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Ella Es... _C4_

Ella es... _C4_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 4: “Tiempo compartido” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Tomaban un baño juntos en el jacuzzi y él acariciaba su bello cuerpo por debajo del agua.

 Horo Horo no paraba de besarla; creía que después de aquella noche, Anna ya no querría absolutamente nada con él, y sin embargo, aquí estaban ahora, acariciándose mutuamente mientras el agua se mecía en un sutil oleaje que los relajaba y excitaba al mismo tiempo.

 Entonces, la rubia dejó de ser pasiva y en un inesperado movimiento, se sentó sobre las caderas del peliazul, quién la miraba embelesado y con satisfacción.

  ““Me preguntó. . . ¿por qué será tan posesiva?, y. . . si lo ha sido con otros hombres o solo conmigo?.””

  Pensaba el muchacho.

Y hubiese seguido divagando un poco más en su relación con la chica, si esta no hubiese comenzado a lamer y morder suavemente su oreja izquierda.

  * Estás muy distraído, ¿en qué piensas?. *

 Anna le susurró al oído, haciéndolo estremecer con su cálido aliento.

En ese momento, Horo no se pudo controlar, estrechó firmemente a la rubia y acercando su boca, mordió la blanca piel del cuello de su amante. Con pasión, con verdadero frenesí, obligándola a gemir agradada, sorprendida y excitada.

  * En ti, solo en ti. *

 Le dijo él entre besos; sus grandes y ásperas manos recorriendo la delicada piel de la mujer, hasta aquel par de dibujos que iniciaban al terminar su espalda; apretando las generosas porciones de carne.

Y sus labios, ah, sus labios, que ya habían abandonado su cuello y se posaban ahora en el seno derecho de una Anna que gimió placenteramente al sentir como el muchacho mordía y succionaba de su duro pezón, como pequeño niño amamantando para extraer su alimento, más este era ya un hombre, quien solo alimentaba su deseo, la lujuria.

 La rubia arqueó la espalda, echando hacia atrás la cabeza, haciendo más fácil la labor de su compañero, que alternaba entre un pecho y otro, saboreando el sabor de la lechosa piel y disfrutando de los gemidos que Anna le regalaba.

 Horokeu se mantuvo entretenido por largo rato, besando y lamiendo, suave y tiernamente con tranquilidad, cada uno de los senos de la rubia y, también, mordiendo y succionando con desesperación, complaciendo a su compañera y por supuesto a si mismo.

Sus manos palpando, recorriendo cada fina curva de tan bello cuerpo, aquel que él tanto amaba. La miró a los ojos, ¡qué bella expresión la de Anna!. . . suplicante y llena de placer.

  Una idea le vino a la mente, haciéndolo sonreír con malicia.

Sin mediar palabras, tomó a la chica por las caderas, sentándola al borde del jacuzzi.

  * ¿Qué pretendes, hombre?. *

 Preguntó ella, con voz cómplice, fingiendo inocencia, mientras se recargaba sobre el húmedo y frío azulejo.

  * Tan solo algo que sé que te gustará. *

 Un leve escalofrío recorrió la espalda de la Kyouyama al oír las palabras de su compañero.

Sonrió ansiosa y se entregó a los brazos de este hombre.

 Horo Horo no tardó en acariciar las rodillas de la chica sentada frente a él, separando luego las sensuales piernas para descubrir la intimidad de la joven.

Y ahí estaba Anna, respirando agitada de solo ver como su amante la observaba con detenimiento; había admiración en sus oscuros ojos, sin mencionar la lujuria y la pasión.

 La mujer vio atentamente como el muchacho escondía la cabeza entre sus piernas. Luego, un pequeño choque eléctrico la recorrió entera. El sentir como Horokeu clavaba dulcemente esa traviesa lengua en su intimidad, recorriéndola con paciencia, lamiéndola entera, separando cuidadosamente los pliegues para poder disfrutar más de ella. . era hermoso.

  * Ahhh, Ho-Horo Horo. . . *

 La rubia hubiese querido alargar aquel gemido, pero esos labios aprisionando su clítoris, casi la hicieron desmayarse. No sabía que Usui fuese tan apasionado.

  ““¿Será así solo conmigo?.””

 Se preguntaba, recordando que le había conocido como tres novias. . . Marion, otra lunática pelirroja cuyo nombre no podía recordar y Tamao, ah, la dulce Tamao, ¿cómo olvidarla?, si la detestaba.

Jamás supo por qué, pero nunca le agradó encontrarse con ella en la casa de los hermanos Usui, lo cual era muy frecuente.

Más ahora comprendía la razón. . . estaba celosa. Porque esa mujer era muy melosa y Horokeu había dejado de mirarla a ella.

  ““Pero ahora. . .””

 Anna sacudió suavemente la cabeza.

¿Para que recordar cosas que habían sucedido varios años atrás?. Horokeu era suyo ahora, todo suyo y solo tenía ojos para ella, la miraba a ella, solo a ella.

  Así, el cuerpo de la mujer se relajó, disfrutando la forma en que el muchacho deslizaba su lengua, acariciando con insistencia el botoncito que coronaba la entrada de su sexo.

  * Aahh, mmm. . . *

 Horo estaba satisfecho de oírla gemir de forma tan sensual, cosa que lo incitaba a continuar. Más pronto, los bocados que daba al sensible sexo de la chica, se volvieron más desesperados.

Horo Horo estaba hambriento de ella y quería disfrutarla al máximo una y otra vez.

Succionó el clítoris de la rubia, sintiendo como esta se retorcía agradecida por ello, pues pequeñas convulsiones de placer la habían recorrido al sentir el orgasmo.

  * Horokeu. . . eres perverso. *

 Anna casi le gritó, arqueando la espalda y echando la cabeza hacia atrás, posando las manos sobre los azulados cabellos de su amante, intentando retenerlo entre sus piernas, que siguiera prodigándole placer.

  Cansada, Anna se dejó caer sobre las tibias aguas de la bañera, siendo recibida entre los fuertes brazos del peliazul, quien la llenó de besos y caricias.

  * No sabes... *   _Le hablaba entre besos._   * cuánto te amo, Anna. Eres, eres... *   _Muchas palabras iban y venían en su mente, pero solo dos pudieron describirla en ese momento..._   * ¡Exquisitamente perfecta!. *

  Anna no sabía que tenía este hombre, que la estaba volviendo adicta a él.

Entonces, deslizó sus suaves manos, tocando cada músculo, cada rincón de aquel cuerpo, inmenso en comparación con el de ella.

Posando sus dulces labios en su perfecto torso, mientras sus manos, ansiosas, no perdían tiempo y ya se encontraban rodeando el pene del muchacho, sintiendo su dureza, su fuerza, la caliente piel que parecía vibrar con cada roce de tan bella dama. . . su vitalidad y, por supuesto, sus ansias por entrar en ella.

 Más Kyouyama quiso esperar un poco. Quería hacerlo vibrar, que suspirase las cuatro letras de su nombre y lo hizo. . . la ceda de sus manos lo acariciaban con paciencia, disfrutando de la dureza que ella misma había provocado.

Lo seguía palpando, de arriba a abajo y viceversa, descubriendo la punta del pene, cubierta por la delgada piel, mientras ambos compartían pequeños besos.

  * A-Anna. . . *

 La chica sonrió con malicia al escuchar a su amante gemir entre sus labios; quizás ya lo había torturado suficiente.

Así, subiendo su pierna derecha a la altura de la cadera del muchacho, sujetó firmemente el miembro del peliazul y lo guio con tranquilidad a la entrada de su vagina.

Rodeando el cuello de Horo Horo, liberó por fin aquel pene de la prisión que sus manos ejercían en él.

Horo, al sentir los suaves pliegues del sexo de su amada, deslizó la punta de su virilidad por toda la parte externa de la abertura, con lo que Anna soltó un gemido cargado de placer, directo al oído de su compañero.

  * Supongo que ya podemos continuar. *

 Dicho esto, el joven sostuvo la cintura de la chica con sus grandes manos, preparándose para entrar en ella.

Empujo suave, tranquilo, pero firme y constante. Cada vez sus embestidas eran más profundas, con cada centímetro que él se adentraba en ella, la rubia gemía más y más, entregada por completo al placer.

 El sutil oleaje provocado por sus cuerpos en movimiento, relajaba a los amantes, regalándoles un gozo extra.

  * Ahh, Horokeu, jamás te detengas. *

  Le dijo Anna.

Algo en esas palabras hizo que el corazón del peliazul latiera con mayor fuerza, mientras compartían cortos besos al tiempo en que  sus caderas subían y bajaban en una danza de lujuria y amor.

 Para el muchacho, era simplemente el paraíso, su nube personal de la que se negaba a bajar jamás.

Anna entre sus brazos, él dentro de ella. El ritmo era suave, tranquilo, pero profundo y apasionado, siempre manteniendo un beso igualmente tranquilo, tratando de prolongar esto.

No importaba que esto no fuese alocadamente rápido, igual era delicioso el roce con la suave piel interna de la joven mujer, que abrazaba y apretaba su espina.    Dios!!. . . era el delirio.

 Pronto, roncos gemidos escaparon de labios de Horo Horo; abrió los ojos, encontrándose con la inigualable imagen de la rubia, quien respiraba agitada, su lindo rostro matizado en rojo y sus ojos entrecerrados, completamente indefensa ante los choques eléctricos de placer que la recorrían entera.

  * Oh, Horokeu!!. . . *

 Alcanzó a decir, abrazándose del muchacho, meciendo sus caderas un poco más, hasta que un cosquilleo terminó en una ruptura de placenteras sensaciones.

La vagina de Anna se contraía, apretando con suave ternura el pene del hombre que la poseía, queriendo no solo retenerlo dentro suyo, sino también hacerlo derramar su esperma, exprimiéndolo.

 Horo Horo no pudo más; rodeó la estrecha cintura de Kyouyama, buscando sus labios para besarla con hambre, hambre de ella, de su perfecto cuerpo, de su amor. . . jadeó entre los labios de Anna, sin atreverse a romper el beso, entonces liberó el semen retenido y que era para ella, solo para ella.

Siguieron meciéndose suave y tranquilamente, cómo un pequeño juego para relajarse, tan solo para eso, además de que aun les producía cierto placer.

  * ¿Nunca te cansas?. *

 Preguntó la rubia, regalando pequeños y dulces besos en todo el rostro de su amante peliazul.

  * No contigo, amor. . . no contigo. *

* Ja, ja, ja. . . tonto, enamorado. *

 Horo la miraba embelesado; la amaba loca e irremediablemente.

Buscó nuevamente sus pequeños labios, ansioso por perder la razón en ellos. . .  más el repentino y persistente sonido del celular, los interrumpió.

Exasperado, el muchacho salió de las cálidas aguas del jacuzzi.

  * ¡Maldición!. *

  Anna se sonrojó ligeramente, mientras admiraba la perfecta desnudez de ese hombre. Ella simplemente no podía negar que él le hacia sentir. . . tantas cosas.

Y lo miraba fijamente, mientras intercambiaba unas cuantas palabras con. . . sabrá dios quién. . .

  * Sí, nos vemos. . . *

 Horo Horo terminó por colgar, más sonaba preocupado, resignado.

  * ¿Pasa lago?. *

 El peliazul solo cruzó la mirada con la de la rubia, terminando por decir un par de palabras, que le dolieron en verdad.

  * Debo irme !. *

   Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Me encanta, sexo y amor ^^’.  Aunque creo que no he hablado mucho de los sentimientos de Anna ¬¬’.

Pero fue gracioso hacer una pequeña mención de las novias del peliazul y de como la rubia se sentía celosa, aunque se lo negase a sí misma . . lastima que no profundizare ese tema T-T.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 03 de Julio de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

   || Capítulo 5 ||


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4 years ago

Fuga de amor

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Anime: Digimon Tamers

Rating: M

Pareja: Ryo & Ruki

Sinopsis: Después de tantos problemas, por fin estaban aquí, a solas y ansiosos por hacer el amor, aunque ninguno de los dos llegó a imaginar que tendrían que fugarse para estar juntos.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Se besaban con tremenda pasión, como si nunca antes lo hubiesen hecho, o como si fuese la última vez.

El hombre recorría la suave piel de su novia, ¡que delicia!; su delgada y frágil figura yacía entre sus brazos, desnuda. . .

  * Esperé tanto por esto. *

 Le susurró al oído, mientras la estrechaba con fuerza; saboreando sus dulces labios, aspirando ese exquisito aroma suyo.

 Después de tantos problemas, por fin estaban aquí, a solas, ansiosos por hacer el amor aunque para esto. . . tuvieron que huir.

  La madre de Ruki se oponía a la relación de los muchachos, no por ser Ryo el pretendiente, sino más bien porque su hija era aun muy joven; en realidad, no quería que cometiera su mismo error.

Con el padre de Akiyama no había problema, pero dada la situación, los enamorados no tuvieron más remedio que fugarse.

   * ¡ Ryo !... *

  De pronto, el nombre de su amado surgió en un suspiro al sentirlo posar sus grandes manos sobre cada uno de sus senos, haciéndola olvidarse de todos los líos por los que tuvieron que pasar para poder estar juntos.

  * ¿Te arrepientes de esto?. *

  El moreno dejó entrever una sutil sonrisa, pareciera que sabía exactamente que era lo que Ruki estaba pensando en esos momentos.

Ella solo negó con la cabeza, su rostro envuelto en rojo por la vergüenza y, claro, por el calor. . .

La mirada de Ryo parecía distante, sabía que esto debió haber sido de otra forma, pero. . .

  * Yo solo quiero estar junto a ti. *

  Le dijo ella.

Bueno, al menos esa era una buena razón para haber escapado de casa y decidir vivir junto a Ryo Akiyama.

  * Y. . . ¿tú?. *

  El tamer la tomó en un nuevo beso, apasionado.

  * Yo?. . . el robarte fue la mejor decisión que he tomado en mi vida. *

  Y hablaba en serio. De no haberlo hecho se habría arrepentido por siempre.

Con este pensamiento, se dio a la tarea de deleitarse recorriendo las finas curvas de aquel cuerpo. La sentía maravillosa, su piel era blanca y suave; su figura de mujer era fresca, con anchas caderas, senos medianos, ni grandes ni pequeños. . .

  ““Simplemente perfectos.””

 Pensaba el moreno.

Claro, Ruki era una mujer que comenzaba a florecer. . . y la amaba. Por eso tomó aquella decisión, por eso se metió en este embrollo, y por eso era tan feliz.

  Ahora, Ryo era mucho más alto, la joven apenas le llegaba a la altura del pecho, por lo que él tenía que inclinarse para besarla.

Y eso era algo que le agradaba, porque sentía que podía formar una prisión para no dejarla escapar.

 Así, besaba y mordía suavemente el cuello de la pelirroja, haciéndola gemir y poco después reír nerviosamente.

  * Me haces cosquillas. *

 Ruki se apartó levemente, pudiendo contemplarlo con más libertad.

¡ Que hombre tan apuesto !, con esa piel bronceada, su blanca y perfecta sonrisa y esos chispeantes ojos azules; su cuerpo eran un montón de músculos, músculos que la rodeaban con suavidad y delicadeza, como si fuese a romperse.

  Sus miradas se cruzaron entonces, comprendiendo que no podrían esperar más.

Akiyama la tomó entre sus brazos, cargándola hasta acostarla sobre el amplia cama de la habitación. Y suavemente dejó caer su cuerpo sobre el de la mujer.

Poco tardaron en desnudarse.

  * Que linda eres. *

  Le dijo, tomando su lindo rostro entre su manos; sus ojos maravillados por la hermosa imagen de Ruki al natural, para él.

Se miraban con ansias, con pasión y deseo. . . con verdadero amor.

  Y la besó nuevamente, permitiendo que sus lenguas se entrelazaran, ya no podía postergarlo más; era la primera vez que el tamer legendario se desesperaba por una mujer, claro que. . .

  ““Ruki no es cualquier mujer.””

Pensaba el castaño al tiempo que esculpía la figura femenina con sus hábiles y expertas manos.

 Sí, había estado con muchas mujeres, pero ninguna como la reina de hielo, a ella la deseó desde temprana edad y ahora. . . a pesar de que Ruki era tan solo una joven, podía tenerla para él, solo para él.

 Ansioso y excitado, palpó los senos de su pareja.

  * Ryo, eres un hentai. *

  El rostro de la chica ardía en matices rojos. Él la miró sin dejar de amasar sus deliciosos encantos.

Pervertido?, ¿él?, ja !. . .

  *¿Quieres que me comporte como un verdadero hentai?, bien.*

 Apenas dijo esto, Ryo se aventuró a recorrer los pechos de la chica con sus labios, logrando que la pelirroja emitiera varios gemidos mientras lamía los contornos de aquel par de esferas, mordiendo de vez en cuando las rosadas aureolas que las coronaban.

  * Ryo, ohh. . . . Ryo !. *

 El aludido sonrió, aun concentrado en degustar este manjar que los hombres tanto disfrutan.

 Ella estaba desesperada, sofocada.

Enredó sus dedos en el rebelde cabello del que, a partir de ahora, sería su amante, mientras arqueaba la espalda ya totalmente intranquila.

 Ya pasado un rato, Akiyama liberó los senos femeninos de sus insaciables labios.

La miró realmente divertido, mostrando esa sonrisa tan suya… ¡que descarado!.

  * Por tus jadeos, supongo que te gustó. *

* Baka. *

  Apenas tuvieron aquel pequeño cruce de palabras, nuevamente unieron sus labios. Deseosos por sentir el sabor el uno del otro. Se arrodillaron sobre la cama, rompiendo el beso para admirarse mutuamente, solo querían disfrutar al máximo de esto y grabarse cada detalle de esta noche, ya que a partir de ahora vivirían sus vidas como ellos lo habían decidido, aun en contra de los demás; como una verdadera pareja.

  Aquellos ojos azules recorrieron, lujuriosos, la frágil figura de la chica, deleitándose con la hermosa imagen.

Más Ruki no se quedó atrás; el violeta de sus ojos admiró cada apetecible músculo del varón, además de saborearse los labios al contemplar el ya erecto pene del muchacho.

Lo pensó un par de segundos antes de aventurarse a probar aquel pedazo de carne. . .

  * Oye, oye, Ruki, n-no hace falta qu-que tu. . . *

  Ryo quiso alejarla, no era necesario que hiciese esto, no si ella no se sentía segura, sin embargo, al poco rato se encontraba disfrutando de la dulce caricia que los labios de la pelirroja ejercían sobre su miembro, que se alzaba victorioso al aire, y que desaparecía una y otra vez dentro de la boca de la chica.

  * Lo haces muy bien. *

 Fue lo único que le pudo decir a su joven compañera.

Ruki engullía la espina masculina hasta donde el tamaño de esta le permitía, deslizando su lengua por donde le apetecía, mientras amasaba aquel par de esferas que descansaban debajo del pene del tamer; manteniendo esta delicia por varios minutos.

  * Oh, Ruki, eres maravillosa. *

 La chica sonrió ante las palabras que Ryo le expresaba en medio de la agitación, también estaba atenta a los gemidos que él emitía, guiándose por estos y su instinto para hacer gozar al muchacho.

Sí, ella también podía ser perversa y pervertida con aquel que acariciaba su cabello, como recompensándola por lo bien que lo hacía sentir.

  De pronto, Akiyama la jaló levemente, alejándola de su pene; era un “peligro” que la pelirroja siguiera degustándolo; lo haría derramar su semen. . .

  ““Yo aun tengo otros planes para esta noche.””

Pensó el castaño, quien estrechaba con fuerza a su novia, besándola con tanta pasión, que el simple contacto entre sus labios los hacia jadear.

  Poco a poco la fue recostando sobre la cama, acomodándose encima de ella.

Sus labios recorrieron la piel blanca de la chica, dejando marcas que la hacían suya, luego deslizó los labios hasta los pechos de Ruki, que lanzó un profundo suspiro al sentir como el castaño, entre suaves mordidas y lamidas, devoraba sus senos.

  * Oh, Ryo. *

 Entretenido, el tamer se aferró al pezón izquierdo, acariciándolo insistentemente con su lengua, masajeando con frenesí el otro pecho.

Makino arqueó la espalda entre tanto placer, echando la cabeza hacia atrás.     En ese momento, se entretenía con mirar fijamente el techo, como si estuviese rogando por algo, y sus suaves manos se enredaban en los rebeldes cabellos de su novio, no!!, su amante.

 Y ahí estaba Ruki, con los ojos entrecerrados, ronroneando como un gatito, más de pronto, sus ojos se abrieron con sorpresa, sus violáceas pupilas se contraían por una fuerte sensación que la recorría.

Tan entregada al placer estaba, que francamente no se había dado cuenta del momento en que Ryo deslizó los labios, de sus pechos hasta su sexo.

  * Ryo, espera, me estás volviendo loca. . . *

  Le dijo ella casi gritando, aunque su voz emergía entrecortada al sentir como el moreno acariciaba su clítoris con la lengua.

  En pocos segundos, los gemidos de la pelirroja se escuchaban por toda la habitación, hinchando el orgullo del muchacho, quien ya fuera de sí, succionaba el pequeño botón que coronaba la entrada de su vagina.

También sintió como él deslizaba su dedo medio al interior de su sexo, haciendo que Ruki se aferrara a las sabanas como si quisiera desgarrarlas, mientras apretaba los dientes con fuerza, tratando de prolongar la deliciosa tortura que significaba el cosquilleo que sentía en su hinchado clítoris.

  * Ryo Akiyama, eres un hentaaaiii. . . *

 Le dijo la chica, quien alzó las caderas, entregándole por completo su intimidad para que él la “devorara” con desesperación.

Y pronto, Ruki jadeó agitada, siempre al ritmo de penetración del dedo intruso que Ryo deslizaba con maestría dentro de ella.

  * Mmmm, Ryooo !!. *

 La mujer gimió agradada con las sensaciones que su cuerpo recién conocía, y aun más al experimentar como su vagina se contraía, apretando suavemente el dedo del moreno; un orgasmo la había envuelto con el dulce y necesario placer que solo este podía regalarle.

  Akiyama la contempló con lujuria en los ojos, Ruki respiraba cansada, más esto aun no terminaba, la iba a hacer gritar su nombre.

Una traviesa sonrisa atravesó el rostro del castaño; nunca estuvo tan entusiasmado al acostarse con una mujer.

  ““Es que mi pelirroja no es como las demás. . .””_   Pensaba el tamer, recordando que la chica era muy especial para él._  ““La amo.””

  Con esto en mente, la abrazó con fuerza, pegando sus cuerpos bañados en sudor, y le encantó sentir como el corazón de la chica latía casi desesperado, así como el suyo propio.

  * Eres linda, la más hermosa de todas. *

 Se escuchó decir al muchacho, que sostenía el rostro de su amante con ambas manos y se daba a la tarea de llenarla de besos; no hubo un solo fragmento de su linda cara donde Ryo no hubiese tatuado un beso suyo.

Ella por su parte, permanecía casi inmóvil, deleitándose con las atenciones del moreno, que, entre beso y beso, ya se había acomodado entre las piernas de la joven, deslizando suavemente la punta de su duro pene en la entrada de la vagina de la pelirroja, quien solo atinaba a gemir ante la deliciosa fricción entre ambos sexos.

Más esto, por muy placentero ya no le era suficiente a la excitada mujer.

  * Ay, ya, Ryo. . . no me tortures más, por favor. *

  Akiyama dibujó una traviesa y lujuriosa sonrisa, las palabras de Ruki no hacían más que encenderlo más; y él, que también deseoso de sentirla estaba, la miraba fijamente al tiempo que deslizaba lentamente su miembro, enterrándolo en la húmeda vagina de una Ruki que gritó de gusto al sentirlo dentro suyo.

 Makino formó un arco con su espalda, alzando las caderas, permitiendo así que la hombría del moreno se adentrara un poco más en ella.

  * Oh, Ryo, te amo tanto. *

 Las palabras de la chica formaron un susurro, susurro que vino acompañado por las necias lagrimas que se deslizaban por las ardientes mejillas de la tamer, que se aferró al cuerpo del castaño como si en ello se le fuese la vida.

Algo se rompió dentro de ella y ni el dolor que le causó al muchacho al enterrarle sus filosas uñas en la espalda podría compararse con el de la chica al ser penetrada por primera vez.

 Ryo detuvo su avance, esperando que su novia se acostumbrase a su miembro, intruso de un tamaño considerable en su intimidad.

Sus azulados ojos la miraban con preocupación, no quiso lastimarla, sabía perfectamente que sería el primero. . .

  ““Y quizás el único.””

Pensaba, completamente seguro de que su gatita salvaje no era una más de las mujeres que hubieron en su vida. No, ella es distinta.

  ““A ella la amo.””

Con este pensamiento, Ryo dejó que sus caderas se mecieran suave y lentamente, con lo que Ruki comenzó a regalarle débiles gemidos de gozo.

El dolor se perdió en algún lugar del placer que la envolvió con locura.

  Así, la joven movía las caderas al ritmo que su amante le imponía, mirándolo embelesada.

Que bien se sentía estar así con él, enredado entre sus piernas, balanceándose de adelante hacia atrás y viceversa, penetrándola deliciosamente.

Si la pelirroja había tratado de contenerse en algún momento, ahora gemía con fuerza, deleitando a su hombre.

 Ryo alcanzaba a escuchar las expresiones de placer que le susurraba la chica, aquellas palabras que se apagaban levemente por el esfuerzo.

  Los movimientos que en un principio fueron lentos, suaves y hasta cuidadosos, se volvieron bruscos y rápidos.

  * Oh, Ryo, sigue, sigue. *

 Le rogaba ella, llevada por el placer, completamente llena de felicidad.

Más pronto, la ficción entre los sexos de los amantes hizo que Ruki alcanzara el clímax. . . No pudo más, gimió sonoramente, arqueando la espalda y enterrando las uñas en la morena piel de su compañero.

La vagina de la mujer palpitaba con fuerza y desesperación debido al orgasmo que ahí mismo había nacido y que se expandió hasta el rincón más escondido de su cuerpo.

Mientras que Akiyama, al sentir como su miembro era apretado con fuerza por la suave y cálida piel interna de la pelirroja, no pudo más que penetrarla un par de veces más antes de dejar escapar un liquido blanquizco, su semen.

  * Ru-Ruki e-eso fue maravilloso, realmente in-intenso, ah. . . *

  El, moreno jadeaba por el cansancio, aun eyaculando en la intimidad de la joven.

Poco después separaron sus cuerpos, descansando en la cama, abrazándose con suavidad.

 Makino suspiró cansada, ahora que su mente estaba libre del deseo, pensaba seriamente en su situación actual y sonrió. . . con un extraña mezcla de felicidad y diversión. Se abrazó un poco más a Ryo, escondiendo su rostro adornado en rojo en el pecho musculoso del muchacho.

  * ¿De qué te ríes?. *

* Recordaba. . . que nos escapamos. *

  El muchacho le devolvió la sonrisa, acariciando el suave cabello de su ahora cómplice y mujer.

  * Lo pensé muchas veces e incluso. . . dudé en hacerlo. Tenía miedo de que lo nuestro no resultase y termináramos separados, como pasó con mis padres. *

 *No te prometo amor eterno, porque no conozco el mañana. Pero, Ruki, yo sinceramente quiero estar así, siempre contigo.*

  Las palabras del joven fueron tan solo un susurro en el cual se notaba la nostalgia que traía consigo su varonil voz.

Y es que ninguno de los dos llegó a imaginar que terminarían de esta forma, quizá alguna vez pensaron que llegarían a estar juntos, pero. . . en fugarse, ¡ jamás !.

  * Gracias por esto, Ryo. *

  Apenas dijo esto, la pelirroja se dejó envolver por el sueño, dejando al castaño completamente confundido con sus palabras.

Más ella, con una sonrisa en los labios, pretendía disfrutar del aquí y el ahora haciendo de lado todos los temores que su madre se había encargado de sembrar en su corazón.

  Ruki no sabía si su relación con el tamer legendario se acabaría en algún futuro, pero, eso era algo que ahora. . . simplemente no importaba.

   Totalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Como que hubo muchos besos, ¿no?.

Pues por fin un fic que quise escribir desde hace más o menos dos años, el primero de Tamers que pude escribir, más no el último.

Los reyes digimon, una pareja que no se comporta como tal y que sin embargo, tuvo muchos momentos propios y de ahí, mi interés por escribir este fic.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 22 de Abril de 2005. 

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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4 years ago

Es como volver a empezar _C3_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 3: “Durmiendo tranquila en brazos del ainu” ::.

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.

Su corazón pareció detenerse por un segundo cuando los labios de la itako encontraron los suyos, más luego ya no estaba muy seguro de lo que pasaba.

Su lengua penetró en la boca de Anna hasta encontrar la lengua de ésta y jugar a entrelazarse una y otra vez; sus manos se aferraron a la cintura de la rubia, y de vez en cuando acariciaba su espalda.

  ““Era la esposa de Yoh, la mujer que él tanto quería y que yo detestaba… no debo seguir.””

Eran los desordenados pensamientos que agobiaban al shaman, pensamientos que de nada sirvieron, pues sus labios se aferraron a seguir unidos a los de la sacerdotisa; además, sentir como las suaves manos de la itako acariciaban su rostro y su pecho, sin mencionar los débiles jadeos que de la boca de ella escapaban, lo volvieron loco de deseo.

 Su exquisito aroma lo relajaba y al mismo tiempo lo invitaba a seguir.

  ““Quiero estar con ella.””

 Sí, no podía mentirse a si mismo, mucho menos con el vestido mal puesto de Anna y él habiendo perdido la camisa.

  Escondió el rostro entre el cuello y el hombro de la sacerdotisa, mientras sus manos, presurosas, se deshacían de la vestimenta de la mujer, esto claro, sin perder la oportunidad de recorrer las largas piernas femeninas.

Las pequeñas manos de la rubia se enredaron juguetonas en el cabello del ainu, perdiéndose en el azul sin dejar de acariciarlo con un poco de desesperación, y reteniéndolo ahí, recargado sobre su hombro.

  Quemaba, un calor agradable que la obligaba a respirar agitadamente.

  ““No puedo… Yoh… Horo Horo, yo...””

 Sus ideas eran un verdadero caos.

Al estar con Horo, no podía evitar recordar a su esposo y que el peliazul fue su amigo, amigo con el que ahora se estaba abrazando, besando… quiso detenerse, separando sus labios de los del shaman del norte, pero al hacerlo inevitablemente se miraron el uno al otro. Fue como si el tiempo se hubiese detenido; en ese momento, descubrieron las emociones, dudas y sentimientos que cada uno experimentaba.

 * Anna… yo no sé, no comprendo… *

 Lo escuchó decir, con ese apuesto rostro tan cerca del suyo; lo sintió acariciarle las mejillas de forma tan suave que la tensión desapareció, más aun con el cálido aliento del shaman chocando con su rostro, tranquilizándola.

Volvieron a unirse en un beso más tranquilo, lento y profundo.

 El joven se dedicó a guiar sus ansiosos labios por todo el cuerpo femenino, abandonando la dulce boca de la itako y recorriendo el cuello de la misma, sus hombros… haciéndola temblar.

 * Eres hermosa… muy hermosa, demasiado. *

  Fue un halago del que la rubia no tuvo mucho tiempo de disfrutar pues los labios del ainu se habían posado sobre uno de sus senos.

Un corto y repentino beso que le erizó la piel, seguido de la exquisita sensación de sus pechos siendo recorridos por la legua del shaman.

Intensos gemidos se le escaparon de la boca, haciendo que el silencio en la habitación se interrumpiera; eran las voces de ambos, entre jadeos, las que resonaban no solo en la habitación sino en toda la casa, esa casa que durante las noches se mantenía en absoluto silencio, y ahora se llenaba con los sonidos agitados de dos amantes improvisados.

 Entregándose por completo a las disposiciones del muchacho, Anna solo se dejaba hacer sin esperar que los labios de Horo viajasen de sus senos hasta su entrepierna; fue un movimiento tan rápido e inesperado, que la mujer solo abrió desmesuradamente los ojos a causa de la sorpresa; el peliazul había hundido el rostro entre sus piernas, degustando la intimidad de la itako.

  * ¿Qué, qué haces?… ¡ detente !… *

  Anna quiso alejar de su cuerpo al joven, pero la fuerza se escapó de su cuerpo, terminando por rendirse ante la intensa excitación que esto le provocaba.

La lengua de Horo, que se adentraba en su vagina, logrando que esta se humedeciera una cada vez más. Por otra parte, el muchacho se aferraba a continuar, su rostro envuelto en rojo, esto era lo más atrevido que había hecho en la vida y era excitante, agradable… delicioso.

 Hace mucho tiempo no hubiese imaginado tener la cabeza entre las piernas de Kyouyama… jamás. Pero agradecía al cielo el poder hacerlo ahora.

Casi aferrado al clítoris de la chica, lamió y succionó el pequeño botón femenino, arrancándole gemidos y suspiros de placer a la rubia, que temblaba sofocada entre los tantos orgasmos que el peliazul le provocaba.

 Sus movimientos eran tan intensos, incluso lo sintió succionar y morder suavemente ese pequeño botoncito fuente de placer; era normal que se retorciera ante los incontrolables deseos de su compañero y rendirse a un orgasmo más.

  * Ho-Horo Horo, ya... *

 Las palabras de Anna se atoraban en su pecho, no podía jalar aire, estaba tan agitada.

Entonces, el shaman se incorporó ligeramente tan solo para poder observar complacido el cuerpo de la itako, ese lindo cuerpo desnudo y a su entera disposición.

Pasó la lengua por sus labios, degustando aun de los líquidos de la joven rubia.

  Horo dejó que su cuerpo se acomodase encima de su amante para luego besarla con furor, con gran deseo, mientras ella le devolvía la caricia que recibía.

Se sentía tan cansada, por eso le pidió que se detuviera, se sentía como si fuese su primera vez, algo un tanto comprensible considerando que hace más de un año que no tiene un encuentro sexual.

Desde que Yoh se fue, ella estaba demasiado triste como para pensar en eso, ni siquiera la idea de satisfacerse a si misma le cruzó la mente en todo ese tiempo, mucho menos la de pasar la noche con otro hombre.

 Kyouyama se sonrojó ampliamente mientras sus ojos se posaban en los del peliazul, se sentía insegura, no sabía que hacer o que decir, se quedó inmóvil, era como si hubiese perdido la práctica y de hecho… así era.

  * Si no quieres seguir… lo entiendo. *

  Incluso después de escuchar la voz del ainu, solo atinó a bajar la mirada.

  * No es que no quiera, es solo que… todo ha sido tan repentino, tan irónico… *

  Horo Horo sonrió ligeramente con las sinceras palabras de la sacerdotisa.     Él se sentía igual, tan inseguro, aun preguntándose como podía estar con esta mujer que años atrás le provocaba miedo, sin mencionar que no tenía ningún tipo de interés por ella, y ahora… estaba apunto de hacerle el amor.

 El shaman hizo a un lado todos esos pensamientos, dejando que sus manos se dedicasen nuevamente a recorrer la pálida piel de la itako, viajando por la totalidad de aquel cuerpo hasta detenerse entre las piernas de la joven, introduciendo su dedo medio en la vagina, logrando que Anna se retorciera de placer, más trató de calmar las ansias que la quemaban, permitiendo que Horo Horo la estimulase de es amanera, metiendo y sacando el dedo de su cuerpo, en un ciclo que la hizo gemir ya sin reserva.

 Anna separó un poco más sus piernas, permitiéndole a su amante una mayor libertad para penetrarla así.

Se aferró al cuello del shaman de hielo al ser presa de una nueva oleada de placenteras sensaciones; sentía como su vagina se contraía aun después de que el dedo del peliazul saliese de su intimidad.

  * Eres un ecchi… un adorable ecchi, hentai. *

  Le dijo la itako, entre besos apasionados y ligeros jadeos.

La mujer dejó que una sonrisa se diera en medio de aquel beso mientras sentía como Horo Horo se acomodaba entre sus piernas, con el pene erecto apuntando hacia su sexo.

 Lo sintió deslizarse tranquila y cuidadosamente hacia adentro.

Los primeros roces los hicieron gemir deseosos, tanto que tuvieron que romper el beso para poder jalar aire y continuar con la unión de sus cuerpos.

Con avance lento, tranquilo, pero en extremo placentero, el ainu experimentaba la pasión que esta mujer era capaz de desbordar.

 Tan sexy, tan despampánate, tan intensa… tan Anna.

Ahora que ella esta con él, desde esta vez, le esta diciendo que disfruta de su compañía, por eso esta haciendo el amor con él, con el shaman de hielo.

 El peliazul se dejó envolver por los brazos de la rubia, mientras el deslice de su miembro finalmente lo hizo llegar hasta el fondo del cuerpo femenino, después dejó que su pene entrara y saliera una y otra vez.

  * No quiero soltarte. *

  En verdad no quería soltarla, dejarla ir.

La adoraba, la deseaba, no podía, ni quería soltarla, así que se aferró a su estrecha cintura, sujetando firmemente la sutil, pero bien marcada, curva que delineaba su forma de mujer.

 Horo bajó un poco la mirada, encontrándose con ese par de perfectos senos que, con ese danzar al ritmo de sus embestidas, lo incitaban a probarlos nuevamente. Poco tardó en atrapar entre sus labios el pecho izquierdo de la itako; como desesperado, succionó el duro pezón, siendo recompensado con los profundos gemidos que soltaba su amante.

El morbo y la excitación eran ya incontenibles.

   Sin haber dejado de clavarle su espina a la chica, sintió como su miembro recibía magnificas vibraciones producto de las contracciones de la vagina de Anna, que lo aprisionaba dulcemente en su interior, volviéndolo loco de placer.

La ansiedad lo estaba sofocando, sentía que en cualquier momento sucumbiría ante la excitación, pero no deseaba arruinar el momento, quería hacerla gozar, que no dejara de sentirlo.

 Mientras tanto, Kyouyama respiraba cada vez más agitada ante las sensaciones deliciosamente perversas que este shaman le hacia sentir.

Las penetraciones se habían vuelto fuertes y profundas; sintió la llegada del placer, y aun cuando hizo lo posible por soportar un poco más, la sacerdotisa fue atacada por un delicioso orgasmo que la hizo gritar de inmenso gozo, aferrándose al cuerpo del muchacho, dejándole la piel marcada al haber clavado sus uñas en la espalda del ainu.

 Sí, ese fue su clímax, pero el que Horo Horo sacara el pene por completo de su vagina y lo volviese a introducir con fuerza, fue algo que no esperaba sentir, la intensidad y la sorpresa prolongó su orgasmo, dejándola cansada y sin aire.

Ni siquiera tuvo fuerzas para gritar, tan solo dejó que la sensación la llenase hasta agotarla por completo mientras sentía a su vagina contraerse agitadamente, y al shaman que seguía penetrándola un poco más.

 El muchacho apenas tuvo tiempo para acomodarse y penetrar una vez más a la itako, luego cerró los ojos con fuerza al tiempo en que se dejaba caer rendido sobre el cuerpo de la mujer.

Respiraba agitado cerca del rostro de la chica, sus alientos chocaban entre si, hasta que terminaron besándose lenta y tranquilamente, un beso que logró relajarlos.

 * Lo siento. *

  La sacerdotisa no entendió. ¿De qué demonios se estaba disculpando?.

Entonces, Horo Horo la miró con ternura; no pretendía que su semen invadiese su cuerpo, no quiso ser descuidado, pero estaba totalmente entregado y fascinado de tenerla entre sus brazos y solo para él, que, ahh. . .

 La rubia, con expresión seria, tomó el rostro del shaman entre sus manos, acariciando suavemente ese apuesto rostro. Estaba bien, sentir su esencia escurrir entre sus piernas era una sensación verdaderamente excitante, deliciosa.

Permanecieron un rato más sin romper la unión de sus ya cansados cuerpos, hasta que el miembro del peliazul comenzó a reducir su tamaño, regresando a su forma normal.

~*~

~*~

~*~

 Ahora ambos yacen recostados sobre el futon; el ainu justo detrás de ella, la abraza rodeando su cintura, le encanta estrecharla de esa manera, es como si la reclamase como de su propiedad.

Besa su oreja y le susurra algo de vez en cuando, pero ella se siente intranquila, nerviosa.

  * Entonces… ¿te irás mañana?. *

  Era claro el reproche en su hermosa voz.

 Horo Horo la hizo girarse suavemente para recibirla entre sus brazos sin pretender soltarla por el resto de la noche.

Un beso suave y tranquilo, lleno de ternura, fue su intento por tranquilizar a la joven… y lo logró.

  * No, no podría, a menos que… tú así lo quieras. *

  Tan lindas y sinceras palabras no lograron que la expresión de Anna cambiase; el suyo era el mismo hermoso rostro reflejando frialdad.

La itako no dijo nada, solo se acurrucó sobre el pecho desnudo de su compañero mientras cerraba los ojos. Eso fue todo, no había nada más que decir.

 Comprendiendo su silencio, el shaman de hielo, descansa la cabeza sobre el rubio cabello de su amada.

Horo Horo comienza a hacer planes para su futuro, porque ya no se imagina un futuro sin ella. Sin que Anna Kyouyama lo mande o lo obligue a realizar todo el trabajo de la casa, sin que le grite… sin hacerle el amor.

 Anna terminó dormida tranquilamente entre los brazos del shaman, pero él no tiene sueño, le complace contemplar a esa mujer, le produce un sentimiento tan cálido.

 Más repentinamente siente una presencia en la casa…

  * ¡ No puede ser !… *

  Exclama sorprendido, mientras clava los ojos en la puerta de la habitación; allá afuera hay alguien que lo espera.

Por primera vez en la vida no sabe si lo que siente es miedo o enojo, y se pregunta que debe hacer.

Aprieta los dientes con fuerza, pues no importa la razón por la cual el dueño de esta presencia haya venido precisamente ésta noche, no puede ser nada bueno para él. . .

  * O, quizás, para Anna. . . *

  Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Ah, lemon por fin… en mi opinión, este es uno de los pocos escritos en que he realizado una muy buena mezcla de erotismo y romance; ustedes dirán.

Este par tendrá unos cuantos encuentros más adelante, aunque también habrá capítulos que serán más de explicación que de lemon, como el próximo ^^’…

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

             || Capítulo 4 ||


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4 years ago

Rojo mar

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Anime: Gundam Wing

Rating: M

Pareja: Heero & Relena

Sinopsis: Heero no puede sacarse de la cabeza aquellas pesadillas donde Relena yace, sin vida, sobre el rojo de su sangre. La busca, desesperado... quizás estar con ella pueda disipar sus temores.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Paisaje rojo fuerte, ¿hermoso?, el que cubre el extraño lugar.

Llama ardiente y avivada la que nunca se podrá apagar.

Silencio sepulcral el de esta agua que teñida de rojo está...

Expandiéndose efusivamente; oh!, rojo mar.

  Su rostro logro ver entre las flamas que la abrazan protectoramente sin dejar

Que el vital plasma se detenga; oh!, rojo mar.

En medio de su sangre la observo, su tranquila sonrisa ya no está.

Pretendo que mis ojos se hacen ciegos, pero admiran todo con pesar.

  * Ah, maldición!. *

 Casi grito. Despierto bañado en sudor después de una loca pesadilla,

Aquella que mi mente creó mientras dormía.

Desesperante, sí; quizás más que la propia realidad.

Maldigo indignado con aquel escenario que observe antes de sucumbir

Ante el temor de la posible realidad de la visión.

Respirando agitado, imploro en silencio que esto jamás se llegue a cumplir.

  Triste estaría, lo acepto, sí.

Prefiero la muerte a no verla vivir.

Intranquilo, no puedo volver a dormir;

Lo intento sin resultados. Continua el miedo de revivir

Aquella desagradable escena donde no pude interferir.

  Me rindo... imposible intentar descansar.

¿Qué caso tiene si la paso mal?.

Increíble el temor que me inunda. Deseo tanto mirar

esos ojos azules, que me atrapan

dentro de la emoción tranquilizante de poderte tocar.

  Crece y crece la desesperación,

Cual lluvia que cae del cielo al corazón.

No puedo controlar el impulso, te busco.

Intento no parecer dependiente de ti;

Corro apresurado a tu refugio: la habitación a la que tanto envidio,

Por tenerte cautiva mucho más de lo que yo he soñado en mi delirio.

  Golpeo la puerta con autoridad.

Que demonios esperas... ¡abre ya!.

Despeja mis dudas y la ansiedad.

Insisto enfadado, temeroso, no puedo negar

Que el miedo corroe la integridad.

  Sal ya a detener esta locura

De padecer tremenda tortura.

  Se abre la puerta; te puedo ver

Mi ángel de amor; hiciste amanecer.

...Tremenda emoción.

  Me regalas aquella sonrisa que, por ahora,

Se haya cubierta de incertidumbre y curiosidad.

  * Es urgente que hablemos. *

  Te digo de inmediato y un tanto agitado.

Tu expresión me indica que no comprendes absolutamente nada

De esta inesperada visita que te hago.

Más sin embargo me permites el acceso a tu privacidad.

  No puedo perder más el tiempo.

Con delirio es con lo que te toco.

Rozando tus labios, sigo insistiendo.

Este inesperado amor... me vuelve loco.

  Pronto, siento la necesidad de rozar mis labios con algo más que los suyos.

Su cuello en primer lugar...

Suave y sensible, igual... me hace temblar.

Sus hombros, sí; más abajo he de llegar.

  Con grandes expectativas y ansiedad,

Sus senos logro probar.

Deleitándome con la excitante redondez de estos

Y la agradable sensación de su piel... tranquila suavidad.

Se estremece con esto, lo sé bien.

  El rojo en mi memoria se ha borrado.

Cielo santo logro descansar,

Porque al fin estoy a tu lado.

Me despido, oh!, rojo mar.

  Tímidos gemidos emanan de tus labios,

Guiándome desesperados al placer.

Y tomando mi rostro entre tus manos,

Permites que te bese otra vez.

  Ternura y ansiedad es lo que siento.

Mordiendo suavemente tus senos a la vez.

Tremenda locura experimento;

Excitado por tu hermosa desnudez.

  Abrazo aferrado la cintura de mi amante.

Estrujando tu cuerpo con amor.

Lluvia de besos en mi rostro cada instante.

Aumentad este delirio, por favor.

  ¡ Oh, bella mujer que me posees !.

Dejadme poseer a mi también

Este lindo cuerpo que tu tienes.

De igual forma lo deseas, lo sé bien.

  El placer me conduce a tu secreto.

Besando y succionando el manantial;

Lastimarte evitaré, yo lo prometo,

Pero dejadme llegar hasta el final.

  Tu respiración agitada logro escuchar.

Te oigo entusiasmado entre jadeos,

Constantemente mi nombre pronunciar

Al satisfacer tus exigentes deseos.

  Me alejo del bendito paraíso tuyo.

Sentiste un mar de sensaciones a la vez.

Deseas más aun, o al menos eso intuyo.

Me sorprendes, linda niña, con tu gran interés.

  Profanado esos labios tuyos, sabor a miel.

Me rindo ante el desesperado sentir.

Con locas y ardientes caricias sobre tu piel

Que no te amo, no... no puedo mentir.

  Pretendiendo ser tu dueño por esta vez... que loco.

Sin cuenta darme de que todo es viceversa,

Te siento agradecerme las caricias que provoco.

Con dulces besos me haces sufrir... mujer perversa.

  Delirante refugio encuentro entre tus protectores brazos.

Y el adorable aroma de tu piel... el mismo que me embriaga.

Rendido ante el dolor de tus besos tan escasos.

Intento todo por tu placer. ¿Qué más quieres que haga?.

  Incitación, paz... respeto y cariño; siento.

Calidez me da su hermoso cuerpo... belleza total.

Morir y vivir, dolor y placer. Todo por este sentimiento.

Amarnos u odiarnos, continua locura letal.

  Beso desesperado tus senos nevados... excitación.

Imposible separarme de ellos; mi droga eres amor.

Complacido con la perfección de tu cuerpo; siento pasión.

A cada instante te anhelo más... no importa el dolor.

  Tatuando de besos tu cuerpo entero y femenino;

Dejando huella en tu ser cual misión importante.

Señales de que me perteneces. Y aun no termino.

Tan solo mía mujer... mi amada amante.

  Entrecortados sonidos escapan de tus delgados labios.

Te escucho satisfecho; ataco con besos más profundos.

Apagando con estos tus labios... necesito probarlos.

Mirando tus ojos y su agradable misterio... en ellos me hundo.

  Eres bella, más que nadie. Envuelto necesito estar

Entre tus tiernas caricias para feliz permanecer.

Por ello esta frágil figura tuya insisto en probar.

Aquí en la oscuridad. Esperaremos el amanecer.

  Ansias recorren mi cuerpo; beso tus labios con delirio.

Separando cuidadosamente las delicadas piernas que posees.

Dirijo al espina a la entrada de mi amor...

Empujando lentamente, disfrutando el momento. Imploro me desees.

  Porque este loco corazón se revela ante la lógica mía.

Te poseo desesperado, detenerme jamás... oh!, pasión.

Ingresando entusiasmado entre mares de caricias.

Loca noche, loco amor. Te amo... mi corazón.

  Sintiéndote temblar bajo a mi cuerpo, y a este permanecer aferrada.

Confesando palabras y sentimientos entre mil besos.

Ahora estoy dentro tuyo... oh!, mujer amada.

Inseparables ahora somos. El uno por el otro... felizmente presos.

  Consciente a la perfección del recorrido de la espina a la rosa.

Cosquillas dentro de ambos cuerpos... loca, ansiada pasión.

Ataque certero de placer. Tuyo por siempre mi chica hermosa.

Adicción al femenino ser... bendita esta desesperación.

  Ingresando una y otra vez

Al paraíso de tu secreto.

Amor por primera vez.

Noche y calor... todo es perfecto.

  Palabras que al aire, desesperados dejamos volar.

Increíble: el momento, el vinculo; la inexplicable sensación de poderte amar.

  Tranquilidad, deseo y ansiedad embargan este cuerpo cansado,

El mismo que tu deleitas con caricias y besos desbordando la ternura.

Aparentando indiferencia y enojo, me pierdo... para mi jamás pensado

Lo fácil que fue para ti despojarme por completo de esta armadura.

  Logrando hacer relucir un sin fin de emociones que, no entiendo,

Siempre y sin pensarlo, no me doy cuenta... todas se dirigen a ti.

Suaves caricias en mi adolorida piel estoy sintiendo...

Tus besos amor querido yo anhelo... no puedo mentir.

  Disfrutando del momento. Ansiado y desquiciante placer pasional.

Sintiendo los atributos tan excitantes de tu figura.

Bendito el pecado... aceptando la necesidad carnal.

  Placer: excitación... sensación inigualable.

Con mi espina clavada en tu cuerpo, te destrozo, tierno amor.

Mía, ya completa. Admirando la agonía interminable.

Arrepentido, aguardo el momento en que disminuya tu dolor.

  Lluvia de besos a tu rostro que envuelto en lagrimas ya esta.

Gemidos me advierten. “Amor”, me logras llamar.

Tranquila te muestras... termina la tempestad.

“Perdón”, te pido arrepentido. No te quise lastimar.

  Continuación de los instintos; aun me permites dentro de ti estar;

Recorriendo el camino de tu cuerpo; oh!, Relena.

Más tranquilo y cuidadoso... me preocupa tu bienestar.

Extasiado de placer; sonrojado ante tu cara tan serena.

  “Te estoy queriendo demasiado”. Logro por fin entender.

Quizá por el mal sueño antes experimentado.

Perderte me mataría... tan solo eso comprender.

Sin tu cuerpo y cariño, me sentiría amenazado.

  Olvidando estos miedos que a mi mente enloquecen,

Te beso. El rojo se desvanece; no más rojo mar.

Delirante por el calor permites que empiecen

Los gemidos y agitados gritos... solo nos podemos amar.

  Entrando y saliendo con rapidez de tu figura;

Te penetro alocado, ya cada vez más de prisa.

Me apoyo en tu cuerpo ; te sujeto por la cintura.

Ardientes y excitados... nos relaja la delgada brisa.

  Después de intensos gemidos, entre mis brazos te encuentras temblando.

A mi cuerpo te aferras desesperada; mi perfecta amante.

Te ha invadido un orgasmo... y aun te sigo penetrando.

“Que locura”. Jamás imaginar siquiera poder amarte.

  Varias veces has experimentado el éxtasis, oh mujer.

A tu rosa la dura espina mía sigue clavada.

Unido a ti de esta manera imploro permanecer.

Desesperados, excitados. Así contigo... oh, mi amada.

  Gran esfuerzo del cuerpo. Ya se encuentra muy cansado.

Termino dentro tuyo... río de vida que en ti ahora fluye.

Ligeros sonidos por parte de ambos; tranquilos... todo ha terminado.

Sobre tu cuerpo recostado. Sorprendido de la forma que en mi influyes.

  Agotado. Acaricio su suave piel; le agradezco... estoy satisfecho.

Besando con ternura los femeninos labios

Y acurrucando el rostro sobre su pecho;

Enredando los dedos en sus cabellos lacios.

  Respira agitada, después de todo.

La sigo abrazando; la sigo besando.

Protegerla antes que nada: lo estuve pensando.

 Deliciosa noche me hiciste pasar.

Como esta... dudo tener otra más.

Casi no hubo palabras. Fue escaso el verbo amar.

Pero negar que ahora te quiero... eso jamás.

 Y de nuevo aquella imagen a mi mente regresa.

En un lago de sangre te veo, oh mujer que ahora estas en mis brazos.

Rojo mar me atormentas. Me alejo de ella con sorpresa.

Pero eso no le importa. me devuelve a su lado entre tiernos lazos.

  Sus besos y caricias te alejan de mi, oscuro paisaje.

Calma miedos y penas... me ha regresado la paz.

Me lleva el deseo de besarla... lo hago. Es este mi mensaje...

  Que la adoro y, aunque increíble, puedo hacerlo aun más.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

El fanfic toma lugar durante el tiempo en que Heero permaneció en el reino de Sank, con Relena aun como reina.

Se le puede llamar poem-fic?. Está escrito en versos, pero un poema no necesariamente tiene que rimar ^^.

Y la verdad... está bastante suavecito.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 15 de Octubre de 2002.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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4 years ago

Ella es... _C2_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 2: “Una oportunidad” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Un pequeño bikini blanco era el que apenas cubría lo más necesario de su exquisito cuerpo; las gafas oscuras ocultando sus ojos, la hacían ver más interesante, más sexy.

Horo Horo entraba a la habitación después de vagar por los pasillos del hotel, encontrándose con la imagen más hermosa que sus no tan castos ojos hayan visto en toda su vida.

Esa delgada figura femenina. . . Anna era el diablo que lo invitaba a pecar, a lanzarse sobre ella y hacerla suya. Pero solo permaneció estático, inmóvil, sin poder apartar la mirada de la diosa que tenía enfrente.

* ¿Podrías cerrar la boca?. *

* Eehh??. *

  Anna arqueó una ceja.

No le eran desconocidas las sensaciones que provocaba en los hombres.

 Tomó una pequeña bolsa, mientras salía, diciéndole al peliazul que caminaría en la playa por un rato.

  * ¿A-a estas horas?, pero si apenas ha salido el sol. *

* Por eso, tonto, el paisaje debe ser hermoso, además, seguro que no muchas personas estarán en la playa. *

 Y así nada más, la rubia salió de la habitación, dejando al muchacho completamente embelesado y, por si fuera poco, excitado. Resultaba absurdo, pero con solo verla así, fue suficiente para sufrir, tratando de controlar el calor en su cuerpo.

~*~

~*~

~*~

  Y tal como le había dicho a su compañero, caminaba tranquilamente a la orilla del mar, sintiendo la inigualable sensación de la arena firme, pero suave, bajo sus pies.

El clima era cálido, acompañado por la ligera brisa de la mañana y, tal como pensó, poca era la gente que estaba en la playa a tan temprana hora.

 Se maravillaba contemplando el horizonte, aquella delgada línea que el mar y el cielo compartían a lo lejos.

Eso si era tranquilidad, se sentía relajada y por primera vez en mucho tiempo, había olvidado los problemas con el castaño que la dejó.

 Y hubiese seguido disfrutando de esa quietud, pero dos chicos se le pusieron enfrente, impidiéndole el paso.

Intentó caminar a un costado de ellos, pasarlos de largo o simplemente dar la vuelta y regresar por donde había venido caminando, pero ambos chicos le cerraron el camino.

  * ¿Vienes sola, preciosa?. *

* Si quieres compañía, nosotros. . . *

 La chica de dorados cabellos se quitó las gafas, arqueando la ceja izquierda, desplegando toda la superioridad que creía tener.

Esos chicos eran apuestos, pero tan presuntuosos; no eran su tipo.

Su mirada fría y calculadora, adormilada.

Iba a responderles con orgullosas palabras, pero. . .

  * Anna, amor, te estaba buscando. *

 El chico peliazul apareció y sin más, hizo a un lado al par de desconocidos, estrechando entre sus brazos a una Anna que se sorprendió por su atrevimiento, más todavía cuando Horokeu posó sus labios sobre los de ella.

 Extrañada, Kyouyama no respondió la caricia hasta unos cuantos segundos después, cerrando sus sorprendidos ojos y ahogándose en la placentera sensación que los labios del peliazul le regalaban.

Un suspiro escapó de su boca cuando el muchacho profundizo el beso, abriéndose camino para que su lengua penetrase, mientras sentía como Horo apretaba con fuerza su cuerpo, aferrándose a la estrecha cintura.

 La mujer abrió los ojos; ya no estaban los hombres que la habían molestado. . .  no importaba.

Sus ojos se cerraron nuevamente, relajándose con las caricias del peliazul, hasta que se separaron.

 Inevitablemente, sus miradas se cruzaron. . .

  * Yo. . . no soy tu amor. *

* Porque eres necia y no has querido darme esa oportunidad. *

 Una traviesa sonrisa adornó el rostro de Usui, esto, sumado al intenso brillo en sus ojos, provocaron que Anna se sonrojara levemente, aun manteniendo su seria expresión.

 Horo Horo estaba entusiasmado.

Esa mujer que siempre le pareció imposible, ahora. . . ahora estaba junto a él, de la mano.

 Horokeu no quiso pensarlo dos veces, así que estrechó con fuerza la mano de su bella compañera y comenzó a correr.

  * ¿Q-qué crees que haces?. *

  La rubia solo sentía como ese chico la jalaba con firmeza, obligándola a seguirlo.

  * Solo quiero aprovechar el día. *

 Le dijo; y vaya que hablaba en serio.

La invitó a desayunar, visitaron incontables tiendas y hasta caminaron, sabrá dios cuantas horas, por las calles asfaltadas alejadas de la playa. Terminando sentados a la orilla del mar, admirando el atardecer, uno junto al otro.

~*~

~*~

~*~

 Cuando regresaron al hotel, Anna entró a la habitación seguida por el muchacho de celestes cabellos, quien cerró la puerta tras de sí, bajo llave, y sin perder un solo instante, se acercó a la joven rubia abrazándola desde atrás, acariciando sus suaves hombros.

 La mujer entrecerró los ojos, incapaz de retener los suspiros, se dejó llevar por el hombre que se aferraba a su cintura y recorría lentamente su cuello, llenándolo de besos, mordiéndole la piel de vez en cuando.

 En un arranque de desesperación, Horo Horo la hizo girar bruscamente para poder mirarla a los ojos.

 * En verdad eres hermosa !. *

 El rubor en el rostro de la joven, producto de las palabras del muchacho, solo realzó esa belleza.

Usui se abrió camino hasta las suaves mejillas de Anna.

Cuando ya no pudo resistirse más, la atrajo a su cuerpo, besándola pausadamente mientras la tomaba entre sus brazos, llevándola hasta una de las camas, recostándola con cuidado.

Sus labios ansiosos, la recorrieron, deseosos de probar aquella blanca piel de nieve.

 Anna acariciaba el rostro del joven peliazul, sin resistirse a lo que seguramente sucedería entre ellos.

No estaba segura, pero tenía la sensación de que éste hombre era capaz de hacerla olvidarse de cierto chico de morena piel y sonrisa estúpida.

 Mientras tanto, gemidos y suspiros inundaban la habitación.

   Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

No sé, sentí que cualquier pretexto era bueno para juntar a este par, y que mejor que el despecho o, como dicen por ahí: “pasar el rato”.

Ahh, pero de ese “ratito” pueden surgir muchas cosas, así que. . . próximo capítulo, LEMON. 

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 03 de Julio de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

     || Capítulo 3 ||


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4 years ago

Es como volver a empezar _C4_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 4: “Visitas inesperadas” ::.

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Cuidadosamente, deslizó la puerta, no deseaba que la rubia despertase, no ahora, no.

Intranquilo, bajó las escaleras, guiado por la fuerte presencia que invadía toda la casa. A cada paso que daba, con cada segundo que pasaba, se cuestionaba el por qué de la visita de este shaman.

 El miedo lo invadió entonces; quizá esto significaba que debía alejarse definitivamente de Anna.

  * No, no... me moriría sin ella. *

  Aquello fue un susurró, escuchado tan solo por el mismo peliazul, quien oprimió fuertemente los puños. La sola idea de alejarse de ella, le destrozaba el corazón y más después de haber hecho el amor con tan maravillosa mujer.

 Bajó las escaleras, guiado por el poder espiritual del inesperado “visitante”, entonces, se percató que la luz que alumbraba el jardín estaba encendida, cuando el recordaba haberla apagado horas atrás.

Y al salir, pudo verlo...

Un joven se hallaba sentado sobre el pasillo de madera, admirando todas las blancas lucecitas que adornaban el oscuro manto del cielo.

  * ¡ Yoh !... *

  Un suave murmullo de sorpresa escapó de los labios del peliazul, sorpresa, sí, aunque ya sabía perfectamente, desde el instante mismo en que sintió un fuerte poder espiritual, que era el mismísimo Shaman King el que había venido esta noche.

   * ¿Qué quieres?, ¿a qué has venido?. *

  Aquello fue un claro reproche por parte del ainu.

El tono de voz reflejaba su total desaprobación hacia el castaño, cuya sola presencia era, de cierta forma, indeseada, incomoda, inoportuna... le traía problemas.

Sin embargo, por otro lado, se sentía feliz de volverlo a ver, estaba consciente de ello. Quizá por eso una parte de él se sentía como un niño pequeño al que le esperaba un fuerte regaño por lo que recién había hecho con la bella itako.

  Horo Horo no obtuvo respuesta, tan solo observó como el shaman de morena piel lo invitaba a sentarse junto a él para admirar las estrellas.

El ainu se acercó con cierta reserva y es que de cierta forma ellos eran rivales, ahora tenían algo más en común, algo, o mejor dicho... alguien. Sí, ambos la amaban, la querían a ella... a Anna.

  * Te lo dije... ella es la mujer más maravillosa de todo el mundo. *     _Yoh le habló de pronto._     * ¿Ahora me crees?. *

  En el rostro del ainu podía apreciarse la melancolía.

Era verdad; la primera vez que escuchó aquellas palabras de parte del Asakura, lo creyó loco, un completo imbécil. ¿Cómo podía expresarse así de la rubia sacerdotisa?, considerarla maravillosa... Yoh no baka, si Kyouyama era una mujer fría, avara, cruel.

  ““Anna es el mismísimo demonio en persona.””

Eso pensaba el Usui de la rubia mujer y ahora...

 * Tenías razón, ella es... tan perfecta. *

  Yoh sonrió satisfecho, se notaba la sinceridad de su amigo, sin mencionar el cariño, los obvios sentimientos que el ainu profesaba por la que laguna vez fuese la esposa del Shaman King.

 Sí, el Shaman King, Yoh Asakura, había vuelto; ¿la razón?... no la sabía, pero sospechaba que la razón era separarlo de Anna, exigirle que termine su reciente relación con la rubia.

  ““Sí, eso debe ser.””

Pensaba con tristeza el joven del norte.

Y creía estar en lo correcto, después de todo, ella fue su esposa, la misma mujer a la que Horo Horo nunca trató con delicadeza; disfrutaba hacerla rabiar y sin embargo, ahora...

   * Y aunque me exijas alejarme de Anna, que la deje... me sería imposible. *

  Sí, imposible, sin ella se moría.

Sin su compañía, su suave voz entonando su nombre; esas suaves manos acariciando su cuerpo, el delicioso aroma de su frágil figura e incluso si ella no le gritaba como acostumbraba, no sería feliz.

  * Perdóname por haberme involucrado con ella; nunca ha sido mi intención que se olvide de ti, eso no, simplemente me enamoré... lo siento. *

* Pues no lo sientas. *

 La voz del difunto shaman lo sorprendió, obligándolo a alzar la mirada.     Seguía intacta la sonrisa en el rostro de ese joven.

 Así es, Horo no debía arrepentirse, ni disculparse por nada en absoluto, todo lo contrario.

  * ¿La sabes, Horo Horo?, ¿la razón por la que vine esta noche?. *

 El ainu negó con la cabeza, tan solo como respuesta. ¿Cómo iba a saberlo?, Yoh estaba muerto, eso era claro, solo era su alma la que estaba aquí, pero... seguramente sería por breves momentos.

  * Bueno, quería agradecerte por haber cuidado de ella todo este tiempo. De todos mis amigos, jamás creí que fueses tu el que la acompañara. *

  Horo lo miró incrédulo.

Y él que pensó que el Asakura vendría a exigirle que se alejara de ella por no creerlo merecedor de su cariño... que estúpido fue al pensar que así sería.

 Por otra parte Yoh sonreía tranquilamente; imaginaba que Manta podría acompañar a Anna como el buen amigo que siempre fue, Ryu e incluso Len, aunque este último quizá lo haría con sentimientos distintos desde un principio. Nunca estuvo muy seguro de que tipo de sentimientos tenía Len hacia su esposa.

Pero la sorpresa que se llevo el Shaman King, fue grande al enterarse de que fue el peliazul el que acompañó a Anna todo este tiempo.

  Horo Horo sonrió irónico, todo era demasiado bueno para ser verdad.

Yoh le estaba “dando permiso” para amar a la sacerdotisa; él vino especialmente para agrad... un momento !!...

  * ¿Cómo es que estas aquí?, ¿quién te invocó?, cómo...? *

  El chico de castaños cabellos rio divertido, llevaban un buen rato conversando y hasta ahora se le ocurría preguntarle el “cómo” de su presencia. Era obvio que su visita preocupó al ainu.

  * Fue mi abuela... yo... solo quería saber como estaba Anna. Ahora estoy más tranquilo. *

  Aquellas sinceras palabras, le arrancaron un amplia sonrisa al shaman de hielo. Sí, él se encargaría que la itako fuese completamente feliz.

 Horo estaba tan concentrado en sus planes a futuro, que tardó en percatarse de la sospechosa y extraña mirada de su amigo.

  * Lo sabía. *

* Qué cosa?. *

* Nunca te lo dije, pero... parece ser que lo descubriste por ti mismo. *

  El ainu no sabía a que se refería el otro shaman, pero su sonrisa acusadora y los suaves codazos lo estaban incomodando.

  * Su forma de hacer el amor... es maravillosa !. *

  Era más que intenso el rojo en las mejillas del muchacho peliazul.

Era obvio que Yoh estuviese al tanto de lo que él y Anna hicieron, más ese comentario era algo que... nunca esperó de él.

  * B-bu, bueno, Yoh... eso, eso no, bueno sí, es que... *

  Horo Horo tartamudeó un poco, tratando de salir de la vergonzosa situación, más nada pudo decir. Y es que era verdad, tener relaciones con la rubia itako era... sencillamente indescriptible.

Sentir su suave y pálida piel era la mejor sensación que pudiese haber sentido.

  * Prométeme que la amarás intensamente y cuidaras que nada la haga sufrir. *

* Claro, ni siquiera tienes que pe... ¿Yoh?... *

  El ainu giró el rostro a un costado, buscando la sonriente expresión de su amigo, pero este ya no estaba.

Lo buscó, confundido, en todas direcciones, pero nada...

  * Se ha ido. *

  Fue un suave susurro que venía cargado de nostalgia.

Levantó el rostro para admirar las estrellas... ¡ ese tonto !, quería asegurarse de que el joven de Hokkaido amaba plenamente a la sacerdotisa.

 Horo Horo respiró cansado, no esperaba una conversación como esa después de hacer el amor con Anna Kyouyama.

Después de un rato, simplemente se puso de pie y regresó tranquilamente a la habitación de la itako, dispuesto a dormir y descansar a su lado, cobijado por su piel de leche, y relajado con el exquisito aroma de su cuerpo.

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 Deslizó la puerta de la recamara, entrando sigilosamente; contemplando la delgada silueta que descansaba bajo las sabanas, silueta que temblaba ligeramente.

  ““Quizá por el frío de la noche.””

Pensó, más fue una idea que desechó en cuanto se acercó para ocupar su nuevo lugar en ese futon.

 Ella temblaba, dejando que los sollozos escapasen sin remedio de sus dulces labios... Anna lloraba y eso le rompía el corazón. Así como la primera vez que la vio derramando lágrimas; ahora recordaba el viejo dolor de verla llorar así.

  * Anna... Annita, ¿por qué llo... *

* Él estuvo aquí, sentí su presencia. *     _Le dijo ella, interrumpiéndolo con voz que se quebraba en cada palabra._     * Pero, no sé porque.. no quiso verme. Es que no entiendo, tanto tiempo, ¿por qué ahora que estoy contigo?, ¿por qué?. Yo... no tengo intenciones de alejarme de ti. *

  Al decir esto último, Anna giró sobre el futon, enfrentando los sorprendidos ojos del shaman de hielo. Ella quería estar con él y estaba tan asustada como lo estuvo él mismo al sentir la presencia de Yoh.

  * No te preocupes; ya te lo dije, no pienso dejarte. *

  La acercó a él hasta envolverla en un fuerte abrazo que de inmediato fue correspondido.

Horo no tardó en contarle hasta el más mínimo detalle de la conversación que recién había tenido con el que alguna vez llegó a ser el Shaman King.

  * Él... ¿vino solo para eso?, para asegurarse de que yo era feliz?. *

* Sí, y te prometo que me aseguraré de que así sea. *

* ¿Por qué él te lo pidió?. *

* Por eso, sí, pero más que nada, porque usted, señorita amargada... es la mujer a la que amo. *

  Anna lo miró con ojos furiosos aunque un sutil brillo de cariño se reflejaba en sus gemas negras.

  * Horo no baka. *

  El peliazul sonrió divertido por la expresión de su amante, mientras esta se abrazaba nuevamente a él para poco después, recostarse, ambos, sobre el futon, tratando de conciliar el sueño.

 Estaban realmente cansados, no en balde, la noche casi terminaba y no habían dormido casi nada. Pues primero ocuparon la noche para amarse y luego, la inesperada visita del Asakura les había robado el sueño, ese sueño que de ahora en adelante pretendían compartir juntos desde esta noche....

 Y hasta la última que les quedara.

  Sin finalizar.

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Segun yo, era muy fácil adivinar que se trataba de Yoh, ¿no?.

En realidad, tomando en cuenta que todos aquí pueden ver fantasmas, me pareció buena idea meter a Yoh en esto ya después de muerto.

Por otra parte, la conversación entre ambos shamanes era con el objetivo de que compartiesen sus pensamientos sobre la mujer que aman, que es, nada menos que la misma chica, itako no Anna.

—I love HOROxANNA—.

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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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            || Capítulo 5 ||


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