dejaba de enterrar su espina en la cansada flor de ella. Después de unos segundos, las vibraciones en el sexo de la rubia cumplieron su tarea.
Horo Horo apretó los dientes poco antes de lanzar un prolongado y ronco gemido, penetró una vez más a la mujer luego su pene se hinchó y derramó su esencia en el interior de la chica.
Se creían en el cielo, en medio de tan intenso éxtasis.
Exhausto al entregarse por completo, se colapsó sobre la sensual figura de Kyouyama, que lo recibió en un suave abrazo, mientras ambos disfrutaban de la sensación de mantenerse unidos.
Se besaban como si quisieran comerse.
* Si esto es un sueño, no me despiertes. . . si es una mentira, no me dejes de engañar. *
Le susurró el muchacho, abrazándola con fuerza.
Le confesó, que había quedado prendado a ella desde el día en que la vio por primera vez. Tan fina, tan hermosa y con ese carácter suyo, su frialdad. No supo cómo. . . se enamoró.
No hubo noche que con ella no soñara o segundo en que la deseara.
* Para mi, esto siempre fue un simple sueño. *
Le dijo, ya fuera de su cuerpo, con la mirada pérdida en algún lugar de la habitación mientras descansaba sobre los cálidos y suaves pechos de la rubia.
Anna acariciaba sus azulados cabellos, escuchándolo con atención.
* Y cuándo supe de tu relación con Yoh. . . creí que había renunciado a ti, pero ahora. . . *
Horokeu la miró, como esperando que la mujer dijese algo, más solo se encontró con los profundos y fríos ojos negros, ese mar negro en el que tantas veces quiso ahogarse.
Sentía que no la merecía, que no era para él y que él mismo no era para ella. . . que estupideces nos hace pensar el amor.
* Baka!. *
Anna lo besó con suavidad, acariciando su apuesto rostro. Él, confundido, aceptó aquella caricia como si fuese la última.
Rompieron el beso y con esto, Horo sentía que su corazón se rompía también.
Más ella seguía acariciando una de sus mejillas y mirándolo con fijeza, fue hasta entonces que el peliazul notó el intenso y hermoso brillo en los negros ojos de la rubia.
* No soy un sueño, ni una mentira. . . soy real y estoy contigo. . . hice el amor contigo, Horo no baka. *
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Cómo que estuvo muy simple, ¿no?. Bueno, yo así lo sentí.
Les digo que este fic no tiene una trama en sí, de hecho, escribí lo primero que se me vino a la mente, sin importar si la historia tenía un hilo que seguir o no ^//^.
En cuanto a la pareja, quería que cuando lo hicieran fuera fuerte, morboso, lleno de lujuria. . . pero creo que la inspiración no me dio para tanto T-T.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 03 de Julio de 2006.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 4 ||
- 
                                     dinnu204 liked this · 3 years ago dinnu204 liked this · 3 years ago
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 1: “Mirándola en silencio” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
La joven mujer de cabellos dorados entró en la habitación de aquel lujoso hotel.
Con pereza, con fastidio, Anna se dejó caer sobre una de las dos camas que ocupaban la recamara. No podía creer que se dejara convencer por la chica de cabellos azules.
* Debí suponer que pasaría algo así. *
Sus palabras, casi un suspiro.
Giró sobre la cama hasta quedar sobre su costado derecho; conocía a Pilika desde hacía ya varios años, si ya sabía que le haría algo así, ¿por qué no se negó?.
““Date un par de semanas para descansar. . . vamos a la playa, las montañas, donde tú quieras. . .””
Recordó las exactas palabras de la peliazul.
La playa fue la decisión; creyó que serían solo ella y Pilika, pero no. . .
* Tenía que invitar a su hermano y su novio. *
Era obvio que la idea no le agradaba, Anna quería distraerse un poco, pero la presencia de esos dos, en especial la del peliazul, le resultaba incómoda.
Más incomodo fue viajar con ellos en la camioneta durante tres largas horas. Pilika y su novio, Ren, iban al frente conversando de esto y de aquello; Anna y Horo Horo en el asiento trasero.
A pesar de ser amiga de la chica peliazul por más de ocho años, nunca se llevó muy bien con el hermano de esta, quizá por eso fue que lo ignoró durante todo el camino.
Ahora suponía que las dos semanas de supuesto descanso no le servirían de nada; seguro se pasaría la mayor parte del tiempo encerrada en esa habitación, a solas, porque Pilika se divertiría de lo lindo con Ren.
* Creo que Pilika solo me utilizó como pretexto para pasar unos días con el picudito. *
De pronto, la joven escuchó como la puerta se abría, dejando entrar a una persona, su compañera de habitación.
Anna no se movió en absoluto, seguía admirando el paisaje que el ventanal le permitía. . . hasta que aquella voz la sorprendió.
* Si vamos a compartir la habitación, será mejor que intentemos llevarnos bien. *
El muchacho peliazul traía consigo su equipaje y aunque su mirada parecía seria, traía consigo una imperceptible sonrisa, podía sentirlo.
* ¿Qué haces aquí?. *
Preguntó Kyouyama, su voz seca, seria, con claro enfado y disgusto por tenerlo cerca.
Horo desempacaba e iba de un lado a otro de la habitación ignorándola completamente.
¿Qué hacia ahí?, pues su hermanita simplemente le dijo que compartiría la habitación con Ren. Dormiría con ese bastardo, maldición, aunque fuese su mejor amigo no podía soportar siquiera pensar en que iba a pervertir a su dulce e inocente hermana.
* Sí, así es Pilika. *
* Ya lo sé, pero no me gusta en lo más mínimo que esté sola con él. *
Anna se sentó sobre la cama, no sabía que el joven de azulados y rebeldes cabellos fuese un hermano celoso, aun con Tao que era su amigo.
Pero no tenía que preocuparse, al menos ya debía estar acostumbrado, la relación de esa pareja era ya muy intima, muy, muy intima. Pilika y Ren hacían el amor desde ya cuatro años y Horo Horo todavía no se hacía a la idea de que su pequeña hermana. . . ya no es tan pequeña.
* Ahhh, que le vamos a hacer !!. *
Anna dejó escapar un leve suspiro; no tenía opción, compartiría la recamara con este joven pues al parecer la menor de los Usui iba a estar muy ocupada durante el resto de la noche.
Sin prestarle más atención a su compañero, la rubia se dirigió al cuarto de baño para cambiarse de ropas, sin percatarse de que Horo Horo la seguía con la mirada fija sobre su lindo cuerpo.
Para el muchacho, fue simplemente imposible apartar la mirada de la puerta del baño, pues la mujer más hermosa que sus ojos hayan visto estaba del otro lado de dicha puerta.
““Semidesnuda, seguramente, poniéndose ropa más cómoda.””
Pensó el peliazul, imaginando aquella suave piel blanca con pocas prendas cubriéndola.
La puerta finalmente se abrió, dejando ver a una bella joven vistiendo una pequeña bata de dormir que dejaba al descubierto sus largas piernas. Anna sintió la fijeza de la mirada de su compañero de habitación; le resultó extraño, pero no pudo evitar sonrojarse sutilmente.
Ignorando el brillo en los ojos de aquel hombre, terminó recostándose en la otra cama.
Ella le daba la espalda; las delgadas sábanas cubrían casi todo su cuerpo, delineándolo sensualmente.
Horokeu aun mantenía los ojos fijos sobre aquella mujer. . . tantos años de conocerla, tantos años tratando inútilmente de dejar de pensar en ella y ahora era lo más cerca que había estado de Anna.
Como deseaba tener su fina figura entre sus brazos, que su exquisito aroma lo envolviese, profanar sus tentadores labios femeninos, pero eso no podía ser. . . durante años tuvo que conformarse con verla de lejos, siempre de lejos; al menos ningún hombre a su lado.
““Hasta que conoció a Yoh Asakura.””
Recordó, su mente torturándolo.
Cualquier esperanza que hubiese guardado se vino abajo cuando se enteró de la relación que la rubia tenía con el castaño de estúpida sonrisa.
* Pero ahora, Anna era libre de nuevo. *
Kyouyama había terminado su relación con Yoh, y de nuevo, Horo Horo tenía la vaga oportunidad de poder acercarse a la bella mujer, una oportunidad que su hermana le había conseguido y que ahora, mientras cerraba los ojos, estaba dispuesto a aprovechar, para que Anna por fin le prestara un poco de atención.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
HHxA, again.
¿Qué tal?, mi primer universo alterno. La verdad es que no hay gran ciencia para esta historia, se irían de espaldas si supiesen como me nació la idea para este fic, pero bueno ^^’. Para este fic tengo planeado mucho romance, sexo y... nada más ¬¬’.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 03 de Julio de 2006.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 2 ||
Es como volver a empezar _C2_
 
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 2: “Y no quiero que él también se vaya” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
¿Cuánto tiempo había pasado desde entonces?; días, meses...
* Ya más de un año... *
Anna suspiró ante el dolor, dolor al cual parecía haberse acostumbrado.
Aquel fue el único día que lloró, fueron tantas lágrimas que llegó a pensar que se le habían acabado. Quizá se desahogó por completo y eso fue lo mejor. Pero la mujer se sumergía en el mar de recuerdos y sentimientos de los cuales era presa diaria.
Distraída, con la mirada pérdida en el vacío de la oscura noche, la nada, no se percató de que alguien más estaba con ella, hasta que una rosa de hielo apareció frente a sus ojos.
Ligeramente sorprendida, la tomó entre sus manos, mirándola con aparente indiferencia; giró el rostro encontrándose con aquella tonta sonrisa. Tan parecida y tan distinta a la vez a la de aquel hombre, pero no !... no era él.
El hombre que ahora está junto a ella es mucho más holgazán, distraído, irresponsable y descarado.
* ¿Sigues aquí?. *
Le preguntó, a pesar de que su compañero llevaba varios meses de visita en la pensión.
Él solo suavizó su tonta sonrisa y se sentó al lado de la rubia, permaneciendo en silencio por un rato; ambos, sin decir nada más.
Para ella estaba bien; durante todo ese tiempo este shaman la había estado acompañando como ninguna otra persona. Fue el único testigo de su dolor y el único que permaneció a su lado después de la muerte de Yoh, los demás amigos de su esposo simplemente no volvieron, cada uno siguió sus vidas, alejándose de ella.
Era comprensible, después de todo el importante era el heredero Asakura, no ella, quizá por eso no entendía por qué éste chico permanecía aquí, como si ella también le importase... no lo entendía.
* Horo... *
Su voz fue un suave suspiro que llegó a oídos del ainu quien de inmediato posó la mirada sobre la hermosa joven rubia.
* Tú sabes que lo amaba... sabes que sí. *
El muchacho se limitó a guardar silencio.
Que la chica de pronto le confesara su sentir sin razón aparente, solo significaba que no deseaba sentirse sola, así que la abrazó, la estrechó entre sus brazos, recargándola contra su pecho mientras el silencio volvía a reinar el lugar.
No era ésta la primera vez que la sacerdotisa encontraba tranquilidad y apoyo en el abrazo del chico peliazul, no. La primera fue aquella tarde después de que su esposo la dejó, luego se dieron algunas ocasiones más, y ahora ésta.
En todo ese tiempo se habían acostumbrado el uno al otro; y aunque Anna no lo dijera, apreciaba la compañía del ainu, sino fuese por su presencia se hubiese dejado devorar por la tristeza y la soledad, no hubiese podido sobrellevar la ausencia de Yoh. Y ahora estar entre sus brazos, le resultaba tan natural.
* Anna, yo... * _ Pero escuchó su voz varonil interrumpir el cómodo silencio._ * Mañana regresaré a Hokkaido. *
La chica curveó ligeramente una de sus cejas; eso significaba que estaría completamente sola durante tiempo indefinido.
En los últimos meses, Horo Horo pasaba más tiempo en Funbari que en su tierra natal, y aunque varias veces regresó al norte, tardaba más en pensar en ello que en volver a la pensión.
Cuándo Yoh murió, el peliazul permaneció a su lado por más de cinco meses, luego regresó a Hokkaido por tan solo un par de semanas.
* Me estoy acostumbrando al clima de Funbari Ouka. *
Le dijo aquella vez.
Pero no importaba cual fuera la razón, ni si de vez en cuando peleaban, de acuerdo casi a diario, mucho menos si el record de sus conversaciones apenas había alcanzado los veinte minutos... le gustaba su compañía y eso era algo que no podía negarse a sí misma.
Quizá por ello le entristecieron sus palabras, quizá solo era incomodidad, solo costumbre... no obstante, últimamente pensaba que el estar con él, para ella significaba más que eso... mucho más. Por ello tenía deseos de pedirle que se quedara, cosa que no haría ni en el más loco sueño.
Más Anna no dijo palabra alguna, solo acomodó la cabeza sobre el pecho del joven, dejando que este acariciara su rubio cabello, y como si la hubiese arrullado, la itako permitió que el sueño le cerrara los ojos.
Horo Horo la observó atento por largo rato, la tranquilidad que reflejaba ese bello rostro lo llenaba de paz; por alguna razón, sentía que podía observarla por siempre, así entre sus brazos, y no cansarse de ello.
De pronto a su mente llegó el recuerdo de su amigo Yoh y una corta platica que tuvieron hace ya tanto tiempo...
* Podría embriagar a mis ojos con su hermosa imagen y ni siquiera cansarme un segundo. *
Esas fueron las palabras del Shaman King.
Por aquel entonces, Horo Horo no lo entendió e incluso lo creyó un completo imbécil por referirse a la itako con esas palabras.
* Más ahora entiendo a que te referías... amigo Yoh. *
La voz del ainu fue tan silenciosa que difícilmente hubiese despertado a la rubia.
Con una ligera sonrisa adornándole el rostro, suavemente tomó entre sus brazos a la chica, llevándola hasta su habitación donde podía descansar más cómoda.
Se iría mañana por la mañana y si ella no despertaba para entonces seguro no podría despedirse.
Fueron muchos pensamientos los que a su mente llegaron, y de todos ellos, las palabras que su hermana le dijera hace un par de meses, antes de venir a Funbari, hicieron que su andar fuera más lento...
* No puedes seguir así, pasas más tiempo allá que con tu familia... No has hecho nada en este tiempo. ¿Qué pasó con el campo de plantas?, qué pasó con tu sueño?. *
No tuvo, ni tiene respuestas para esas palabras, pero sabía que Pilika tenía razón en algo: él hizo de lado todo y sin siquiera saber por qué. En realidad en todo este tiempo no había hecho absolutamente nada, por eso regresaría a Hokkaido, para seguir con su vida y dejar que la itako siguiese con la suya.
~*~
~*~
~*~
Entró a la habitación casi vacía, en cuyo centro se hallaba un futon más grande de lo normal, ahí recostó cuidadosamente a la rubia, más cuando quiso incorporarse se dio cuenta de que los suaves brazos de la chica se lo impedían.
* Si te digo que no quiero que te vayas, seguro no me creerás... como yo misma no me creo ahora. *
Horo Horo podía sentir el cálido aliento de Anna acariciando su cuello y su oreja izquierda. Se sonrojó ampliamente, aun sujetando la cintura de la sacerdotisa, completamente consciente de que los brazos de la misma le rodeaban el cuello y que su cuerpo yacía sobre el de ella, haciendo de esta una posición poco decente.
Ese juego de palabras por parte de Anna le estaba haciendo bromas pesadas a su mente, por todo lo que comenzaba a imaginarse. Y el intenso latir de su corazón no le ayudaba mucho a pensar siquiera en decir algo.
Sin embargo, hablar ya de mucho no servía, pues sus miradas se cruzaron en algún momento, y por un simple instante, tan solo para que después fuesen sus labios los que se buscasen y unieran sin que alguno de los dos lo hubiese pensado.
Era un profundo beso que sencillamente se dio entre ellos, beso que le arrebató al joven todo deseo de regresar al norte.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Ya sé que les interesa más el lemon, pero tampoco quería empezar el capítulo metiendo a estos dos a la cama así nada más. NO !.
Como ésta pareja me gusta mucho, quiero plasmar muchos detalles de su relación, pero descuiden, el próximo capítulo es lemon y no será el único.
Quiero que este fanfic derrame miel, así que habrá mucho amor, malos entendidos, lágrimas y lemon ^0^.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 3 ||
Mi muñequita de cristal
 
Anime: The Prince of Tennis
Rating: M
Pareja: Momoshiro & Sakuno
Sinopsis: Ante él, la delicada figura de la jovencita, tan perfecta y frágil. De la muchachita sin formas solo le quedaba el recuerdo. Le gustaba llamarla: su muñequita de cristal.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
Se sentía un tanto extraña; no era la primera vez que estaba en ese lugar, con ese hombre; más esta vez sentía que era distinto.
Ese había sido el mejor día de su vida.
Salieron juntos desde temprano, paseando, riendo y hablando de tantas cosas.
Y es que, a pesar de ser novios, no salían muy a menudo; desde que Momoshiro ingresó a la universidad, había días en que ni siquiera la llamaba por teléfono.
* Kore. *
Momo le entregó una toalla para secar su mojado cabello; la lluvia los había sorprendido.
* Mmmm, arigatou. *
Él sonrió. Le encantaba ver como la chica se deshacía en nervios.
Ella era así desde la secundaria, se sonrojaba por cosas sin importancia, no había cambiado en absoluto. . . y le gustaba.
Momoshiro era mayor que ella tan solo un año, pero la diferencia era muy notoria.
* ¿Quieres tomar algo?. *
* Ie, estoy bien. *
Y volvió a hacerse el silencio.
Se miraron con intensidad, como analizándose cuidadosamente y luego pasó. . . se besaron.
El muchacho la tomó de la cintura, pegándola completamente a su cuerpo; la sentía tan frágil, vibrando entre sus brazos fuertes, totalmente oculta por su figura más alta y fornida.
Y esto era lo que ella temía; cuando se veían, lo único que hacían era besarse por largo rato.
Esta vez quiso evitarlo saliendo juntos. . .
""Pero a fin de cuentas terminamos besándonos.""
Pensaba la joven, mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar. Ya no podía luchar más, no cuando adoraba esto.
Quizá por ello permitió que las grandes manos del muchacho la recorriesen por completo.
* Ahh, Momoshiro. *
Los ojos de la chica se ensancharon sorprendidos.
Una corriente de placer la atacó de pronto al sentir las expertas manos del chico, que acariciaban de forma atrevida su trasero.
* Llámame Momo-chan, te lo he dicho. *
Ella no dijo nada, solo rodeó con sus piernas, la cintura de su compañero.
El tenista no lo soportó, sentir la parte intima de su chica en contacto con su virilidad, lo hizo encenderse al máximo. Su miembro ahora erecto, sufría dentro de la prisión de los pantalones, y todo por ese simple y superficial contacto por encima de la ropa interior de la joven.
La sujetó por los muslos, dispuesto a terminar esto en su habitación.
Así, en pocos minutos, Momoshiro ya la estaba recostando sobre la cama, presuroso, se posó encima suyo.
* Si vas a detenerme, hazlo ahora. *
Rogó, porque él simplemente no podía parar ya.
La amaba y mucho, quizá desde que lloró inconsolable entre sus brazos por el rechazo de Echizen, o quizás mucho antes de eso.
* Sakuno, si tu no. . . *
* Sí quiero. *
Se apresuró a decir la joven, sus mejillas coloreadas en carmín, temblando nerviosamente mientras su corazón latía cada vez con más fuerza.
Takeshi sonrió con ternura para luego dedicarse a despojar a la chica, prenda por prenda. Ante él, la delicada figura de la jovencita desnuda; tan perfecta y frágil, esbelta como un alfiler, su largo cabello suelto, su carita reflejando nerviosismo, ansiedad, curiosidad, pero también cariño y ternura. . . todo de ella le gustaba.
* Mi muñequita de cristal. *
Le gustaba llamarla así, pues siempre la vio tan frágil, que se rompería con facilidad.
""Y ahora, más que nunca, estoy convencido de ello.""
Pensaba el tenista, mientras la recorría con sus ojos, de pies a cabeza. Ahora que la tenía completamente desnuda ante él, había quedado maravillado con la belleza de Ryusaki.
Si con un montón de ropas encima, la veía hermosa, así, al natural, lo era mucho más.
De la muchachita sin formas solo le quedaba el recuerdo, ahora era una joven mujer la que le mostraba su tesoro más preciado e intimo. . . la desnudez de su cuerpo.
Con curvas suaves, pero notorias, se formaba aquella obra de arte cuya máxima expresión seguramente eran el par de senos que sostenían pezoncitos de un café suave, pero atrayente, endurecidos por el frío de la lluviosa tarde, y quizás también por la excitación del momento.
* Eres muy bonita. *
Aquello fue casi un susurro acompañado por una nerviosa risa por parte del muchacho, quien inmediatamente después posó sus labios sobre los de su novia, descubriendo que besarse inmersos en esa situación era extrañamente más agradable a las ocasiones anteriores.
Momoshiro estaba ansioso y no paraba de besarla; sus manos ya jugaban con ambos pechos de Sakuno, que se perdían bajo sus grandes manos. La estimulaba amasando las esferas y con pequeños apretones, lograba hacer que la chica suspirase complacida.
* Oh, pequeña mía. *
Takeshi no pudo soportarlo más.
Abandonó los labios de su chica tan solo para bajar la cabeza y, de inmediato, aprisionar el pezón izquierdo entre sus labios, como suaves pinzas succionando; pareciese que quisiera extraer algo de ellos, lo que de cierta forma logró, pues Sakuno gritaba extasiada por el delicioso cosquilleo que esto, sumado a los cariñosos apretones a su otro pecho, le provocaba.
Más nada de lo que hasta ahora experimentó en brazos de su compañero, se comparó en lo más mínimo a sentir un par de dedos que Momoshiro ya había alojado en su húmeda vagina, que los recibía cálida y dispuesta.
* Oh, Takeshi-kun, me encanta !. *
Fueron las palabras de una joven que ya se retorcía bajo el cuerpo de su novio, quien no dudo en simular una penetración con su dedo índice, que entraba y salía una y otra vez, con plena libertad, una y otra vez, de la intimidad femenina.
Y sus labios seguían ocupados con uno de los pechos de Ryusaki, sin deseos de dejar de lamer y succionar aquel par de pezones que, duros y alzados por la excitación, lo incitaban a beber de ellos un poco más.
Pronto, la mano izquierda del tenista se dirigió también al sexo de la chica, dedicándose a acariciar suavemente el clítoris de Sakuno, un pequeño botón que poco tardó en endurecerse y sobresalir de entre los pliegues vaginales que lo cubrían, buscando un poco más de aquel delicioso cosquilleo.
Siendo masturbada de aquella forma y por un hombre al que quería, Sakuno poco pudo soportar antes de que el primer orgasmo de su vida tomara su cuerpo, sacudiéndolo con las corrientes de placer que nacieron en su intimidad y que recorrieron su columna, obligándola a arquearse, tratando de recibir un poco más del ya necesitado gozo.
Terminó exhausta, sus pequeños pechos subiendo y bajando al ritmo de su agitada respiración.
Lágrimas resbalando por sus sonrojadas mejillas.
Tardó un poco en recuperar el aliento; ninguna chica en su lugar hubiese podido culparla. Había recibido por primera vez el placer y de una forma tremenda, con un dedo dentro suyo y otro más estimulando su sensible clítoris, era comprensible que hubiese tocado la cima del placer tan pronto.
Pero Momoshiro Takeshi aun no había tenido suficiente, o no !. Ese chico ya estaba listo para enterrar su pene en aquella estrecha vagina.
Así, mientras esperaba a que su acompañante se recuperara del éxtasis, el muchacho se despojó de las ropas que aun llevaba.
Y estando ya desnudo, mostraba un cuerpo bastante musculoso para su edad, él no parecía un estudiante en su primer año de universidad. Su cuerpo varonil era perfecto y en extremo atrayente para los inocentes ojos de Sakuno, quien simplemente no podía apartar la mirada de aquel pedazo de carne, duro y grande.
La chica se sentía insegura, tenía miedo de que semejante miembro la lastimara, pero no podía negar que se sentía atraída por él, que deseaba tenerlo dentro suyo.
* Si no quieres seguir, lo entenderé. *
Escuchó a su novio seguir.
Más ella lo miró a los ojos mientras pronunciaba un "no" por respuesta.
Momoshiro sonrió, acercándose a la chica y tomándola entre sus brazos; la sintió temblar ligeramente, aferrándose a él con todas sus fuerzas.
Él joven se acomodó entre las piernas de Sakuno; su pene apuntando a la entrada de la vagina de la chica de largos cabellos. Rozó un poco la punta de su miembro con al intimidad femenina, estimulándola para poder entrar. . . y lo hizo.
El flujo femenino se incrementó y Takeshi no dudó en presionar poco a poco para adentrarse en ella.
¿Cómo describir la sensación de prisión que experimentaba?, la calidez, la humedad. . . ¡Kami!, era delicioso.
Ya lo había hecho con un par de chicas más, pero, por alguna razón, a pesar de la inexperiencia de Ryusaki, Momoshiro lo estaba disfrutando más que nunca.
El tenista presionó un poco más, forzando su pene con un ligero empuje de sus caderas. . . entonces la escuchó quejarse ligeramente. . .
* Ah, Momo, espera un poco, por favor. . . *
Él la obedeció automáticamente, preocupado de haberla lastimado.
La miró a la cara, ella lloraba. Una mueca de dolor había tomado su lindo rostro.
* ¿Te duele mucho?. *
Preguntó el muchacho, acariciando una de sus suaves mejillas.
Mientras Sakuno respiraba agitada, trataba de soportar. Mentiría si dijera que no, aunque lo que en ese momento sentía, era un fuerte ardor recorrer el interior de su sexo y un poco de sangre escurrir del mismo
* Y-ya se me está pasando. *
Dijo ella finalmente.
Takeshi no aguantó las ganas de besarla; esperaría a que su pequeña se acostumbrara a tenerlo dentro suyo, porque sinceramente no planeaba que esta fuera la última vez que estuviera con ella en la cama.
Momo llevó su mano al clítoris de su novia, acariciándolo lentamente al principio, fuerte y rápido al final, tallando casi desesperado, loco al escuchar los gemidos de la chica que le pedía más y más. Eso era lo que él quería, que el placer la recorriera nuevamente.
Así, cuando otro orgasmo la hizo gritar, el joven tenista presionó fuerte y rápido, penetrándola completamente.
Ambos jadearon al sentir aquello; Sakuno sintió dolor, pero su cuerpo aun se estremecía por el gozo de los traviesos dedos de su compañero, frotando su ya escondido clítoris. Takeshi por su parte, estaba disfrutando de la estreches de su chica, su piel interna lo recibía húmeda y cálida, apretándola con fuerza, como queriendo retenerlo ahí lo más posible.
""Y si por mi fuera, viviría eternamente dentro suyo.""
Pensaba Momo, respirando agitado, excitado al máximo.
Desesperado y sin poder contenerse, besó nuevamente a su novia, recorriendo su frágil cuerpo a su entero gusto, apretando cada centímetro de carne, mientras daba inicio a un lento y tranquilo vaivén de caderas, saliendo y entrando sutilmente de la intimidad de la joven. Liberando gemidos y jadeos por parte de ambos.
¿Cómo describir aquel momento?. . . simplemente no podría.
Su pequeña y frágil compañera entregándose a placer, a él. . . un simple muchacho que no creía merecer nada de ella.
Momoshiro no paró de penetrarla, disfrutando la suavidad del roce entre sus sexos; loco por seguir sintiendo como Sakuno lo recibía, apretando su pene, reteniéndolo en su interior y estimulándolo para liberar su esencia dentro de ella.
* Te amo, mi pequeña. *
Lo escuchó decir, poco antes de que se descontrolara por completo y la penetrase con fuerza una y otra vez, sin intención de detenerse.
La besó con ansias, desesperado y agitado; ella le respondió al abrir lo más que podía el compás de sus piernas, dándole total libertad y comodidad para ingresar en su flor, cruzando las piernas alrededor del amplia espalda del tenista.
No supieron cuanto tiempo mantuvieron aquella danza, tenían la sensación de que fue por largo rato, pero igual sentían que aquello no duró más de un par de minutos
Para cuando se dieron cuenta, el constante ir y venir de sus caderas, la húmeda intimidad de la joven y la deliciosa fricción entre ambos sexos en cúpula, desató un orgasmo en cada uno de los cuerpos, que se arquearon buscando más de aquel placer que los recorría y los hacia sacudirse gloriosamente.
Besos eran lo que quedaba de aquella entrega. . . y la vagina de la chica, que palpitaba suave y lentamente, agradando a su amante, quien no tenía prisa por salir del cuerpo de Sakuno.
Pronto, las palabras de amor se convirtieron en susurros que terminaron por apagarse en medio del sueño que venció a dos cansados, pero satisfechos, enamorados.
Amantes que ajenos estaban a la sombra que, afuera en el jardín, temblaba de rabia.
Un muchacho que lo había escuchado todo, ante la poca prudencia de los jóvenes que adentro descansaban.
""Así que esto era.""
Pensaba el joven, apretando fuertemente los dientes.
Le había parecido extraño que Sakuno poco a poco dejase de ir a sus partidos, ella se había alejado de él y ya sabía la razón... Momoshiro se la había quitado.
* ¿Qué pudo darle él, que no encontró en mi?. *
Susurró entre dientes el tenista, ciego por los celos.
Ignorando que la respuesta a esa duda se resumía en dos simples palabras. . .
Atención . . . y amor.
Totalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Me encantó como quedó esta historia.
Disculpas por la pareja, rara e inexistente, sí... pero una buena noche me dieron tremendas ganas de escribir algo sobre ellos ^0^.
Sé que la muchachita no es del agrado de muchos y menos con Momo. Yo también soy de la idea de que Sakuno parece niña dramática, pero no me cae mal, creo que cuando crezca –mi mente vuela- será una chica muy tierna, bonita y, ¿por qué no?, deseable y sexy ^^.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 04 de Noviembre de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Es como volver a empezar _C10_
 
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 10: “Y no es una nueva vida” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
El peliazul la miraba con cierto enojo; ella no debía estar aquí, podría hacerse daño, lastimarse.
* Anna, deberías estar en la casa, descansando. *
Le dijo el muchacho, sosteniéndola firmemente de los hombros, tratando de hacerle entender.
* ¿Crees que vine a ayudarte a plantar arbolitos?. Pobre idiota !. *
La voz de la rubia sonaba fría e indiferente; ni siquiera su estado actual la ablandaba un poco.
* Toma. * _Anna le entregó un paquete perfectamente envuelto en un pañuelo._ * Se te olvidó esto. *
Horo Horo la miró sorprendido, ella había caminado por más de treinta minutos tan solo para traerle su almuerzo que se le había olvidado en. . . un momento.
* Anna, se me hizo tarde en la mañana y no tuve tiempo de prepararlo. *
* Ya lo sé, baka !, Yo lo hice para ti. *
* ¡Tonta!, te he dicho que te cuides, ¿por qué no me haces caso?. *
La voz del shaman de hielo sonaba dura, aunque con un sutil aire de preocupación.
La sacerdotisa giró sus negros ojos a un costado, ignorándolo completamente y caminó hasta sentarse sobre una roca. No es que no le gustara que el ainu se preocupase por ella. . .
““Es solo que a veces, me sofoca.””
Pensaba la chica, mientras preparaba todo para que el muchacho degustara de su comida.
Más el peliazul seguía ahí de pie, mirándola con desaprobación; ahora sí parecía estar muy disgustado con ella.
* Vamos, ya quita esa cara, no me va a pasar nada con tan solo cocinar un poco de curri. *
Le dijo Anna, mostrando una sutil, pero hermosa, sonrisa que simplemente “desarmó” al shaman.
Horo cerró los ojos y suspiró resignado mientras se sentaba sobre la hierba del campo, al lado de la rubia.
Comenzó a comer en silencio, analizando un poco su actitud hacia Kyouyama; en verdad trataba de no ser tan exagerado y comportarse más tranquilo, pero le era muy difícil. Amaba tanto a esa amargada mujer, y ahora con lo de su embarazo, pues...
* Te ves muy linda. *
La voz dulce de su compañero la hizo sonrojarse.
Horokeu la abrazó delicadamente, al tiempo que la miraba con un amplia sonrisa que pareció contagiarle, pues la itako no pudo evitar sonreírle, aunque más sutilmente.
Anna cerró los ojos y giró el rostro a un costado, evitando el contacto visual con el que desde hace varios meses era su compañero.
* Sí, claro. Dudo que pienses lo mismo cuando tenga más de ocho meses y me vea tan gorda como una pelota de playa. *
* Ja,ja,ja, ¿me crees capaz de burlarme de ti?. No podría, no de la madre de mi hijo. *
Le dijo él, posando una mano sobre el vientre ligeramente abultado de la rubia.
Cinco meses de embarazo y este apenas comenzaba a notarse.
El ainu no pudo evitar recordar aquella vez en que Anna le diese la noticia.
~*~
~*~
~*~
La había visto tejer por lo menos dos semanas antes y él, tan tonto y distraído. . . ahora le causaban risa las palabras que le dijo. . .
* Oye, Anna, esto no ve va a quedar. *
Le decía, sosteniendo un pequeño suéter azul celeste.
Es que, si ya antes le había tejido ropa y sabía su talla, ¿por qué esta vez la hizo tan pequeña?.
* ¡ Si serás idiota !, no es para ti. *
* Entonces, ¿para quién?. *
La pregunta del shaman sonó tan inocente, más obtuvo la fría, fija y penetrante mirada de la itako, entonces, una de sus neuronas pareció trabajar. . .
* Es acaso lo que estoy pensando, Anna?, ¿estás esperando un bebé?. ¿Por qué no me lo habías dicho?. *
Tantas preguntas y la sacerdotisa tan callada y aun dolida con él.
Ese idiota !, por supuesto que ya se lo había dicho, precisamente la semana pasada, pero ese estúpido estaba tan “concentrado” devorando la cena de aquella noche, que no le prestó atención.
Usui se sentía como un patán; sin querer la había lastimado.
Anna miraba a un costado, claramente enfadad y triste por culpa suya, pero quizás también por los cambios que afectaban su estado de animo.
El shaman la miró enternecido; acercándose a la mujer, se arrodilló frente a ella, recargando la cabeza sobre sus piernas, muy cerca del vientre de la chica.
* Hola, bebé. . . * _Decía el ainu, acariciando con suavidad el vientre de su compañera._ * Yo soy tu padre. *
* Oh, Horokeu. *
Anna no pudo evitar sonreír, llena de felicidad y ternura.
El peliazul siempre sabía como hacerle olvidar todo disgusto.
~*~
~*~
~*~
Los labios de la rubia formaron una pequeña sonrisa al recordar esa ocasión.
Y dejó que su mente divagara un poquito más.
Es que nunca creyó que terminaría siendo la pareja del shaman de hielo.
La vida tranquila y sin preocupaciones que siempre quiso, la vivió al lado de Yoh, más todo aquello se vino abajo cuando murió el primer, y a quien siempre creyó el único, hombre de su vida.
““Y luego él. . . Horo Horo me hizo amar otra vez. ¿Quién lo diría?.””
Pensaba Kyouyama, con la mirada pérdida en el campo de plantas del ainu.
Ella había plantado el primer árbol y nada más. El shaman no la dejaba hacer casi nada, pero se sentía feliz de que el peliazul estuviese trabajando duro para ver realizado su sueño de un campo de plantas, el cual por ahora era pequeño, pero después, con el tiempo. . .
““Será un lugar enorme y hermoso.””
Pensó la sacerdotisa, completamente orgullosa del joven, quien le hablaba con voz suave, tratando de acaparar su atención.
* Anna. *
* Mmm. *
* Cuando nuestro hijo nazca. . . casémonos. *
La itako lo miró con sorpresa y emoción.
Hacía mucho tiempo que Horo Horo no mencionaba nada sobre el matrimonio.
* Pero no quiero que después te arrepientas de haberte casado con una mujer amargada. *
Le dijo ella, con voz divertida.
* Eso no pasará. Ven, te llevaré a casa. *
Anna aceptó la mano del peliazul.
Y caminaron tomados de la mano, de regreso a su hogar. Anna recargó la cabeza en el hombro del ainu; una linda sonrisa adornando su bello rostro.
Era muy feliz, estar al lado de Horokeu, enamorada una vez más, era maravilloso.
Y aunque a veces recordaba a Yoh y se preguntaba como serían las cosas si él no hubiese muerto, solo puede pensar que igual sería feliz, aunque quizá de distinta manera, en otro lugar, con otras experiencias.
““Más trato de no pensar mucho en ello, no tiene caso.””
Eran los pensamientos de la rubia, que no se arrepentía del rumbo que había tomado su vida, todo lo contrario. . .
* Te amo. . . arigatou.*
* Eh. Y eso?, ¿a qué se debe?. *
* Por estar conmigo y hacerme vivir este presente. *
La felicidad, el amor. . . la tranquilidad que tanto deseaba, todo había vuelto.
Y no es una nueva vida. . .
Es solo volver a empezar.
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
POR FIN !!.
Mucho amor, mucha ternura, mucha miel, nada de lemon ^^’.
Me gustó este final, donde la itako esta feliz con lo que tiene y no lo cambiaría por nada, ni por el pasado. Y hasta les di un pequeño regalo ^o^.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Es como volver a empezar _C9_
 
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 9: “Contigo a mi lado” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
* Espero que te sientas cómoda. *
La voz del ainu la sacó de los agradables pensamientos que atravesaron su mente al observar el bello paisaje más allá de lo que parecía ser una ventana.
* Lo siento, Anna. . . sé que tu mereces algo mucho más lujoso, pero yo no. . . *
* Me gusta, es tranquilo, además. . . * _La rubia se acercó lentamente al joven peliazul, acariciando sus mejillas y saboreando aquellos labios que tanto había extrañado._ * Estoy contigo. *
* Anna. *
Horo Horo sonrió y no tardó en estrechar con fuerza la esbelta figura de la itako, llenando de besos su hermoso rostro.
* ¿Quieres salir, dar un paseo?. . . ¿conocer la aldea?. *
Preguntó el shaman al tiempo en que deslizaba su boca por la blanca piel del cuello de la chica.
Anna rio ligeramente por las cosquillas, negándose a salir. Eso era algo que ya harían luego.
* Es gracioso, ¿sabes?. * _Le susurró ella, mordiendo suave y sensualmente la oreja izquierda del ainu._ * Siento que nos sobra tiempo para todas esas cosas, más no para hacer el amor. . . estoy muy ansiosa, desesperada. *
Horokeu se excitó tan solo con oírla.
Mordiendo delicadamente la piel de los hombros de la rubia, comenzó a despojarla del vestido blanco que cubría su perfecto cuerpo; mirándola con completa, casi exagerada, atención, casi embelesado.
Como había extrañado deleitar a sus ojos con tan bella imagen.
La desnudez de Anna era algo por lo que valía la pena esperar.
La desesperación de aquellos cuerpos era increíble, tanto así que no tardaron en dejarse caer sobre el futon.
Horo Horo acarició en su totalidad la suave y blanca piel femenina, satisfaciendo como nunca su sentido del tacto.
* Oh, Horokeu. *
La escuchó susurrar su nombre cuando, ansioso, estrujó cada uno de sus pequeños senos.
Si, ella era la única que lo llamaba por su verdadero nombre y le gustaba que así fuera.
Las grandes manos del peliazul recorrieron la espalda de la sacerdotisa, provocándole escalofríos hasta posarse sobre su bien formado trasero, acariciando circularmente, amasando y apretando la abundante carne.
* Mmm, perverso. *
La voz de Anna formó un susurró mientras lo abrazaba fuertemente, entregándose por completo a este hombre que tanto había extrañado.
El shaman de hielo sonrió mientras sus manos recorrían todas y cada una de las curvas de la mujer, quien gimió agradada al sentir aquellas traviesas manos estrujar con fuerza sus senos, jugando con los pequeños pezones ya duros por la excitación.
El ainu quiso inclinarse para degustar los pechos de Kyouyama, más esta lo empujó sorpresivamente, haciéndolo caer de espaldas sobre el futon, desconcertándolo.
Ella lo miraba con lujuria, una sonrisa perversa adornando su fino rostro.
La sacerdotisa no se resistió a la tentación, las ansias, y casi con desesperación, desabrochó los pantalones de un Horo que la miraba realmente sorprendido, pues Anna nunca había actuado así con él.
*A-Anna, ¿qué haces?. *
* Tengo tantas ganas de ti, amor. *
Apenas dijo esto, la rubia bajó los pantalones del shaman hasta las rodillas, dejándolo expuesto; su pene se alzaba por la sangre contenida en él, invitando a la chica a probarlo y beber de él. . . y lo hizo.
* An-na, espera, ahh. . . *
Más la itako no pretendía hacer tal cosa y continuó succionando la masculinidad del shaman de hielo, deslizando la piel de arriba hacia abajo, masturbando al chico de una forma que lo estaba enloqueciendo de placer.
La chica parecía no saciarse y cuando no introducía el miembro en su boca, lamía este como si de una paleta dulce se tratase, incluso succionaba las esferas que descansaban bajo aquel miembro, rodeándolas alternadamente con sus labios o simplemente delineándolas con su húmeda lengua.
Y cuando escuchó que los gemidos del shaman se habían vuelto más fuertes y continuos, ella se detuvo.
* ¿Po-por qué hiciste eso?. *
Le preguntó el peliazul, entrecortado y aun sorprendido.
Anna lo abrazó para luego besarlo con furor; una pasión que buscaba cualquier salida, enredando sus manos en el azulado cabello de su amante.
* Solo quería hacerte sentir un poco de todo el placer que tu me has dado. *
Horo sonrió, acariciando suavemente a la mujer, respirando aun con agitación; estuvo a punto de sentir el éxtasis cuando ella se detuvo.
““Sí que es perversa.””
Pensó poco antes de buscar los labios de la rubia para encontrarlos en un beso lento, tranquilo y cargado de ternura, dejando que sus lenguas se entrelazaran juguetonamente.
Usui terminó por despojarse del resto de sus ropas; recostó a Anna nuevamente sobre el futon y se posó encima de ella.
La contempló con impecable atención.
Era tan bella y él la había extrañado tanto, que aun le resultaba increíble que ella estuviese aquí, con él. . . a un paso de unir sus cuerpos una vez más y hacer el amor. . . como tanto lo habían ansiado.
* Te amo, Anna. *
El peliazul entrelazó sus manos con las de la itako, quien le sonreía con el mismo sentimiento que él acababa de expresar con palabras.
Se besaron una vez más, mientras Horo Horo se acomodaba entre las piernas de la sacerdotisa.
Apenas tuvo la punta de su pene en la entrada de la intimidad de la rubia, la embistió tres veces continuas, que fueron suficientes para que la totalidad de su hombría estuviese clavada hasta el fondo del sexo de Anna.
Ella gimió, arqueando la espalda. Con la primera embestida del ainu, sintió la punta de su pene, haciéndola suspirar, en la segunda, él se deslizó suavemente fuera de ella tan solo para enterarse un poco más adentro, haciéndola jadear. Y con la última volvió a retroceder en su avance, tomando impulso para finalmente hundirse por completo en ella, haciéndola gritar de placer.
* Ahh, esperé tanto por esto. *
Susurró la itako, aferrándose al futon pues el mecer de las caderas de su Horokeu se volvió fuerte e intenso, casi salvaje.
El shaman de hielo parecía insaciable e incansable, no paraba un solo segundo, y metía y sacaba su espina de la vagina de la rubia, gruñendo de placer con la delicada, pero excitante, caricia que la piel interna de la chica le regalaba cada vez que su miembro se deslizaba fuera de ella.
* Oh, no pares, Horokeu. *
Anna mantenía los ojos cerrados, disfrutando el gozo que abrazaba su sexo; moviéndose al ritmo de las fuertes estocadas que le daba su amante, quien la sostenía por las caderas para tomar impulso y penetrarla con más fuerza y profundidad.
Kyouyama quería que nunca terminara esto, más su cuerpo reaccionó al pedazo de carne que se enterraba una y otra vez en ella, en un ciclo de placer agotador.
Sintió como su vagina se volvía más sensible y como un pequeño cosquilleo terminó convirtiéndose en un dulce e insoportable orgasmo que la hizo gritar de gozo.
Los músculos de su sexo se contraían, apretando con fuerza el miembro del ainu, tratando de hacerlo derramar el semen dentro suyo.
* Ahh, ahhh, amor. . . *
La sacerdotisa se aferró a su amante, clavándole las uñas en su espalda.
A esas alturas, el shaman de hielo ya no pudo más y tan solo pudo penetrar a su compañera unas cuantas veces más antes de detenerse en seco. Sus desteñidas pupilas se contrajeron cuando el orgasmo llegó a él y su pene comenzó a lanzar su esencia dentro de la mujer, quien al sentir ese liquido caliente que la quemaba exquisitamente, tuvo un pequeño orgasmo que la dejó ya sin fuerzas.
Se besaron agitados, ella sobre él, llenando de besos su atractivo rostro y luego los marcados músculos de su tórax.
Después simplemente recargó la cabeza sobre el pecho de su amado, escuchando los latidos de su corazón, que se volvían más tranquilos poco a poco.
* Ahora si vas a decirme, ¿por qué me alejaste de tu lado?. *
*Lo siento, yo... no quería que renunciaras a todo solo por mi.*
Fue hasta entonces que el shaman comprendió todo. ¿Cómo pudo ser tan ciego?.
Ella se había hecho a un lado creyendo que le estaba haciendo un bien a él.
* Tonta. * _Le dijo él, acariciando sus dorados cabellos._ * No pretendo olvidarme de mis sueños. *
* Pero tu dijiste que ya nada más te importaba, solo. . . *
* Tu. *
El peliazul terminó la frase que él mismo interrumpió, recordando perfectamente todas y cada una de sus palabras.
Y es que él mismo tuvo mucha culpa en todo esto, pudo ser más claro en lo que decía, además, hizo a un lado sus objetivos, si pero no porque renunciase a ellos, solo quería pasar el mayor tiempo posible con Anna, solo eso. . .
* Quiero alcanzar mis sueños. . . contigo a mi lado. *
La itako sonrió sin mirarlo, solo se acomodó un poco mejor sobre el musculoso pecho de su compañero.
¿Cómo describir la felicidad que los llenaba en ese momento?.
Simplemente no había palabras suficientes para ello, por eso, permanecieron en silencio sin poder decir nada más, tan solo disfrutando de este momento. . . el momento de plenitud de su amor.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
LEMON, LEMON, LEMON y... AMOR.
Un capítulo muy breve pero que refleja todo lo que estos dos amantes tenían que expresarse.
¿No les ha pasado que al querer a alguien, descuidan muchas cosas e incluso a otros seres queridos, por ese alguien?. El amor nos vuelve ciegos y sordos.
Y después de tanto sexo con mucho amor, les digo que el siguiente capítulo es el final.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 10 ||